Marx puede esperar

Por Aníbal Perotti

Marx può aspettare
Italia, 2021, 96′
Dirigida por Marco Bellocchio
Con Marco Bellocchio

Grupo de familia

Marco Bellocchio es uno de los pocos (o de los tantos, depende el prisma desde donde se lo vea) artistas imprescindibles del cine europeo contemporáneo. Marx puede esperar trasciende todas las convenciones del documental y a su vez sirve como una introducción al universo singular del director de I pugni in tasca. En Marx puede esperar Bellocchio reconstruye el retrato de su familia con una película conmovedora de carácter intimista que pone a prueba sus convicciones.

El cineasta aborda el suicidio de su hermano gemelo a los 29 años y reflexiona, de una forma necesariamente más humana y personal, sobre la familia y la muerte, temas que siempre han tenido una presencia abrumadora en su filmografía. En este sentido, Marx puede esperar continúa e ilumina su subversiva trilogía autobiográfica compuesta por la genial opera prima I pugni in tasca de 1965, Gli occhi, la boca de 1982 y L’ora di religione (Il sorriso di mia madre) de 2002, pero esta vez de un modo aún más directo: mediante diálogos detallados, crudos y profundos con familiares, en especial con sus cuatro hermanos vivos. La descripción de cómo su madre y sus hermanos encontraron el cadáver resulta más escalofriante que cualquiera de sus ficciones.

Marco Bellocchio vuelve cada dos décadas sobre este pequeño teatro trágico de los orígenes que guarda una infinidad de dimensiones por explorar: no sólo la culpa de los sobrevivientes sino sobre todo la inquietante esencia de la familia. Las conversaciones son un material inagotable que el cineasta puntúa con archivos, fotografías, textos e imágenes en movimiento para hacernos conocer a los otros: aquellos que no han filmado su vida.

Medio siglo después del suicidio de Camillo, la reunión familiar se convierte en una oportunidad (tal vez la última) para intentar comprender, investigar y desandar las múltiples hipótesis, al tiempo que revisitan la infancia y la juventud en común. Los recuerdos que surgen se conectan con fechas clave en la historia de Italia y con momentos fundamentales en la carrera cinematográfica de Marco. La combinación de las imágenes filmadas en Super 8 en las que aparece el propio Camillo Bellocchio con las escenas de las películas de su hermano funcionan como una guía para entender el proceso creativo del cineasta. Los testimonios sobre el trauma familiar ponen de relieve la negación general de lo sucedido: un golpe demoledor dejó a toda la familia en un estado de estupor que la película parece empezar a disipar.

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