Noticias de la familia Mars

Por Hernán Schell

Noticias de la familia Mars (Des nouvelle del planete Mars)
Francia-Bélgica, 2016, 101′
Dirigida por Dominic Moll
Con François Damiens, Vincent Macaigne y Veerle Baetens.

Basta de sermones

Por Hernán Schell

Noticias de la familia Mars (título bastante menos interesante que el original Noticias del planeta Mars) empieza de una manera extraña: con una imagen onírica de su protagonista soñando ser un astronauta. Unos minutos después veremos que este protagonista no sólo no es astronauta que contempla la inmensidad del espacio sino todo lo contrario: es un ingeniero en sistemas que vive una vida gris de oficina. Más aún, este protagonista es ninguneado por sus hijos, maltratado por cuanto pariente o vecino existe, y encima usado por un compañero de trabajo psicótico que termina viviendo en su casa y alterando aún más su vida. En medio de todo esto habrá una escena brutal de un corte de oreja, un perro insoportable y un gag de humor negro (negrísimo) que consistirá en la forma en la que un personaje se deshará de él. También habrá en la película de Dominic Moll un homenaje a los Hermanos Marx, y algo de sentido tendrá en la lógica narrativa y humorística de la película. Después de todo, muchas veces el humor de los estos hermanos (de apellido, como se habrá dado cuenta el lector, no demasiado diferente del de esta familia de la película) se basaba en la idea de irrumpir en una historia gris y convencional con una comicidad anárquica y surrealista. En la película de Dominic Moll lo absurdo rompe con la monotonía de la oficina, con una vida convencional y desesperadamente ordenada.

Y acá es donde se encuentra la raíz del problema. En las películas de los Marx, la irrupción de lo anárquico no tenía ningún sentido que lo estético y lo liberador, en este largometraje, esa irrupción está para terminar dándole una enseñanza bastante básica al protagonista de su vida gris y su necesidad de vivir con mayor libertad y locura. Habrá para esto hasta una metáfora burda de un gorila para apoyar esta tesis. Esto genera también otro problema: lo absurdo que se veía al principio y que tenía la capacidad de sorprender empieza a perder peso porque justamente empieza a ir hacia un sentido. Ahí es cuando la película se vuelve predecible y cuando además uno siente que está viendo una (otra) película sobre el hombre de clase media que decide romper las cadenas que le impedían salirse de su monotonía diaria. Hitchcock decía que el problema no era partir de un cliché sino llegar a uno, y hay mucho de eso en el relato de Moll: prometernos algo extraño para llegar  a un lugar común de la vida de oficina de clase media termina siendo decepcionante. Para esto vean Enredos de oficina, pequeña gran película dirigida por Mike Judge de temática similar, que empieza siendo el clishé del infierno de la vida gris de oficina, para ir derivando hacia un lado genuinamente más anárquico, creativo e insospechadamente profundo.

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