PERRO BLANCO | NÚMERO 60 | MARZO / 22

Por Varios Autores

OTRO AÑO DE BUENAS NOTICIAS

Durante un año y medio (entre los número de enero de 2020 y julio de 2021) nos dedicamos a descomponer, de forma trabajosa, con una finalidad de revisión global, el discurso del cine político argentino desde el retorno de la democracia al presente. En esos siete ensayos nos propusimos una serie de preguntas y unas cuantas respuestas e hipótesis de los caminos tomados por el cine político argentino durante el período analizado. No obstante, como mencionamos al inicio, la última nota de esta serie de ensayos fue publicada hace seis meses, dando cuenta apenas, de manera muy lateral, del recorrido cursado por la nueva administración del INCAA bajo la órbita del gobierno del Frente de Todos, responsable de la administración del estado desde diciembre de 2019.

Considerando que ingresamos en el tercer año de mandato (y no en el tercer mes, el clásico tiempo prudencial de la luna de miel entre la sociedad y los gobernantes recién asumidos), nos propusimos hacer la misma pregunta que coronaba la última entrega de la serie de notas. Y de la misma forma nos lo volveremos a preguntar dentro de un año, en marzo de 2023, cuando los humos electorales de las elecciones presidenciales vuelvan a calentar los motores que hacia junio del mismo año nos ingresarán de lleno en una contienda electoral que, tal y como suele suceder en la Argentina, duran cinco meses, casi un semestre entero (considerando la campaña política de las primarias y luego las elecciones generales, sesenta días después de las primarias). La pregunta en cuestión sigue siendo una y es simple: Será capaz el cine argentino de filmar la crisis ya existente y la que puede venir. O la crisis no será filmada?

A mas de mitad del mandato presidencial del actual gobierno, la respuesta parcial es contundente y sostiene lo planteado en las notas precedentes: el cine político argentino parece dirigirse a su mayor período de mutismo político como no había experimentado siquiera durante el tramo 2006-2012. Entendemos que a ese silencio no colabora bajo ningún aspecto la serie de políticas restrictivas, contractivas y concentracionarias de recursos promovidas por la actual gestión del INCAA. No obstante, el silencio ensordecedor de una industria, habitualmente proclive a mantenerse en silencio cuando la administración de gobierno se encuentra en manos de cualquiera de las variaciones del peronismo (aunque este silencio no sucedía ni con las peores épocas de las dos presidencias de Menem) es notable. Al presente nos preguntamos si esto se debe a alguna clase de milagro socioeconómico que pueda fundar una respuesta tentativa para tamaño interrogante. Pero entendemos que las respuestas no están hoy (y probablemente no estén mañana).

Ante esa ausencia, no podemos sino volver a postular las hipótesis de trabajo de nuestra última nota al respecto.

  1. El cine político argentino, desde el retorno de la democracia, excepto que medie una crisis económico y social grave y fulminante, no puede mirar a los ojos al presente que le toca cursar. Necesita algunos años. Eso lo afecta en su capacidad de reacción. No es ni malo ni bueno, es una reacción que ha sabido demostrar en casi 40 años de democracia ininterrumpida.
  2. El cine político argentino post 1983 encuentra una regla cuando no puede lidiar con una contradicción en el presente: incorpora al pasado como objeto de estudio, como un lugar en el cual poder hacerse fuerte discursivamente o no tener que explicar nada a nadie. Ese ejercicio presupone que la capacidad de ejercer una crítica al presente es una potestad selectiva antes que una ética en la que poder ampararse.
  3. El cine político argentino expresa, en una medida amplia y extendida, un manifiesto ideologetismo, es decir, una mirada selectiva para asociarse o disociarse del poder de turno en función de principios compartidos discursivamente antes que de una capacidad de análisis signada por la honestidad intelectual. “Si piensa como yo, miraré para otro lado. Si piensa distinto, ahí estaré para criticar” podría decir la carta de presentación.
  4. El progrismo (que es un progresismo degradado) es el principal responsable de que el cine político argentino haya perdido su brújula en dirección a un norte de observaciones críticas, pero también es el principal responsable de que ese músculo crítico que el medio supo ofrecer durante momentos extremadamente difíciles hoy sea un músculo rodeado de lípidos. Porque dejar de que el conjunto/colectivo/masa sea quien decida antes que el interés por una mirada crítica depende directamente del “orden” que el discurso progrista instala.
  5. Debido al delay de respuesta, a la selectividad crítica, a la deshonestidad intelectual y a la brújula intervenida, el cine político argentino se ha revelado manifiestamente incapaz de volver a revisar el presente desde el retorno del peronismo al poder en 2019: con indicadores socioeconómicos que auguran una caída igual o mayor a la de 2001, con perspectivas político-institucionales notablemente debilitadas, el cine político argentino parece destinado a desaparecer de una vez por todas o reinventarse. Ahora bien, el cómo es la cuestión.

Establecido este marco de posibilidades, la pregunta vuelve a ser insistente: Será capaz el cine argentino de filmar la crisis ya existente y la que puede venir. O la crisis no será filmada? No tenemos las respuestas, pero las preguntas, como siempre sucede con el pensamiento crítico, son simples y directas.
Mientras tanto los dejamos con el sumario del número de marzo, plagado de estrenos, no estrenos, series y una variopinta oferta de notas pendientes en nuestra ya clásica sección Volver al futuro, donde nos ocupamos de aquello que no pudimos escribir al momento de su estreno.

Esperamos que disfruten el número de marzo.

ESTRENOS
Atlas por Gabriel Santiago Suede
Batman por Federico Karstulovivch y Rodrigo Martín Seijas
Las noches son de los monstruos por Amilcar Boetto
Ambulancia por Santiago Gonzalez
Competencia Oficial por Luciano Salgado
Azor por Pedro Gomes Reis
Los ojos de Tammy Faye por Mariano Bizzio
Morbius por Rodrigo Martín Seijas
La rueda de la fortuna y la fantasía por Fernando Luis Pujato

NO ESTRENOS
Cow por Marcos Rodriguez
#Polémica: Drive my car por Anibal Perotti y Luciano Salgado
El proyecto Adam por Amilcar Boetto
My son por Raúl Ortiz Mory
Red por Ariel Esteban Ramos
Fresh por Gabriel Santiago Suede
Granizo por Amilcar Boetto

TV Y SERIES
Pam & Tommy por Ludmila Ferreri
The Marvelous Mrs Maisel – Cuarta Temporada por Mariano Bizzio
Porno y Helado por Gabriel Santiago Suede
Raised by wolves – Segunda temporada por Ariel Esteban Ramos

VOLVER AL FUTURO
Chucky por Santiago Gonzalez
The Sinner – Cuarta temporada por Pedro Gomes Reis

FESTIVALES Y PREMIACIONES
Los Oscars 2022 según Perro Blanco por VV.AA.

Participaron en este número:
Mariano Bizzio
Amilcar Boetto
Tomás Carretto
Ludmila Ferreri
Pedro Gomes Reis
Santiago González
Federico Karstulovich
Sergio Monsalve
Raúl Ortiz Mory
Aníbal Perotti
Fernando Luis Pujato
Ariel Esteban Ramos
Marcos Rodríguez
Luciano Salgado
Rodrigo Martín Seijas
Gabriel S. Suede

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