Stiller & Meara: Nada se ha perdido

Por Marcos Ojea

Stiller & Meara: Nothing Is Lost
Estados Unidos, 2025, 98′
Dirigida por Ben Stiller.
Con Ben Stiller, Amy Stiller, Christine Taylor, Jerry Stiller y Anne Meara

El arte de familia

Aunque no tan populares a nivel global, la pareja conformada por Jerry Stiller y Anne Meara supo ganarse un lugar dentro de la comedia norteamericana, con presentaciones en teatros y show televisivos durante varios años. No solo eran una dupla artística, sino que también eran un matrimonio en la vida real, y más aún, eran padres de dos niños. Es el hijo menor, ya adulto y también padre y esposo, quien decide ensamblar un documental a partir del vastísimo archivo (videos, grabaciones, diarios) de sus progenitores, quienes lo llamaban, cariñosamente, Benjy. Hoy todos lo conocemos como Ben Stiller, un actor y director de un talento descomunal, figura clave de la Nueva Comedia Americana, y con un presente de prestigio a través de su serie Severance.

Ben y su hermana Amy visitan el departamento donde se criaron. Hace ya algunos años que sus padres están muertos, la idea es vender, entonces deciden ordenar, revisar, investigar los recuerdos que ahí habitan. Es una excusa, un puntapié ideal, para que la historia se ponga en marcha. Un documental que parece armarse frente a nuestros ojos, que se discute en cámara, pero que en realidad es un trabajo prodigioso de edición, un torrente de información que evade las formas clásicas y se termina pareciendo a una larga conversación de varios miembros. Toda la familia participa: están los hijos de Ben, su esposa Christine Taylor, también actriz, algunos amigos del ambiente, pero sobre todo están Jerry y Anne, que dependiendo del momento pueden ser “Stiller y Meara”, o simplemente “papá” y “mamá”.

Lo dijimos más arriba, y también lo evidencia Christine en una de sus partes, pero el fenómeno merece ser reiterado: el archivo familiar es tan amplio y nutrido, que a veces parece irreal, como si se tratara de una reconstrucción. Pero no, Jerry y Anne están ahí todo el tiempo, sus cuerpos a través de los años, pero sobre todo sus voces, tanto en shows y entrevistas, como también desnudas, confesionales, a veces brutalmente sinceras. Las inseguridades de Jerry, que superaba a fuerza de trabajo duro; el talento natural de Anne, en principio descreída de la comedia; la actuación y el éxito como propósito de vida para Jerry, la importancia de poner a la familia primero para Anne. Y esa existencia múltiple, la de ser artistas, pareja y padres, sumada a la exposición, las buenas épocas, la necesidad de un espacio individual, las malas épocas, la terapia, alguna adicción, y el amor como fondo y salvación.

A la vez, y como si lo anterior fuera poco, Ben Stiller propone otro ejercicio, que es el de revisar su propia vida a la luz de la experiencia de sus padres. Es un diálogo en tiempo presente, con su esposa e hijos, pero también es una charla hacia atrás, un gran fresco donde convergen distintas épocas para terminar hablando de lo mismo: el arte y la familia, dos conceptos que, al menos en esta familia, se atraen y chocan pero siempre conviven.

De esta manera, Stiller & Meara: Nothing is lost termina siendo mucho más que un documental/homenaje a los padres. Es también un vistazo exclusivo al proceso creativo, un detrás de escena donde la vida privada y la comedia se nutren y se potencian, donde se habla de escribir y de actuar como formas no solo de trabajo, si no también de cariño y de cuidado. Esa sonrisa que irrumpe en el rostro de alguien que no está bien, que se nos va, pero al que tratamos de alegrar haciendo monerías. Claro, la película también es terriblemente emotiva, y nos deja unos minutos finales que se quedan trabados en la garganta. La puta, que vale la pena haber estado vivos.

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