Estados Unidos, 2025, 7 capítulos de 60′ aproximadamente
Creado por Brad Ingelsby
Con Mark Ruffalo, Tom Pelphrey, Emilia Jones, Fabien Frankel, Thuso Mbedu, Alison Oliver, Silvia Dionicio, Ben Lewis Doherty, Sam Keeley, Jamie McShane, Phoebe Fox, Martha Plimpton, Margarita Levieva y Raúl Castillo.
Misiones
La trama narco-policial es la excusa perfecta que encuentra Task para contar la historia de los protagonistas, dos hombres enfrentados por las circunstancias pero demasiado similares en ciertos aspectos personales. Justamente, la miniserie creada por Brad Ingelsby arranca con un trío de delincuentes dedicado a robar la recaudación proveniente de la venta de drogas en los barrios de Filadelfia. Cuando el FBI entra en escena para encargarse el caso, se asigna como líder del grupo de investigación a Tom Brandis (Mark Ruffalo), un agente alcohólico semiretirado luego de haber atravesado una tragedia familiar. Paulatinamente, los caminos de Brandis y del antagonista Robbie Prendergrast (Tom Pelphrey) comenzarán a cruzarse no sólo por el avance del caso sino porque el pasado, las decisiones, los errores y las vendettas enriquecerán un relato mucho más grande que el policial de origen.
Con siete episodios que promedian la hora de duración, Task permanentemente consigue complejizar la historia a partir de un despliegue de subtramas que terminan siendo relevantes. Si bien el eje dramático principalmente trascurre al ritmo de los conflictos de Brandis y Prendergrast, las presiones y los riesgos que se asumen en el presente están condicionados por los traumas, secretos y cuentas pendientes del pasado. En este caso, lo personal y lo íntimo, aspectos determinantes en esta historia, condicionan cada acción en el marco de una carrera contra el tiempo. Por ese motivo, la miniserie progresa constantemente en todo su recorrido, más allá de que encuentra los momentos para respirar en el presente o a través de flashbacks, recurso correctamente empleado en función de la constante progresión narrativa.
Asimismo, lo discursivo en Task está supeditado a la acción. A través de diálogos y discursos bien construidos desde la carga emocional, cierta economía de palabras a lo largo de los capítulos se condice con la decisión de privilegiar los actos, los gestos, los sacrificios para darle profundidad dramática a los conflictos y personajes. En materia de acción, la crudeza está acorde con los peligros del mundo narco criminal en el que se sitúa la historia, donde los barrios de las periferia de Filadelfia están tomados por bandas que operan con la complicidad de policías corruptos. Si bien hay algunas escenas de peleas y tiroteos logradas en el interior de grandes casas, las mejores secuencias ocurren en rutas, puentes, canteras o en esos interminables bosques. Allí se explotan las posibilidades físicas, materiales y estéticas de los espacios para diseñar choques, encuentros y palizas visualmente impactantes, sangrientas y estimulantes.
En línea con ello, otro de los atractivos de Task es que nadie está salvo, ni siquiera los inocentes, los bienintencionados o aquellos que circunstancialmente se ven involucrados en conflictos ajenos. El nivel de violencia y desesperación, así como también las ansias de venganza, alimentan el aire de tensión e incertidumbre sobre el destino de los personajes. Al mismo tiempo, la traición no sólo es un elemento más en juego de alianzas y enemistades, sino que enriquece el relato cuando se vuelca al thriller policial. De hecho, algunas de las revelaciones más importantes y efectivas de la historia se relacionan con esta faceta de Task, aunque también en los siete capítulos se acumulan varios giros bastantes previsibles.
En línea con las interpretaciones sólidas, sobrias y profundamente humanas de Ruffalo y Pelphrey, el corazón de la miniserie son sus dos protagonistas. A partir de tragedias que han paralizado sus vidas, al punto de haberlas convertido en un infierno para ellos y sus seres queridos, Tom Brandis y Robbie Prendergrast encuentran el camino a la salvación en las misiones personales que le dan nombre a la historia. Mientras que Prendergrast descubre que su cruzada contra los Corazones Negros puede ser más grande que la venganza iniciada con el asesinato de su hermano, Brandis lentamente irá reconstruyendo su vida profesional y familiar gracias a la decisión de enfrentar cada vez con mayor entereza las pequeñas derrotas parciales que se acumulan en el caso y en una semana particular para su familia. En ese sentido, la apuesta por la humanidad de los personajes termina siendo un valor fundamental para Task, incluso desde la carga sobre la fe y la esperanza. Lejos de dar lecciones de vida y autoayuda, o de anteponer lo religioso de manera grandilocuente, los protagonistas aprenden que no sólo pueden vivir con las pérdidas, dolores y culpas por lo que ya no volverá, sino que al mismo pueden perdonar(se) para seguir adelante. También descubrirán que hay misiones mucho más grandes que ellos mismos, pero que vale la pena encararlas para construir un mañana mejor.

