EE.UU., 2016, 82′
Dirigida por Damien Leone
Con Jenna Kanell, Samantha Scaffidi, David Howard Thornton, Catherine Corcoran, Pooya Mohseni, Matt McAllister, Katie Maguire, Gino Cafarelli, Margaret Reed, Julie Asriyan, Ursula Anderman, Erick Zamora, Daniel Rodas, Gloria Jung
El arte de matar
Antes del suceso. Terrifier no inaugura nada, al contrario, es ante todo una secuela/spin off del personaje de Art the clown, quien servía de conector para All Hallows eve (2013) una antología de tres historias de terror que, en realidad, acumulaba viejos cortometrajes que había realizado su director Damien Leone varios años atrás. Era una antología que funcionaba en parte por el payasito que tiene una personalidad entre graciosa y macabra, en parte porque las historias no buscaban dar miedo sino que todas tenían algo en común -mostrar el trabajo en efectos especiales a cargo del mismo director que demostraba profesionalismo e inteligencia en que mostrar o que no mostrar para que la cosa no parezca berreta-, a la vez que lograba algún que otro clima que remitía específicamente a la década del 80 y sus códigos para el terror. De las tres historias era la última la que presentaba a Art como protagonista más evidente. Como si Leone se hubiera visto una y mil veces Grindhouse (el programa doble compuesto por Planet Terror y Death Proof, dirigidas por Robert Rodriguez & Quentin Tarantino) y buscara lograr la misma estética. Asi las cosas, esta idea sigue persistiendo en sus siguientes trabajos tanto como sus problemas. A veces Leone en su afán de su exhibicionismo gore se pasa de rosca, dejando al descubierto el artificio pero sobre todo su principal problemas era de orden narrativo, ya que en el caso de All hallows eve las historias no tenían mucho desarrollo o no llegaban a un fin, o simplemente no se entendían, ni se entienden la motivación detrás de varios personajes.
Un laboratorio. Entonces la primera es la segunda. No es un estreno para 2023, pero todos se preocupan por el origen tras ver Terrifier 2. La primera Terrifier, entonces, prolonga lo hecho en All hallows eve, solo que sigue al personaje de Art mientras persigue a dos nuevas víctimas, en este caso dos chicas. Si, un espectador exigente podría molestarse con el hecho de que se nos presente a dos personajes que al fin de cuenta no van a sobrevivir y que, posteriormente saltemos a otra situación aleatoriamente y caprichosamente. Pero a Leone no le importa mucho esto -mas allá de que pareciera tener una obsesión con los hermanos ya que todas sus películas hasta ahora presentan este tipo de relaciones-, porque su avance es rapsódico, a salto de mata. Y si bien esto demuestra cierto errores a la hora de narrar ya que prima la arbitrariedad lo cierto es que esas vueltas funcionan como declaratoria de principios: nadie está a salvo en manos de este payaso, que a la vez no sabemos si es humano o una entidad de otra dimensión. Ese misterio, sumado a la interpretación de David Howard Thorton quien trabajo como mimo y entiende la importancia de los gestos exagerados en un payaso silencioso, hace irresistible al personaje. Pero también lo hace libre en un laboratorio de la crueldad, en el que Leone experimenta y prueba cosas.
Tres sentimientos intolerables. Terrifier revela como película las obsesiones de su director: el sadismo, laa misoginia y la crueldad, como si de un niño morboso se tratara (pero que no debe confundirse con su protagonista). Dos escenas evidencian eso: la del asesinato de rubia que es cortada al medio desnuda y mostrado en su esplendor y la otra cuando se viste y baila con la piel de una de sus víctimas. Esto podrá escandalizar y ofender a cierto público, pero lo que resulta evidente es que, por más más perversas y enfermas que puedan ser algunas de sus secuencias, en el fondo se trata de algo totalmente inofensivo, como si Leone fuera el mismo Art haciendo su arte: el simple arte de matar, duplicado, para nuestro espanto y atracción.
