Invencible

Por Ludmila Ferreri

Invincible
EE.UU., 2021, 8 episodios de 45′
Creada por Robert Kirkman
Con voces de Steven Yeun, Sandra Oh, J.K. Simmons, Zachary Quinto, Gillian Jacobs.

La continuidad del cambio

Recuerdo con bastante tristeza como mi padre me humillaba jugando al tenis y haciendo deportes cuando era chiquita (en ese entonces era chiquito) y yo sentía que nunca iba a poder estar a la altura de las circunstancias. Con el tiempo esa tristeza y angustia se fue transformando en fortaleza y capacidad de devolver los golpes con mayor precisión, incluso con más agilidad. Mi viejo se estaba poniendo grande y ya no tenía el mismo cuerpo que casi 10 años antes. Para mis 17 era yo quien lo bailaba de una punta a la otra, hasta que en un punto me di cuenta que me estaba convirtiendo en la misma basura que él había hecho conmigo cuando tenía 7 años y recién estaba empezando y él se enojaba porque no le pegaba a la pelota como Martín Jaite (aunque mi heroína era Gabriela Sabatini), un jugador argentino de tenis que llegó a ser top ten a finales de los 80s. Insisto: cuando me di cuenta de mi superioridad no me resultó gracioso hacer correr a un cincuentón fumador que una década antes la canchereaba pero que en ese presente estaba tomando conciencia de los pocos cuidados de su cuerpo.

Cuando vi las primeras imágenes de Invencible se me vino mi viejo a la cabeza. Quizás desde ese punto es que la serie logra apartarse un poco de los cánones habituales que observamos en las series que están explotando el tópico de moda hasta que el tópico se autodestruya. Será por eso que hay tan pocas cosas interesantes que se apartan de la media (se me viene a la cabeza Brightburn, Midnight special, Glass en el cine y Esta mierda me supera, The Boys y Doom Patrol en televisión…y como mucho algunas pocas cosas más), de ahí que entre ellas resalte esta serie, que si bien no reinventa la rueda es capaz de producir algunos cortocircuitos interesantes el en el modo de configurar el género hoy. Por lo pronto huelga decir que el eje puesto en la relación padre-hijo no es algo nuevo, pero la estrategia de amor-odio y competencia ayuda de modo notable a que la progresión dramática escale. Al mismo tiempo la valoración de la violencia explícita que no solo no es gratuita sino que se siente como sapo de otro pozo en este presente de cuidados extremos por la corrección política, bueno, sencillamente se agradece. Un punto que también le agrega volumen es la capacidad sintética de construir arcos dramáticos que funcionen conjuntamente, dando asi un carácter coral a lo que vemos gracias a la tridimensionalidad que le adjudica a los personajes sin por ello dejar de creer en el mito (una enorme diferencia con el cinismo de The Boys).

No obstante, y al mismo tiempo, la serie no deja de reconocerse en unas cuatro o cinclo patas que hacen a los lugares comunes del género, ostentando asi una capacidad de equilibrismo precisa entre la expectativa que produce el reconocimiento de intereses tradicionales del género (el autodescubrimiento -que aquí es un coming of age adolescente, dicho sea de paso-, la reflexión sobre el caracter heroico contrastado a la condición humana, los arquetipos de villanos y héroes dispuestos sobre la mesa, la presunción conspiranoica de un poder corporativo-gubernamental detrás de los problemas que emergen). Quizás por ese mismo motivo es que logra que mantengamos una relación oscilante con el material a lo largo de los capítulos, porque sabe administrar nuestros intereses, esperas por cambios, por rupturas o por continuidades. Desde ese orden de cosas, como podrá corroborarse con las series de superhéroes que está desarrollando Marvel en Disney+, lo que plantea Invencible sin dudas constituye una apuesta (como la que se propuso en algún momento M.N. Shyamalan con su trilogía UmbreakableSplitGlass), que no es otra cosa que la continuidad de la ruptura.

En el orden contradictorio y reflexivo con los materiales que propone la serie es en donde se funda la paradoja que hace de Invencible una propuesta a seguir: en establecer la naturalidad contradictoria de cambiar y continuar al mismo tiempo. Si las cosas le salen bien, a finales de 2021 veremos la segunda temporada. Y a inicios de 2022 la tercera. Estemos atentos si no estamos ante el principio de una refundación. Y mientras tanto dejemos descansar a nuestros padres en paz, que nosotros ya estamos grandes para andar compitiendo el el pasado.

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