María Marta: El crimen del country

Por Gabriel Santiago Suede

Argentina, 2022, 8 episodios de 40′
Creada por Daniela Goggi y Martín Méndez
Con Jorge Marrale, Laura Novoa, Mike Amigorena, Carlos Belloso, Muriel Santa Ana, Guillermo Arengo, Nicolás Francella, Valeria Lois, Ana Celentano, Esteban Bigliardi, María Leal

Una teología de la liberación

Repleta de puntos de contacto con Maradona: Sueño Bendito, la nueva serie sobre el asesinato de María Marta García Belsunce (recordemos que la primera fue la docuserie Carmel: ¿Quién mató a María Marta? (sobre la que escribimos en esta nota)) realiza una clásica operación política presente en el cine y la televisión argentinos (aunque no se trate de una actitud privativa de las ficciones sucedidas en territorio nacional): utiliza al pasado para hacer hablar al presente según las necesidades del presente y las posibilidades de decir con pelos y señales lo que a veces el contexto no habilita. En este sentido les propongo realizar un ejercicio de abstracción, un ejercicio divertido sin nombres ni personas. Hegel decía que el vacío es la mayor forma de terror porque puede ser llenado con cualquier cosa que use a ese contenedor. Veamos.

Un matrimonio, pero mas expecíficamente, un grupo familiar, es utilizado como chivo expiatorio por la casta judicial, en donde los fiscales son o bien incompetentes, o bien comprados, o bien manipulados. Al mismo tiempo loe medios, sin atender a los procesos juduciales, llevan adelante juicios populares en los que sentencian a los acusados antes de tiempo, prejuzgando y exponiendo a los acusados a una imposible vida civil sin ser señalados por los ciudadanos. En medio de esa situación procesal varios de ellos se ven obligados a exiliarse, o bien a desaparecer de la vida pública o bien mueren como producto de las acusaciones. Afortunadamente, las personas que no se dejan manipular por los medios logran dar una mano para reivindicar a los acusados (injustamente, según se nos indica), que además han comprendido que por más que tuvieran un buen pasar económico, “descubrieron que hay que acercarse a la gente, a los pobres”. Más dato? Uno de los acusados tiene un vínculo directo con el Papa que, como bien dice, “va a palenquear para la liberación”.

Si no fueran tan obscenas las alusiones a cierto grupo familiar con persistencia política en la vida pública argentina sobre todo desde 2002 (año del crimen de María Marta García Belsunce, presentada poco menos que como una monja carmelita), sería posible seguir los vaivenes narrativos de la reconstrucción del caso, uno de los más resonados de la historia policial argentina por sus vueltas, agachadas, resoluciones forzadas y todavía cabos sueltos. Pero el problema mas grande de María Marta: El crimen del country no es su chaturra narrativa y la falta de ideas audiovisuales que evidencia de manera alarmante. En definitiva es su agenda figurativa, casi obsesionada por construir una narrativa que todo el tiempo nos revela un subtexto sorprendentemente extemporáneo….o quizás uno que anticipa una salida, como ya había sucedido con el cine de finales de 2015, el que veía venir el cambio de época y el peligro para los “gobiernos nacionales y populares”.

Créanme que no se trata de ninguna exageración la mención que hago al kirchnerismo explícitio de la serie (como en la lectura protokirchnerista del Maradona de Sueño bendito o como en la articulación de la virgen progresista de Gilda…y me anticipo si no sucederá algo similar con Santa Evita), sino de una lectura que responde a una escritura programática, a esta altura poco importante si se trata de decisiones conscientes o inconscientes. Lo notable de la serie es cómo nos invita a realizar un recorrido redentor, no solo de la figura de Carrascosa, sino a través de la pasión y el sacrificio (con su vida) de Marîa Marta, como si en ese grupo familiar de “chetos” un poco llenos de lugares comunes pero “con cierta sensibilidad social” (progre) encontrara en el juicio público una vida de redimirse y redimir al imaginario sensible frente a el “avance de las corporaciones”.

Como si no hubieran pasado 20 años en el medio entre el crimen de MMGB y la emergencia del kirchnerismo con respecto a nuestro presente, la serie nos invita a recuperar el pasado, perdonar, y abrazar la amnesia, que es el santo remedio de quienes quieren entrar al reino de los cielos (pero sin los bolsos).

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