Ozark – Cuarta temporada Parte I

Por Pedro Gomes Reis

Ozark S04 – Part I
EE.UU., 2022, 7 episodios de 60′
Creada por Bill Dubuque y Mark Williams
Con Jason BatemanLaura LinneyJulia GarnerSofia HublitzSkylar GaertnerPeter MullanJanet McTeerJason Butler HarnerAnthony CollinsEsai MoralesHarris YulinFelix SolisCarson HolmesMarc MenchacaMcKinley Belcher IIIKevin L. JohnsonMichael TourekDirk AllisonJoseph MelendezRobert C. TreveilerEvan George VourazerisLisa EmeryBruce DavisonJordana SpiroCharlie TahanTrevor LongMichael MosleyDarren GoldsteinChristopher BakerBethany Anne LindNelson BonillaSandy GivelberLindsay AyliffeDamian YoungAdam BoyerMelissa Saint-AmandJohn Bedford LloydJessica Frances DukesTom PelphreyJoe SikoraAlfonso HerreraChristopher CockeVeronica FalcónAli StrokerBruno BichirBruce AltmanSarah McLachlanBen Rappaport

Los lentes pulidos

Ozark, como un buen vino, mejora con el paso del tiempo. A su vez, como un buen vino, se espera la siguiente cosecha con ansias. En este caso, la cuarta temporada no hace nada distinto a las anteriores. O mejor dicho: hace que todo lo que en las anteriores podía parecer difícil (y propio de una ingeniería dramática notable) aquí se vuelva tan fácil y natural como la respiración. Acaso ese sea uno de los mayores secretos de esta serie: el desarrollo microscópico capa por capa de cada personaje otorga a lo que vemos un estatus absolutamente posible porque el recorrido es minucioso y la evolución dramática sofisticada. Pero quizás sea esta cuarta temporada aquella en la que nos preguntamos con mayor fuerza cómo fue que las cosas llegaron hasta el lugar en el que llegaron?

Ozark no precisa sordidez (aunque no le haga asco), sino que con un puñado de personajes logra mover el mundo narrativo que nos presenta con una capacidad que da miedo por la organización milimétrica de pesadilla de su guión, donde la acción de los personajes nunca es nimia (por lo que un plano de una tarjeta en el suelo puede conectar con una frase de más o con un equipo de limpieza en el lugar incorrecto). Esa capacidad para tejer la tela de araña es la que impide que nos preguntemos por el realismo, porque el verosímil es más fuerte. Y aunque consideremos que el absurdo puede estar triunfando no podemos dejar de mirar, como adictos tomados por una sustancia irrefrenable.

En la cuarta temporada. como en las anteriores, siempre el juego está puesto en la gran apuesta: la familia Byrde va a ser eliminada o van a lograr escapar alguna vez? Esa sigue siendo la pregunta-anzuelo que nos deja pegados. Por eso, incluso aunque prime el desprecio moral por muchas de las decisiones que toman, no podemos alejarnos de lo que se nos propone. Y aunque podamos hacer consciente el artificio y el armado de la tela de araña hay algo que no nos deja ir. Y que claramente excede a los personajes. Deberíamos decir que, como en los episodios de las antiguas series unitarias (el hoy llamado formato antología), en los que esperábamos el giro de tuerca final, en Ozark S04 el atractivo está en esa red invisible a la que me refería plenamente. Porque el atractivo es algo que pasa entre los personajes, porque el atractivo es algo que permea el territorio de la narración (y que excede al guión).
Me gusta llamar a esto el ritual del espacio narrativo. No quisiera confundirlos: no me refiero a que la serie sea virtuosa formalmente (algo que también es a su manera), sino que es pregnante en los modos en los que su espacio narrativo nos convoca. En este punto no recuerdo muchas series de televisión con la capacidad de aprovechar con tanta precisión cada centímetro de pantalla. De ahī que, a diferencia de temporadas anteriores, el juego no esté puesto en el crecimiento de cada personaje ni en la intriga principal, sino en el modo en el que el entrelazado narrativo se organiza frente a nuestros ojos.

El entramado fantasmal que nos lleva de las narices es el que habilita a que la serie modifique la velocidad de lo que narra cuantas veces quiera (casi siempre ganando el pie puesto en el acelerador), construyendo asi un estado de tensión novedoso y a la vez viejo como el mundo: todos sabemos lo que va a pasar. Lo conocemos. Pero no podemos dejar de cotejar las demás posibilidades. En ese juego de ideas y vueltas con las expectativas, Ozark, en su cuarta temporada, depura el método hasta el límite. Confía en la acción y en los espacios mucho mas que en los diálogos. E incluso subvierte ciertas formas de la TV reciente, al marcarse su propia agenda sin que ningún policial de narcos ni cualquier crime drama le diga cómo tiene que narrar. Como si se tratara de un pulidor de lentes, los creadores de Ozark despliegan un arsenal depurado y abstracto que los lleva a concebir materiales perfectos. La pregunta es por cuanto tiempo.

¿Te gustó lo que leíste? Ayudanos con un Cafecito.

Invitame un café en cafecito.app

Comparte este artículo

Otros ArtÍculos Recientes

Enterate de todo...

Recibí gratis todas las novedades en tu correo a través de nuestro Newsletter