What if…?

Por Varios Autores

EE.UU., 2021, 9 episodios de 40′
Creada por A.C. Bradley
Con voces de Jeffrey WrightChadwick BosemanHayley AtwellDominic CooperSean GunnDjimon HounsouSamuel L. JacksonToby JonesNeal McDonoughMichael RookerSebastian StanChris SullivanStanley Tucci

Una promesa

FK: Cuando comencé What If…? supuse que era la serie en la que Marvel se iba a poner particularmente experimental. Porque, a ver, al final de cuentas, la posibilidad de pensar una serie sobre mundos alternativos le proporcionaba a él MCU la mayor de las libertades. En ese sentido me tentaba mucho más que todas las series estrenadas dentro de la factoría en el último año y medio. Se cumplió algo de eso? En parte si, con algunos capítulos muy lindos. En parte no, porque también hay un plan conservador que no le da libertad a cada episodio sino que los fuerza a confluir hacia la segunda mitad, en particular en los últimos tres episodios, donde el rizo se riza una vez más y la autoconciencia obliga a girar los ojos sobre ese hermoso personaje-voz over que es The Watcher, tan Twilight zone él. El problema, más allá de ciertos altibajos, es que uno siente que nunca se configura ningún proyecto de Marvel sin su condición de producto, es decir, sin que exista la finalidad ulterior de una explotación futura (“Los guardianes del multiverso”, agárrate 2027. O eso o “Avengers Forever” en 2025). Siento que el plan de negocios de Marvel (sobre el que hablamos mil veces) es cada vez más claro y perfecto, pero a su vez cada vez más alejado de la vida, de las variantes, de los errores propios de las contradicciones. Aquí si hay error es justamente por la híper planificación que le quita aire a cualquier avance imprevisto. Amén de todo esto, la idea es extraordinaria como tal. Y supongo que en una siguiente temporada quizás se propongan liberar un poco la muñeca de la escritura

RMS: Coincido bastante. Creo que hay algunos episodios que transitan cierta medianía, sin salir de una réplica segura, como el de la Capitana Carter convertida en la Primera Vengadora o el que plantea un escenario donde T´Challa fuera Star-Lord. Y también un par realmente arriesgados, como el de los zombies y el centrado en Doctor Strange, que es tristísimo y completamente redondo en su concepción. Otro que rescato mucho es el que plantea la chance de que Thor fuera hijo único, porque abraza la comedia con absoluta libertad y sin compromisos. El gran obstáculo está en esa necesidad de cumplir con las demandas de la franquicia y de un gran arco narrativo donde la cuestión de los multiversos es el nuevo foco conflictivo. Ahí es donde la serie pierde de vista un poco a los personajes y las ideas puntuales en detrimento de ese “producto” gigantesco que es el MCU. Hasta da para preguntarse cómo habría sido la serie si se hubiera estrenado unos años antes, como parte de la Fase 2 o 3, y no como parte de la Fase 4. Sí debo decir que no tengo mucha confianza en que la segunda temporada pueda ser una chance para mayores libertades. Incluso puede ocurrir lo contrario.

IB: A mi me pasó un poco lo contrario, creo que sentía que varios de los capítulos no llegaban a desarrollarse del todo o proponían un cliffhanger como remate y concluían dejando lo mejor para un futuro incierto. Habría continuaciones de cada historia en la temporada 2? O qué pensarían hacer? Por eso cuando aparece ese Infinity Ultron que se revela como el big bad de toda la serie y se retoman diversas puntas argumentales y personajes de la serie me parecía una salida mejor. Si dejaban que fuera una serie de episodios autoconclusivos, en formato de antología, nos hubieran quedado una serie de capítulos irregulares con alguna que otra idea interesante (zombies!) pero sin mucha magia. Así al menos tuvimos un final con un despliegue de magia visual que no se vio para nada en ninguna de las otras series de Disney+ del MUC. Pienso por ejemplo en Loki, que tenía todo para ser un disparate y es la serie que vino a instalar definitivamente la idea del multiverso y que tiene un ritmo lento y una gran falta de imaginación en lo visual, cuando era una serie que pedía psicodelia y despliegue en el arte, los efectos, la iluminación y los colores. Lo mismo pasaba en WandaVisión, que empezaba con esos tintes de misterio lynchianos, y terminaba con las dos brujas tirándose rayos de colores. Al menos el final de What If y sus Avengers multiversales nos dio al Strange monstruoso, al híbrido Arnim Zola – Ultron, o toda esa secuencia de Ultron destruyendo planeta tras planeta y la pelea a través del multiverso con el Watcher. Se habló de una medianía estética y sin dudas hay algo de eso aqui. Es el MCU más disneificado que nunca, con esa animación estilizada y prolijita que nunca va a tener la energía de un cartoon desaforado a lo Tex Avery o Ren y Stimpy. Y está bien, viene del estudio de Blancanieves. Pero justamente quizás ahí está lo que más me decepcionó de la serie, no como evidencia este ensamblaje infinito de teaser para cosas por venir que es el MCU, sino que no aprovecha la animación como la herramienta exprevsiva que podría llegar a ser. Aun así, hay momentos muy bellos (el final del capítulo de Dr. Strange, redondo) e intensos (los últimos dos) y siento que todavía se puede aprovechar bastante la premisa. Me parece que el formato de serialización es inevitable, y por naturaleza una antología de episodios cerrados es contrario al espíritu de los cómics, que básicamente produce historias que nunca concluyen o que vuelven cíclicamente a lo mismo. Por otro lado y finalmente, me pareció excelente la variante de ese traveling semicircular que mostraba a los Avengers reunidos, como si el propio MCU tuviera conciencia de lo que representa ese momento iniciático del crossover en el cine de superhéroes: lo único que queda es repetir variantes de esa magia

FK: Es que es precisamente el tema del futuro incierto, qie a Nacho le parece demasiado abierto a mi me parecía mucho más arriesgado, cercano a las estrategias más de ruptura de los primeros cuatro episodios de WandaVision o algunos de Loki. Si bien es cierto que en términos concretos se percibe más ordenado, el sistema de serie con formato antológico me parecía más que indicado, precisamente porque conectaba con un perfil mucho más pulp, mucho menos clausurado en función de un objetivo de máxima. Pero bueno, también sé que pedirle esto a la máxima corporación concentrada de la industria del espectáculo contemporánea es, como mínimo, una pelotudez infantil. Lo que me lleva al segundo punto: el disfrute infantil. Hay un aspecto que me gusta de la serie y es su nula intención de hacer una adaptación de “novela gráfica seria para adultos en formato animado” como tantas vemos pululando. Por el contrario, construyeron un dibujo animado que no es naif como Los super amigos de casi cuatro décadas atrás, pero tampoco es The Killing Joke. Cuando veía What if…? se me venía a la cabeza una sensación similar a la que tuve hace poco cuando volví a ver los X-Men animados de los 90s, que me resultaban fascinantes en su momento y que revisados en la actualidad me dejaron una impresión interesante: podían ser entretenidos al mismo tiempo que complejos (y por “complejos” no pretendo un sinónimo de “adultos”). Esa sensación de mayor libertad que todo el sistema ordenadito de las fases de la franquicia me supuso una breve alegría con esta serie. Pero claro, ahí también me pregunté si en el fondo el sistema de Disney no es una perfecta acumulación de imaginarios infantiles que nos demandan cada vez menos de este lado.

RMS: La referencia a X-Men que acabas de hacer representa cabalmente la impresión que tuve cuando miraba la serie. En muchos episodios no había una demanda de solemnidad y trascendencia, sino la necesidad cabal de construir un entretenimiento sólido y consistente, con ambiciones contenidas. Y eso permitía una diversidad de capas genéricas, además de una inventiva por momentos muy atractiva. El problema surge cuando vuelve la “responsabilidad” de establecer lazos con la franquicia y sus propósitos. Es cierto por otro lado que exigirle una total libertad a un producto de una corporación como Disney (que es, a la vez, muchas corporaciones interrelacionadas) es un tanto infantil y pretencioso, pero también que esa corporación ha sabido siempre desplegar márgenes apropiados de libertad para sus creadores. Por eso el problema de fondo que me queda es parecido al de WandaVision , Loki o Falcon y el Soldado del Invierno: el intuir que podía haber más experimentación, riesgo y creatividad. Sin embargo, creo que esta es la serie de Marvel más redonda, aún con sus desniveles.

IB: Está claro, pulp genuino no íbamos a tener nunca. En la superficie si: esos años ’40 a lo Joe Johnston de la capitana Carter, los zombies y la cabeza flotante de Paul Rudd, los asesinatos y conspiraciones de un noir de bolsillo. Pero para Marvel todos esos elementos son simplemente una excusa para vender variantes de muñequitos. Tenías al Iron Man de Endgame? Ahora lo tenés en modelo zombie. Y justamente es como dice Rodri, faltó experimentación y riesgo. Aun así los lugares cómodos de esta serie son mucho mejores que la poca inventiva de Loki y Falcon and The Winder Soldier, que muchas veces son la nada misma. O una excusa para avanzar la trama del MCU. Al menos en What if….? Hay algo de serialización autocontenida, el’ se vienen cositas’ típico de la serie por lo menos apunta a un set de personajes e historias dentro de todo nuevo, que seguro eventualmente conectará con las versiones live-action pero por ahora es autosuficiente. Y genera intriga en vez de cinismo o exasperación. Y es interesante la comparación con la serie animada de los ’90 de X-Men. Creo justamente que el éxito y la complejidad de esa serie pasaba por la continuidad de sus tramas, por la ambición de interconectar personajes y referenciar a los cómics sin ninguna necesidad de hacerlos digeribles para una audiencia mainstream.

FK: A ver: los lazos con la franquicia claramente van a estar. No hay con qué darle. Sólo Warner (con DC) está yendo por la vía libre y suicida a la vez de armar cosas sueltas y si se unen se unen y sino que sea lo que dios quiera, algo que vuelve a las películas del universo DC bastante más atendibles (al menos desde Aquaman al presente, y fundamentalmente tras la finalización del ciclo Avengers original). Para eso deberíamos ver si el experimento de Eternals fracasa y Marvel termina de perder la brújula de los negocios y empieza a probar cosas nuevas. En lo inmediato no estaría sucediendo. Pero contando con los fracasos recientes de cosas como Black Widow y otros similares, bueno, no era tan extraño aventurar experimentación en What if..? Por otro lado el hojaldre cinéfilo con la cultura pop está y eso se agradece, porque en buena medida lo mejor de las mejores películas de Marvel estuvo siempre por el lado del pop y de la comedia. Ese gesto, contrario a un elitismo bobo de agenda, está anclado en un imaginario de los tempranos dosmiles que en el presente. Es, como decía Nacho, lo contrario al cinismo. El punto, claro, es si estamos frente a un piso o a un techo. Bueno: si WI es un piso, adelante. Si es un techo, cagamos, porque también será el principio de una limitación futura que puede traerle problema incluso a los negocios.
Por otro lado no puedo dejar de decir que cada vez hablamos mas de los “eventos culturales Marvel” y menos de lenguaje audiovisual, que aquí hay y mucho. Otro aspecto clave de la serie: se ve muy bien y tiene decisiones muy inteligentes en lo formal. En este caso las texturas con lasque trabajaron la imagen y los encuadres remiten dramáticamente más al lenguaje de comic. Mucho más que en otras cosas recientes que hubiéramos visto de Marvel. Creo que solo Wheddon, Waititi y Gunn tienen esa plena conciencia del encuadre como encuentro entre el lenguaje audiovisual y el del comic. Pero bueno, se nos pasó por estar hablando de negocios. Eso también es un problema.

RMS: Es cierto lo llamativo de Marvel en cuanto a cómo se ha convertido en un evento en sí mismo, lo cual nubla muchas veces sus logros formales y narrativos. En eso, una serie animada como What if es casi como una vuelta a las fuentes, un regreso a tonalidades propias de las series animadas de los noventa, pero también a la materialidad de los cómics, lo cual proporciona la base para algunas decisiones estéticas muy atractivas.

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