{"id":48300,"date":"2021-01-23T19:42:00","date_gmt":"2021-01-23T22:42:00","guid":{"rendered":"http:\/\/www.perroblanco.net\/?p=48300"},"modified":"2021-01-24T18:51:39","modified_gmt":"2021-01-24T21:51:39","slug":"balance-perro-blanco-2020-parte-ii-subvaloradas-sobrevaloradas-y-peores-largometrajes-del-ano","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.perroblanco.net\/balance-perro-blanco-2020-parte-ii-subvaloradas-sobrevaloradas-y-peores-largometrajes-del-ano\/","title":{"rendered":"BALANCE PERRO BLANCO 2020 \u2013 PARTE II: subvaloradas, sobrevaloradas y peores largometrajes del a\u00f1o"},"content":{"rendered":"\n

Estimados lectores<\/strong>:<\/p>\n\n\n\n

Decidimos hacer este balance en varias partes. La segunda de ellas se concentra en un breve resumen pel\u00edcula por pel\u00edcula de un grupo arbitrario que elegimos dentro de los estrenos y no estrenos comerciales de 2020. Podr\u00e1n encontrar un grupo de diez pel\u00edculas \u201ctapadas\u201d que consideramos que no deber\u00edan perderse por nada. Pero tambi\u00e9n diez pel\u00edculas sobrevaloradas (casualmente varias de ellas entre las primeras cincuenta: somos as\u00ed de contradictorios). Por \u00faltimo, los diez peores largometrajes (con o sin estreno comercial) del a\u00f1o. Tal como en la primer salida, por cada breve resumen podr\u00e1n ver que hay un link directo a una nota original y de mayor extensi\u00f3n (siempre que hayamos hecho la cobertura en Perro Blanco, sino encontraran el material que est\u00e1 aqu\u00ed pero sin ning\u00fan link externo de referencia).
En la siguiente salida finalizamos con la \u00faltima categor\u00eda en dos partes: los cincuenta mejores largometrajes del a\u00f1o 2020. Y dejamos para el final los balances de cada redactor y las elegidas por los lectores que nos escribieron a perroblancoredaccion@gmail.com.<\/p>\n\n\n\n

Esperamos que lo disfruten.<\/p>\n\n\n\n

Diez (10) pel\u00edculas tapadas o subvaloradas del a\u00f1o (con o sin estreno oficial)<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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Host<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

1. Host
<\/strong>Siendo fan de las dos Unfriended<\/em>, esas pel\u00edculas de terror que transcurren \u00edntegramente en la pantalla de una computadora, no dude un segundo en darle oportunidad a Host,<\/em> una pel\u00edcula de terror que combina el recurso formal de la grabaci\u00f3n de pantalla con el contexto pand\u00e9mico, en un ejercicio de g\u00e9nero corto pero intenso. La premisa es simple: un grupo de amigas se re\u00fanen por videollamada con una medium con la idea de hacer una invocaci\u00f3n espiritual, por el af\u00e1n de hacer algo diferente. La amable se\u00f1ora propone una serie de reglas y una de las amigas se toma el asunto para la chacota y no tarda en romperlas. Ahora, si un personaje plantea reglas para un ritual en una peli de terror y alguien les falta el respeto, las cosas no van a ir bien para nadie. La se\u00f1ora en cuesti\u00f3n sufre problemas de conexi\u00f3n, se retira de la escena, y las chicas quedan a merced de una potencial presencia demon\u00edaca que comienza a acecharlas primero y tratarlas (muy) violentamente despu\u00e9s. Lo notable de Host <\/em>es como usa el contexto pand\u00e9mico como una oportunidad para desplegar una serie de recursos formales muy ingeniosos a partir de cosas que para el momento que sali\u00f3 la pel\u00edcula ya eran moneda corriente para todos nosotros: los fondos alternativos de zoom, los glitches audiovisuales y sonoros producto de la mala conexi\u00f3n, los filtros s\u00edmil historia de instagram para la cara. En ese sentido, Host<\/em> logra convertir el imaginario digital de la pandemia en algo completamente siniestro, con algo tan simple como mapear un filtro -que deber\u00eda ajustarse a un rostro en un espacio vac\u00edo. M\u00e1s all\u00e1 de este ingrediente ingenioso, no hay nada en la pel\u00edcula que no hayamos visto en las mencionadas Unfriended<\/em> o en las largas puestas fijas de c\u00e1mara de Actividad Paranormal<\/em>, pero la falta de originalidad queda compensada por la tensi\u00f3n constante y una capacidad para mostrar espacios y situaciones variadas a\u00fan. El cine tambi\u00e9n puede reinventarse en base a los lugares comunes y salir victorioso, incluso sin pasar por las salas.
Ignacio Balbuena<\/strong>

<\/strong>2. <\/em>Festival de la canci\u00f3n de Eurovision: la historia de Fire Saga<\/strong><\/a>
Desde sus comienzos, Ferrell supo zambullirse en distintos mundos: los noticieros de los setenta (El reportero<\/em>), las carreras de Nascar (Ricky Bobby: loco por la velocidad<\/em>), el patinaje art\u00edstico (Deslizando a la gloria<\/em>), el b\u00e1squet semi-profesional (Semi-pro<\/em>), por citar un par de ejemplos. Pero no se adentra en estos universos para contemplarlos con distanciamiento, cinismo o desprecio. S\u00ed para retorcerlos, para explorar sus diversas capas, parodiar sus c\u00f3digos sin dejar de reivindicarlos. Lo de Festival de la Canci\u00f3n de Eurovisi\u00f3n: la historia de Fire Saga<\/em> no solo es una confirmaci\u00f3n, sino una reafirmaci\u00f3n de que lo freak, lo grasoso, lo inveros\u00edmil, son niveles de an\u00e1lisis con connotaciones no solo positivas, sino incluso necesarias. Como los protagonistas de Hermanastros<\/em>, son ni\u00f1os que se resisten a crecer, yendo a contramano del contexto. Subiendo en intensidad, Festival de la Canci\u00f3n de Eurovisi\u00f3n: la historia de Fire Saga<\/em> llega a una resoluci\u00f3n potente y conmovedora, plagada de emotividad, romanticismo y sabia poes\u00eda, con una canci\u00f3n perfecta interpretada por seres imperfectos. Ferrell entrega as\u00ed el que posiblemente sea su film m\u00e1s potencialmente masivo y popular, pero tambi\u00e9n dulce y honesto.
Rodrigo Mart\u00edn Seijas
<\/strong>
3.
Freaky<\/a>
<\/strong>Entre Happy Death Day<\/em> (2017) y Freaky, <\/em>Christopher Landon est\u00e1 perfeccionando un pitch<\/em> que parece de comit\u00e9: combinar una comedia fant\u00e1stica con el terror slasher<\/em>. La comedia con elemento fant\u00e1stico y el slasher<\/em>: dos subg\u00e9neros sumamente exitosos de d\u00e9cadas con dos escenarios posibles, ninguno de los dos alentador. Por un lado, soportar el desd\u00e9n de un panorama cinematogr\u00e1fico demasiado serio, en el cual el esp\u00edritu l\u00fadico parecer\u00eda opuesto a la profundidad conceptual. Por otro, el vaciamiento de sentido que genera la constante apelaci\u00f3n a la nostalgia, como si estos subg\u00e9neros consistieran en la repetici\u00f3n de sus elementos m\u00e1s superficiales. Continuador del trabajo de Wes Craven, Landon ofrece una mirada innovadora sobre sus referentes, que apuesta por la contemporaneidad y prescinde de nostalgias. El secreto est\u00e1 en el dise\u00f1o que hace Landon de un personaje protagonista, para el cual el dispositivo narrativo elegido es el elemento que permite una transformaci\u00f3n. Es explorando las implicancias de este cambio de roles que Freaky<\/em> despliega toda su audacia; esa que la aparta de las referencias y le permite desarrollar su propia tesis. Dentro de las audacias que se permite con su premisa, est\u00e1 el juego que establece con la identidad de g\u00e9nero. La empat\u00eda -tantas veces conjurada \u00faltimamente como condici\u00f3n suficiente para resolver todos los problemas del mundo- se vuelve en Freaky<\/em> una herramienta in\u00fatil contra un antagonista incapaz de sentirla. Y si el conocimiento es poder, el precio es una simbiosis, una contaminaci\u00f3n, una conciencia compartida, una memoria corporal impregnada de muerte. Como todas las grandes pel\u00edculas, el final conjura emociones contrapuestas. Escondida en una resoluci\u00f3n celebratoria, subyace una solapada inquietud.
Andr\u00e9s Brandariz<\/strong>
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Amenaza en lo profundo<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

4. Amenaza en lo profundo<\/a>
<\/strong>Como en buena parte de las pel\u00edculas grupales de Cameron y Carpenter (pensemos en Aliens<\/em>, en El Abismo<\/em>, pero tambi\u00e9n en Avatar<\/em>, para el primero; pensemos en Asalto al precinto 13, La Cosa<\/em>, Principe de las tinieblas, Los fantasmas de Marte<\/em>, para el segundo), aqu\u00ed el esp\u00edritu hawksiano, la camarader\u00eda, el cuidado com\u00fan y la ausencia de actos heroicos in\u00fatiles (m\u00e1s all\u00e1 de alguna que otra muerte sacrificada) est\u00e1 presente desde el minuto 4, porque la pel\u00edcula no se toma mucho m\u00e1s que eso para hacer estallar todo por los aires. Si, hay algo de Carpenter, de Cameron, de Hawks y de Verne. Pero nada de todo eso que vemos est\u00e1 gritado a los cuatro vientos, porque otro de los elementos a favor de esta pel\u00edcula querible es que su cinefilia no es un acto hist\u00e9rico, sino que est\u00e1 ah\u00ed para acompa\u00f1ar, para complementar lo que vemos, para que comprendamos que la pel\u00edcula puede sola y no necesita ayuda del pasado. Pero que al mismo tiempo es factible rastrear sus or\u00edgenes en tradiciones olvidadas. Todo lo que testimoniamos en Amenaza en lo profundo<\/em> es una deriva l\u00f3gica de una clase de cine (el de aventuras), de una \u00e9tica (la de los h\u00e9roes cl\u00e1sicos) y de una forma de narrar (la narraci\u00f3n cl\u00e1sica sostenida en im\u00e1genes, en acciones m\u00ednimas y casi ausente de di\u00e1logos, confiando en lo que vemos y o\u00edmos). Por eso nos resulta tan an\u00f3mala su presencia en la cartelera, en donde fracas\u00f3 de forma estrepitosa.
Gabriel Santiago Suede<\/strong>

<\/strong>5.
Mision de rescate<\/strong><\/a>
En Misi\u00f3n de rescate<\/em> lo que captura la atenci\u00f3n del espectador no es el drama del protagonista, sus dilemas morales o la amistad circunstancial \u2013pero tambi\u00e9n sacrificial- que entabla con ese chico que es una especie de bot\u00edn de guerra. Lo atractivo del film es, entonces, su despliegue de secuencias de alto impacto, entre las que se encuentra un notable plano secuencia de m\u00e1s de once minutos que abarca una persecuci\u00f3n automovil\u00edstica, una huida a trav\u00e9s de distintos edificios y hasta una pelea cuerpo a cuerpo en la calle. M\u00e1s all\u00e1 de eso, el relato tiene poco para ofrecer, excepto la predisposici\u00f3n de Hemsworth\/Rake para toda clase de matanzas. Es que a la hora de apilar cad\u00e1veres enemigos, Misi\u00f3n de rescate<\/em> es una pel\u00edcula sin culpa y definitivamente creativa, que hasta hace parecer la violencia como algo juguet\u00f3n, como un juego de ni\u00f1os. Misi\u00f3n de rescate<\/em> no puede asumirse como un film de acci\u00f3n puro y directo, necesita construir un drama previo, que finalmente carece de volumen, de cuerpo, de carnadura narrativa. Eso le resta honestidad y la convierte incluso en un entretenimiento culposo, que no puede aceptar su propia \u2013pero sana al fin y al cabo- superficialidad. Una pena, porque bastaba con soltar a Hemsworth y dejar que liquide enemigos sin hacerse preguntas inc\u00f3modas.
Rodrigo Mart\u00edn Seijas
<\/strong>
6.
Greyhound<\/strong><\/a>
Greyhound <\/em>no solo no parece actual. No pertenece a este tiempo. Es Eastwood sin Eastwood. Pero tambi\u00e9n es otra cosa. Porque ah\u00ed donde el cine del nonagenario ha aprendido a dar paso a nuevas y distintas voces, que le otorgan al cine de aquel un volumen humano que en muchas ocasiones el clasicismo mas seco no se permite, aqu\u00ed todo es sequedad, gestos microsc\u00f3picos, avances por medio de r\u00e1fagas contenidas y, finalmente, un visible estado de fe en la imagen. Porque en Greyhound<\/em> la imagen es portadora de tal grado de econom\u00eda que es dif\u00edcil encontrar exponentes contempor\u00e1neos que otorguen tanta expresividad sint\u00e9tica. Sin dudas estamos ante una pel\u00edcula digna de un rigor cl\u00e1sico, que no precisa declarar, aclarar ni declamar nada de lo que narra, porque en esencia comprende que la narrativa cl\u00e1sica es fundamentalmente reveladora. Por eso los di\u00e1logos son pulverizados por medio de la imagen que los avasalla. Son di\u00e1logos breves, concretos, al hueso. No son redundantes pero tampoco lo son banales. Son la palabra justa para una pel\u00edcula en donde los recursos no sobran (por elecci\u00f3n). De ah\u00ed que cuando el film avanza nos disponemos tambi\u00e9n a ser parte del barco. Pero no porque la inmersi\u00f3n sea simplemente la de la empat\u00eda que nos generan los soldados frente al ataque. Entre las escenas de tensi\u00f3n (pocas, pero eficientes como para que no podamos largar nada ni por un segundo) y las escenas maqu\u00ednicas de un grupo humano decidido a cuidarse mediante ritos de acero, aceite y carne es en donde navega esta maravilla, confundida por un film patriotero y reaccionario. Es dif\u00edcil pertenecer a una \u00e9poca de libertades pero vivir en un tiempo de miedo y limitaciones. Afortunadamente la agenda de Greyhound<\/em> no le pertenece a nadie m\u00e1s que a ella misma.
Luciano Salgado<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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7500<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

7. 7500<\/strong><\/a>
7500<\/em> sintetiza una trayectoria, un oficio y un lugar enunciativo dentro de la industria. Los amigos han visto reminiscencias al naturalismo, la sangre fr\u00eda y la sequedad expositiva de Sully<\/em>, 15:17 Tren a Par\u00eds<\/em> y El caso de Richard Jewell<\/em>, en cuanto se narra la acci\u00f3n del hombre com\u00fan ante las circunstancias de la pesadilla terrorista. Anclada en el mundo posterior al once de septiembre, la pel\u00edcula sobrevuela la odisea accidentada de Vuelo 93<\/em>, fungiendo de resumen de la teor\u00eda de Samuel Huntington del choque de civilizaciones. Una opci\u00f3n problem\u00e1tica, con el progresismo actual, es la de evitar ofrecer explicaciones y lecciones consoladoras de populismo integrista. 7500<\/em> describe la progresiva p\u00e9rdida de control de un piloto, de una cabina, de un espacio audiovisual que no solo figura el miedo de occidente con el asunto isl\u00e1mico, sino que retrata el destino de nuestra vida encapsulada, a merced de un ataque viral violento, como el de unos reclutas musulmanes adiestrados para secuestrar, matar y estrellar el avi\u00f3n en el que transcurre la historia. Va al hueso, plantea una discusi\u00f3n respecto a la objeci\u00f3n de conciencia y el mea culpa de un terrorista, propone preguntas antes que respuestas dogm\u00e1ticas, desacraliza la v\u00eda de la complacencia mainstream, plasmando la tragedia de una civilizaci\u00f3n afectada por el contagio de la barbarie, la venganza ciega del califato. 
Sergio Monsalve<\/strong>

8.
El Halloween de Hubie<\/strong><\/a>
Hubie Halloween<\/em> es, en buena medida, un retorno al Sandler de los noventa y principios del nuevo milenio, ese que se la pasaba entregando personajes tan deformes como adorables. Quiz\u00e1s eso tenga que ver con el director Steven Brill, que antes hab\u00eda dirigido a Sandler en El hijo del diablo<\/em> y La herencia del Sr. Deeds<\/em>, dos pel\u00edculas sobre seres marginales a partir de sus niveles de bondad. Pero tambi\u00e9n -y principalmente- con el propio Sandler, porque el film tambi\u00e9n tiene su dosis de actualidad a partir de c\u00f3mo puede servir para pensar la carrera del actor y guionista. Sandler ya tiene claro que no hay vuelta atr\u00e1s, que ha quedado relegado a un lugar marginal, salvo que haga drama hecho y derecho, algo que todav\u00eda le aporta cierto prestigio. Por eso est\u00e1 tomando un camino parecido -salvando las distancias- al de Clint Eastwood: una producci\u00f3n constante y a la vez libre de compromisos, con altas y bajas, de decidida experimentaci\u00f3n con formas, tiempos y g\u00e9neros, donde las reglas de correcci\u00f3n pol\u00edtica brillan -por suerte- por su ausencia. Pero no todo se trata de Sandler\/Hubie y en eso tambi\u00e9n hay una fidelidad a la esencia del cine sandleriano<\/em>, que es uno de equipo, donde todos juegan. Otra vez vuelven a aparecer casi todos los amigos de Sandler (y hasta algunos m\u00e1s que se incorporan) en una pel\u00edcula que se permite ser derivativa y coral en varios pasajes, pero como un factor que suma y no resta. Es que todo est\u00e1 hecho con cari\u00f1o en Hubie Halloween<\/em>, un film a prueba de cualquier bullying cr\u00edtico.
Rodrigo Mart\u00edn Seijas<\/strong>

9.
Si supieras<\/strong><\/a>
Si supieras<\/em> reformula la estructura narrativa de Cyrano de Bergerac<\/em>: Ac\u00e1 tenemos a Ellie Chu (Leah Lewis), quien acepta el pedido de Paul (Daniel Diemer) de escribirle una carta de amor a su nombre a Aster (Alexxis Lemire), aunque claro, Ellie tambi\u00e9n est\u00e1 enamorada de Aster, lo cual terminar\u00e1 disparando toda clase de enredos. Desde esos cruces, Si supieras<\/em> va combinando \u2013no amontonando- est\u00e9ticas, esquematismos, estereotipos, t\u00f3picos, incluso ideolog\u00edas: alta y baja cultura, masculinidad y feminidad, sexualidades, necesidades expresivas en un peque\u00f1o pueblo donde todo se dice a medias. Paulatinamente pero m\u00e1s claramente en los minutos finales, el film nos dice que hay cosas que llevamos adentro \u2013anhelos, deseos, frustraciones, hechos del pasado- que no las podemos decir de formas \u201csofisticadas\u201d, que hay un lenguaje verbal y gestual ineludible. Ese posicionamiento llega al cl\u00edmax con la secuencia, donde Si supieras<\/em> abraza todas las convenciones, pero con un convencimiento y un cari\u00f1o enormes por lo que est\u00e1 contando, sin la menor verg\u00fcenza, sin el menor atisbo de cinismo. Con todas las emociones juntas, demostrando que la inteligencia tambi\u00e9n nace del coraz\u00f3n
Rodrigo Mart\u00edn Seijas<\/strong>

10. Coffee and Kareem<\/strong>
En tiempos de correcci\u00f3n pol\u00edtica enfermiza, era casi previsible que este film fuera severamente maltratado por buena parte de la cr\u00edtica norteamericana, con acusaciones de machismo, racismo y de generar incomodidad al poner a un menor a vociferar toda clase de insultos. Se ve que hay una parte de la sociedad que dej\u00f3 de entender el sarcasmo y la iron\u00eda, adem\u00e1s de que ignora lo que est\u00e1 a la vista: por ejemplo, que todo el mundo putea, incluso los ni\u00f1os, y eso no est\u00e1 necesariamente mal. La pel\u00edcula de Michael Dowse (que ven\u00eda de hacer las muy divertidas Goon<\/em> y Stuber<\/em>) utiliza el humor escatol\u00f3gico de manera inteligente y arriesgada, utilizando el molde narrativo de las buddy movies y retorci\u00e9ndolo de forma notable. El resultado es un relato divertid\u00edsimo, que exuda libertad y desparpajo, repleto de ideas visuales -hay una secuencia en una rotonda que es uno de los grandes chistes del 2020- y que no le teme a la violencia y la guarrada como formas de humor. Y que encima cuenta con dos memorables protagonistas como Ed Helms y Terrence Little Gardenhigh. Necesitamos de m\u00e1s pel\u00edculas como Coffee y Kareem<\/em> rompiendo a los faros moralistas de esta pacata actualidad. 
Rodrigo Mart\u00edn Seijas<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Diez (10) pel\u00edculas sobrevaloradas del a\u00f1o<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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5 sangres<\/strong><\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

1. 5 sangres<\/strong><\/a>
Spike Lee vive un segundo aire. Uno que lo conecta con su etapa de los ochenta y noventa, cuando irrumpi\u00f3 con fuerza en Cannes. As\u00ed y todo, la trayectoria err\u00e1tica de Spike Lee debe ponerse en un contexto, que definitivamente permea y ti\u00f1e el color progre de sus cintas de agitaci\u00f3n black power<\/em>. Encuentro aqu\u00ed a un Spike Lee vital y a la vez, crepuscular. Un director que desea contar la guerra de Vietnam, a su manera revisionista y cr\u00edtica. 5 sangres<\/em> tiene una introducci\u00f3n vigorosa, con cuatro personajes que retornan a Saigon, en una suerte de misi\u00f3n de rescate de un bot\u00edn dorado, evocando su pasado culposo y reconociendo su anacronismo ante el testimonio de la victoria capitalista sobre el sistema comunista que combatieron. El largometraje adopta dos influencias godardianas evidentes. Por un lado la de La Chinoise<\/em>, por otro la del documental colectivo Lejos de Vietnam<\/em>, fundamentalmente al intercalar el relato con vi\u00f1etas pop, material de archivo y secuencias recreadas en el campo, con los actores viejos interpretando su rol de j\u00f3venes en la l\u00ednea de fuego. En este caso Spike Lee ha sido oportuno y pragm\u00e1tico a la hora de gestar un espect\u00e1culo que le proporcionar\u00e1 r\u00e9ditos en el futuro panfletario de la temporada de premios. La academia busca ansiosamente un victoria afroamericana que limpie y expurgue la mala conciencia por el caso de George Floyd. El momento parece adecuado para elevar el pedestal de Spike Lee en la tradicional ceremonia del teatro Kodak de los \u00c1ngeles. 5 sangres<\/em> es una pel\u00edcula menor, una simplificaci\u00f3n que resume el racismo invertido de Spike Lee, en consonancia con la demagogia de los tiempos que corren. 
Sergio Monsalve<\/strong>

2.
Palm Springs<\/strong><\/a>
Hay influencias e influencias. Algunas son literales, penetran y permean todo el cuerpo infectado del responsable de la influencia. Pero en otros casos la influencia es un forzamiento que parte menos de una necesidad org\u00e1nica que cree en los personajes que de un estado de pertenencia cultural. El retorno a Hechizo de tiempo <\/em>(o El dia de la marmota<\/em>, para generaciones mas recientes) parece menos un resultado natural de la influencia de una obra maestra insustituible que de una invocaci\u00f3n desesperada a un mundo pasado. En el caso de Palm Springs<\/em> yo tengo la sensaci\u00f3n que la primer mitad se reconoce en lo mejor de esa influencia feliz, porque nada de lo que narra est\u00e1 determinado por la necesidad de plantar bandera desde el presente<\/em> (como casi todas las reescrituras contempor\u00e1neas que vemos acometidas sobre los g\u00e9neros cl\u00e1sicos). No: la primer mitad de Palm Springs<\/em> es feliz precisamente porque puede flotar, nadar, moverse entre superficies y texturas distintas, como si fuera una pel\u00edcula-pentatl\u00f3n. En su segunda mitad, en cambio, abandona esa felicidad con una velocidad pasmosa para abordar una pesadez c\u00f3mica-moralizante, como si en alg\u00fan momento necesitara detenerse a decirnos: \u201cojo que yo no pienso igual que ciertas comedias rom\u00e1nticas del pasado\u201d. Ese gesto de necesitar desmarcarse de las influencias <\/em>es, curiosamente, el gesto mas desesperado de Palm Springs<\/em>. El problema de PS<\/em> es que no cree en sus personajes ni en la capacidad de expresarse mediante sus actos. O en todo caso: cree durante un tiempo pero luego precisa de justificativos. En definitiva, estamos ante una comedia rom\u00e1ntica bifronte, con dos cabezas. Lo que la hace un experimento querible, pero tambi\u00e9n un poco cobarde.
Federico Karstulovich<\/strong>

3.
Jojo Rabbit<\/strong><\/a>
La trama transcurre durante la segunda guerra mundial y trata la historia de Johannes Betzler, un ni\u00f1o fan\u00e1tico nazi, que tiene como amigo imaginario a Hitler y que decide unirse a la juventud hitleriana. El conflicto se le presenta cuando, luego de un accidente con una granada, descubre que su madre (Scarlett Johanson) tiene escondida a Elsa, una ni\u00f1a jud\u00eda, en su casa. La premisa es simple, contundente y prometedora. a primera vista, la pel\u00edcula promet\u00eda un humor pol\u00edticamente incorrecto. Hitler se convirti\u00f3 en parte de la cultura popular y eso le preocupa a Waititi. Le preocupa que a trav\u00e9s del humor se haya naturalizado a Hitler como encarnaci\u00f3n de todos los males<\/em>. Esa preocupaci\u00f3n y ese miedo exhibe el modo en el que el c\u00f3digo se pone en evidencia. De hecho, el borramiento del tono que le imprime la segunda mitad de la pel\u00edcula termina demostrando que la premisa era apenas un disparador, era puro humo, una estrategia para contar otra cosa y ofrecer gato por liebre. Waititi hace un humor netamente extorsivo. Por eso Jojo Rabbit<\/em> no solo es una comedia encorsetada en la culpa, sino que en el fondo no es para nada incorrecta. El problema de la solemnidad es que no hay en ella la menor invitaci\u00f3n a la inteligencia: no hay un di\u00e1logo posible con el espectador, no se abre el camino a que elaboremos nuestras propias ideas del mundo. Jojo Rabbit <\/em>es puritana, limpia y tranquilizadora. Es una pel\u00edcula hecha para seguir una agenda pol\u00edtica actual, esa que se cuela en el cine para decirnos c\u00f3mo tenemos que ser, que trabaja la historia de la manera m\u00e1s conveniente y que busca empatarlo con las problem\u00e1ticas actuales que hay en el mainstream culposo. Ir\u00f3nicamente, Jojo Rabbit<\/em> habla m\u00e1s del estado de cine de hoy que sobre el nazismo. Vaya s\u00edntoma.
Santiago Gonzalez<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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Adi\u00f3s a la memoria<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

4. Adi\u00f3s a la memoria<\/strong><\/a>
En\u00a0Adi\u00f3s a la memoria\u00a0<\/em>conviven dos miradas: una repleta de cuestionamientos, misterios, oscuridades: cree en el poder del cine; la otra sobreviene a partir de la necesidad de aportar conclusiones, aseveraciones sobre un mundo al que el director precisa anclar su material para que lo privado se vuelva material de interpelaci\u00f3n de lo colectivo: esta \u00faltima se vale del cine para construir un aparatito encargado de bajar l\u00ednea. NP utiliza en su pel\u00edcula a la memoria individual como polea de transmisi\u00f3n para activar un acto de denuncia de una\u00a0desmemoria colectiva\u00a0<\/em>(o peor a\u00fan: un olvido digitado por los medios para distraer al pueblo, esa figura imposible). Es decir: Prividera utiliza a la propia memoria en proceso de\u00a0fade out<\/em>\u00a0del padre (quien eligi\u00f3 replegarse y despegarse del recuerdo de su mujer desaparecida por la dictadura a la vez que, avanzado en los a\u00f1os, se ve afectado por un Alzeheimer que termina de borrar los \u00faltimos vestigios de un pasado que no puede reconstruir) como un recurso discursivo para otra cosa. En alguna medida, curiosamente, Prividera \u201centrega\u201d la desmemoria de su padre -que tiene un origen poco claro en sus a\u00f1os de juventud y uno bien definido y biol\u00f3gico, con la sucesi\u00f3n de la madurez- para habilitar una demanda de memoria colectiva que lo posiciona en un lugar de superioridad moral (definiendo qu\u00e9 memorias est\u00e1n bien y qu\u00e9 memorias no). La memoria colectiva (como contrapunto demandado y derivado de la presunta desmemoria que propone el director) termina sirviendo como aleccionamiento de la falta de memoria individual (o la elecci\u00f3n de un olvido), una suerte de castigo frente a las decisiones privadas. Al mismo tiempo, esa desmemoria privada es tambi\u00e9n una estrategia ret\u00f3rica, en donde la parte por el todo funciona como indicio de una desmemoria colectiva. Adi\u00f3s a la memoria\u00a0<\/em>funciona como una despedida dolorosa de un hijo a su padre, pero es, al final de cuentas, la estrategia que habilita una cruel\u00a0invasi\u00f3n a la memoria personal<\/em>, un ejercicio autoritario que suelen llevar adelante las demandas de memoria colectiva uniformes.
Ludmila Ferreri<\/strong>

5.
El juicio de los 7 de Chicago<\/strong><\/a>
El Juicio de los 7 de Chicago\u00a0<\/em>empieza con una secuencia de montaje que resume la\u00a0contextualizaci\u00f3n y los eventos hist\u00f3ricos sucedidos en 1968 durante la convenci\u00f3n dem\u00f3crata\u00a0en Chicago, mezclando im\u00e1genes de archivo con im\u00e1genes representadas. Luego, una gran\u00a0elipsis nos sit\u00faa ya en el juicio, sin que podamos ver qu\u00e9 sucedi\u00f3 efectivamente durante la\u00a0convenci\u00f3n mencionada. En este gesto de\u00a0resumir\u00a0<\/em>los hechos haciendo una especie de collage de\u00a0 ostros, pedazos de discursos, Rock and Roll; pedazos de historia (con may\u00fascula y min\u00fascula) en definitiva, es en donde podemos ver el paradigma sobre el cual la pel\u00edcula se para. Este paradigma es un denominador com\u00fan en varias de las pel\u00edculas de Sorkin, tanto como\u00a0 guionista como de director: una resistencia al historicismo, fundamentalmente en el sentido de que el film no se adapta a la \u00e9poca a la que alude sino\u00a0que esa \u00e9poca es\u00a0arrastrada<\/em>\u00a0al mismo plano que el presente. Esa uni\u00f3n de diferentes\u00a0momentos y tiempos en una misma secuencia de montaje establece el modo en el que Sorkin se va a enfrentar a la temporalidad hist\u00f3rica en la pel\u00edcula: la dificultad de crear un v\u00ednculo de causa-efecto entre ambos. Pero ah\u00ed donde el director nos promet\u00eda una pel\u00edcula que desconfiaba de la representaci\u00f3n hist\u00f3rica -siendo que el guionista\/director es un obsesivo con estos temas-, donde nos propon\u00eda repensar las falencias y limitaciones institucionales en la\u00a0justicia (oh viejo vicio del cine pol\u00edtico liberal!), hacia el final de\u00a0El Juicio de los 7 de Chicago<\/em>\u00a0no hace mas que entregarnos un panfletito simplificado, una lecci\u00f3n did\u00e1ctica sobre los males del sistema. Como casi siempre, la correcci\u00f3n es tranquilizadora. Y la tranquilidad hace cualquier cosa menos cuestionar las formas del poder.
Amilcar Boetto<\/strong>

6. De repente el para\u00edso <\/strong>
Cr\u00edtico por un lado, ingenuo por otro. Lo de Suleiman es un acto de nostalgia por lo que nunca existi\u00f3. Hauntolog\u00eda pura. O derrota por lo que nunca existi\u00f3. El problema es que el director nunca acepta ninguna clase de derrota frente a cualquier utop\u00eda muerta. Para Suleiman las relaciones de poder son producto de un manique\u00edsmo feroz. Frente a eso nada m\u00e1s lejano que comparar a su personaje con el Hulot de Tati. Lo de Suleiman es la met\u00e1fora hecha y derecha. M\u00e1s o menos banal a veces, m\u00e1s o menos sofisticada en otros (el vecino ladr\u00f3n de limones, por baby jesus!). Redundante en sus estrategias, lo que concibe en De repente el para\u00edso <\/em>es tambi\u00e9n el producto de una esquizofrenia. En su pel\u00edcula hay una mirada cr\u00edtica y precisa hacia adentro del territorio pero blanda y de un progresismo antiimperialista soft cuando es un extranjero en tierra extra\u00f1a. Curiosa paradoja: en el mundo de Suleiman parece haber militares buenos y militares malos, nacionalismos buenos y nacionalismos malos, invasiones buenas e invasiones malas. El l\u00edmite, la frontera y el territorio y el imaginario cultural siguen siendo una obsesi\u00f3n. Cuando Suleiman duda y no sabe d\u00f3nde situarse es cuando De repente el para\u00edso<\/em><\/strong> gana en ideas. Pero lamentablemente el autoconvencimiento lo retorna a un terreno en el que las herramientas se parecen a p\u00f3lvora mojada. En el cine del director no hay contradicci\u00f3n productiva. Sus contradicciones y fascinaciones con el mundo de occidente siempre est\u00e1n mediadas por la explicaci\u00f3n. Dejemos de ofender a Tati, un cosmopolita en serio. Sin culpas de por medio.
Federico Karstulovich<\/strong>
<\/p>\n\n\n\n

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El hombre invisible<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

7. El hombre invisible<\/strong><\/a>
El hombre invisible<\/em> no cree en la materialidad de lo que narra sino que est\u00e1 mucho m\u00e1s pendiente y atenta del giro apropiado(r) de la adaptaci\u00f3n, a la importancia de las profundidades antes que a los juegos de la literalidad y la superficie de los g\u00e9neros. Pero el problema no est\u00e1 en la adaptaci\u00f3n en s\u00ed (que mas bien debe ser entendida como una versi\u00f3n libre) sino en el modo en el cual la pel\u00edcula le habla al g\u00e9nero con el que dialoga y al presente. La particularidad de El hombre invisible<\/em> versi\u00f3n 2020 radica en su manera de aludir al tiempo actual pero sin denominarlo. Como si el presente no hablara desde las palabras (no oiremos femicidio, ni machismo ni conductas violentas del patriarcado) sino desde sus met\u00e0foras mas elementales. En rigor de verdad, cuando esa abstracci\u00f3n juega al thriller paranoico-terror psicol\u00f3gico la pel\u00edcula avanza con cierta profesionalidad, porque son sus im\u00e1genes y la potencia de los encuadres vac\u00edos y los paseos aquello que nos gu\u00eda por el universo alucinado (a primera vista, claro) de la protagonista. Pero cuando la abstracci\u00f3n da paso a la figura, cuando el componente material cede su entrada al rasgo ideol\u00f3gico es cuando la pel\u00edcula experimenta un cambio del cual no puede volver. Cuando El hombre invisible <\/em>deja de confiar en la ambig\u00fcedad para convertirse en un film de denuncia, de se\u00f1alamiento, una pel\u00edcula sobre \u201ctemas importantes\u201d. Cuando la v\u00edctima deja de ser una persona sometida a su locura o a una persecuci\u00f3n de parte de un psic\u00f3pata cient\u00edfico o simplemente es asediada por un fantasma, es decir, cuando la pel\u00edcula deja de optar por las circunstancias que la emparentan con lo mejor que supo entregar el cine clase B, que no es otra cosa que ambig\u00fcedad y elisi\u00f3n de respuestas, es cuando el juego se acaba.
Ludmila Ferreri<\/strong>

8.
El precio de la verdad<\/strong><\/a>
Hollywood hace estas cosas todo el tiempo: siempre hay un cierto n\u00famero de peliculitas importantes, de denuncia, hechas por lo general con una factura prolija que habla de los males corporativos que corrompen los cimientos de Estados Unidos. Hollywood organiza su imagen p\u00fablica filmando y premiando pel\u00edculas as\u00ed. No es grave, el sistema funciona de esa forma desde hace tiempo. Lo extra\u00f1o es que sea Todd Haynes el encargado de un proyecto as\u00ed. Hay directores que toman riesgos cambiando universos personales y tono, que prueban cosas nuevas, pero lo de Haynes es otro asunto: el hombre renuncia a su mundo por nada, por una pel\u00edcula que se agota toda en el cuento a lo David y Goliat. Dark Waters<\/em> est\u00e1 dise\u00f1ada para producir unos efectos muy precisos: indignaci\u00f3n, toma de conciencia, compromiso. Un par de Oscars, tal vez (no se dio). Pero de pasarla bien nada. Un cine que queda bien hacer y ver. Dark Waters<\/em>, en cambio, no sabe lo que es jugar, est\u00e1 demasiado ocupada en adaptar un art\u00edculo period\u00edstico. En el medio hay di\u00e1logos sobre la impunidad de las grandes empresas, la resistencia estoica de los d\u00e9biles y las vidas arruinadas por la contaminaci\u00f3n, pero todo parece ejecutado con languidez y pereza, como si la pel\u00edcula quisiera cosechar los beneficios sociales de la denuncia pero no se atreviera ni siquiera a levantar un poco la voz. Todd Haynes, el resucitador de melodramas desbordados, reducido hoy, apenas, a bur\u00f3crata de la agenda biempensante hollywoodense.
Diego Mat\u00e9<\/strong>

9.
The vast of night<\/strong><\/a>
Nada de lo que sucede a lo largo de los 91 minutos de The vast of nigh<\/em> nos es particularmente ajeno a quienes amamos con intensidad al cine clase B, al fant\u00e1stico, a las series unitarias que supieron ser convocante para el p\u00fablico masivo hace casi 50-60 a\u00f1os y que hace poco revivieron parcialmente con Black Mirror. <\/em>Nada de eso no es ajeno porque toda la pel\u00edcula de Andrew Patterson est\u00e1 atravesada de semejantes influencias. Pero si fu\u00e9semos a juzgar las condiciones de una pel\u00edcula por sus influencias previas (para bien o para mal) estar\u00edamos ingresando por el camino mas incorrecto de todos. Se me ocurre que la disyuntiva del director, a la hora de encarar un material cuyo origen ten\u00eda mas puntos de contacto con el cine de Peter Bogdanovich (y hasta con American Graffitti<\/em>) antes que con el sci-fi televisivo de los 50s-60s, estaba dada por el modo en el cual abordar todo el asunto. Si hacer coexistir las influencias, si habilitar un sistema de expectativas cumplidas o no. O si caer en los lugares comunes del retro-muse\u00edsmo o simplemente patear el tablero. Pero lo que no me hab\u00eda imaginado es que se propondr\u00eda todas las opciones juntas (no a la vez, claro), en un verdadero descontrol de tonos, ritmos, formas. Curiosamente esa capacidad esquizofr\u00e9nica dota a The Vast of night <\/em>de la libertad suficiente como para hacernos disfrutar de algunos de sus segmentos (el inicial es extraordinario, no solo formalmente sino narrativamente, de un virtuosismo andersoniano), pero tambi\u00e9n para cuestionar fuertemente las decisiones de otros, como si en realidad se hubiera tratado de un film colectivo, de la clase de pel\u00edculas multic\u00e9falas que se disfrutan por el cruce pero tambi\u00e9n se padecen.
Gabriel Santiago Suede<\/strong>

<\/strong>10.
The King of Staten Island<\/strong><\/a>
Apatow jugando a ser joven. Jugando a ser indie. Jugando a no haber escrito lo que hizo. Como si fuera una opera prima. Como si tuviera sub 30 y estuviera pensando, desde un costado menos NCA y mucho mas cerca del indie noventoso. Es curioso: donde se ha observado madurez yo siento que hay un necesario retorno a un pasado que no fue parte de la identidad constitutiva de Apatow pero que si fue necesario para que pudiera existir una renovaci\u00f3n en la representaci\u00f3n de lo familiar en el cine americano actual incluso en su versi\u00f3n mainstream: familias que funcionan rengas, una sensaci\u00f3n de personajes cada vez mas a la deriva, la necesidad de aferrarse a afectos que funcionen aunque sea parcialmente. Apatow tiene personajes complejos, contradictorios, vuelteros. Pero hay un punto en donde no los respeta y en donde siempre hace lo que se le canta para \u201csorprendernos\u201d, como si en el fondo no confiar en ellos definitivamente. Por eso necesita cada vez mas de esos forzamientos que el dramedy habilita para legitimar esos movimientos forzados. En TKOSI<\/em> pasa eso. No hay una confianza ni un desarrollo de los personajes, sino una inscripci\u00f3n de estos en un sistema cerrado (el del Dramedy). Y que entre como entre. No casualmente necesita pel\u00edculas tan largas, como si no le dieran los tiempos y no los pudiera administrar para lograr relatos org\u00e1nicos con los arcos dram\u00e1ticos de personaje. Apatow se ha convertido en un tipo desesperado por ser contempor\u00e1neo pero a su vez por no traicionarse como autor. Pero con TKOSI<\/em> constatamos que no solo no vino a romper nada sino mas bien a consolidar un estado de cosas. Apatow ten\u00eda que crecer para poder hacer dad jokes con autoridad y legitimidad y abandonar la escatolog\u00eda? Quiz\u00e1s siempre haya sido eso, entonces: un tipo que ten\u00eda a personajes pero que no cre\u00eda mucho en su mundo sino en un mundo que no hab\u00eda llegado. Entonces, como hab\u00eda que surfear la ola, aprovech\u00f3: se llen\u00f3 la tabla de surf de pijas, culos, chistes sobre masturbaci\u00f3n, cultura pop y otras cosas. Al final de cuentas siempre quiso ser grande. Y solo se puso viejo y oxidado.
Federico Karstulovich<\/strong><\/p>\n\n\n\n

Peores diez (10) pel\u00edculas del a\u00f1o (con o sin estreno oficial)<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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Tenet<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

1. Tenet<\/a>
<\/strong>El cine de Christopher Nolan es un cine con gigantismo, pero casi completamente incapacitado de identificar la dimensi\u00f3n humana del movimiento. Por eso su cine es una m\u00e1quina cerebral que retorna a las formas de modernismo narrativo que en los 60s y 70s hac\u00edan ruido entre los espectadores y que hoy apenas puede ser mirado porque el espectador contempor\u00e1neo, asumo, tiene bastante menos paciencia que el de hace cuatro d\u00e9cadas. Lo cierto es que Nolan, como todos los gigantes, tiene dedos gordos y le cuesta agarrar las cosas sin romperlas. Por eso, como todo gigante, lo mejor que puede hacer es patear cosas, destruir cosillas que exceden las posibilidades de su tacto de King-Kong. Pero no rompe cosas con la anarqu\u00eda del gusto por jugar con las formas y no tom\u00e1rselas en serio. Nolan rompe lo que no puede tratar suavemente e intenta compensar esa falta con un sistema de contrapuntos: set pieces grandotas como el mundo, virtuosas, vistosas, divertidas, pero tambi\u00e9n f\u00fatiles vs momentos de explicaciones insoportables, paradojas l\u00f3gicas, teor\u00edas cu\u00e1nticas. Salvajismo al salvajismo, cuerpo al cuerpo. Pero el pobre Christo no sabe nada de eso. Es el arte de los cerebrales. Tenet<\/em> est\u00e1 plagada de ideas visuales que se arruinan por la extensi\u00f3n desmedida, por la hip\u00e9rbole filos\u00f3fica, pero fundamentalmente por lo que las escenas mismas exponen con desesperaci\u00f3n: una alarmante desconfianza en las im\u00e1genes por las im\u00e1genes mismas. Aunque est\u00e9 repleta del mismo, extra\u00f1amente, Tenet <\/em>desprecia a la acci\u00f3n, al movimiento y a cualquier cosa que se asemeje al recorrido vital de las im\u00e1genes que, 24 veces por segundo, nos mienten un mundo de posibilidades. Nolan sigue atentando contra el cine.
Pedro Gomes Reis<\/strong>

<\/strong>2.
Mank<\/strong><\/a>
Mank <\/em>no es siquiera una pel\u00edcula. Es, en todo caso, un aparato no muy distinto a una cafetera, una licuadora. Es un mecanismo funcional, anticuado, que no descubre nada, aunque est\u00e9 convencida de estar descubriendo todo. Mank<\/em> es vulgar. Pero no por su ejercicio de estilo de mostrarse como una pel\u00edcula de los 30s, por su juego de citas y alusiones que es un juego m\u00e1s bien elemental, sup\u00e9rfluo, y, ciertamente, de un elitismo snob que nunca termina de integrarse a lo narrado. Mank<\/em> es, en esencia, una pel\u00edcula vulgar por su rechazo a la mitolog\u00eda. Resulta curioso: aquellos directores que m\u00e1s creen en los mitos son precisamente aquellos que menos precisan de las lecturas hermen\u00e9uticas. Y si la hermen\u00e9utica es la disciplina de la lectura que propugna hallar un centro, una profundidad, un m\u00e1s all\u00e1, el mito lo \u00fanico que hace es doblegar a tama\u00f1a empresa: el mito existe para que no necesitemos explicar lo que est\u00e1 m\u00e1s all\u00e1 (siempre que hubiera algo, claro). El ciudadano <\/em>fue pensada hist\u00f3ricamente como una pel\u00edcula desmitificadora de un mundo. Pero nada pudo haber estado m\u00e1s lejos: para Welles la verdad y el acceso a la misma, la posibilidad del acceso al centro duro de una vida es un hecho imposible. Nunca Welles se propuso destruir mito alguno en su obra. En todo caso expuso ese car\u00e1cter oscuro del mito: presuponer un m\u00e1s all\u00e1, una metaf\u00edsica ah\u00ed donde quiz\u00e1s solo haya una creencia girando en el vac\u00edo. En Mank<\/em>, en cambio, la desmitificaci\u00f3n carece del peso espec\u00edfico que incluso poseen las pel\u00edculas que vienen a revelarnos un mundo desconocido. No se nos revela mucho. Y si lo hace lo hace sin inter\u00e9s, con una desidia que irrita y se vuelve redundante. Por eso apela sistem\u00e1ticamente a los recursos m\u00e1s elementales de los lugares comunes del mythbuster<\/em> hollywoodense: alcoholismo, adicci\u00f3n al sexo, lameculos por doquier, narcisismos desatados. En este punto nada de lo que narra Fincher es nuevo ni original ni interesante: un cine sin alma, sin mitos, sin historia, sin inter\u00e9s, concentrado en vanidades obtusas. 
Federico Karstulovich<\/strong>

<\/strong>3.
I\u2019m Thinking of Ending Things<\/strong><\/a>
Charlie Kaufman es un hombre sumamente inteligente, culto y capaz de realizar operaciones de una profunda abstracci\u00f3n, malabares intelectuales y acrobacias mentales. No le basta, sin embargo, con haber alcanzado esas valiosas cimas del intelecto humano. Necesita que sepamos qu\u00e9 inteligente y erudito es. Anhela, casi desesperadamente, que reconozcamos y apreciemos su brillantez. El problema, a mi humilde entender, es pensar que conocimiento e inteligencia son sin\u00f3nimos. Es la cl\u00e1sica falacia del acad\u00e9mico: cito a mucha gente para disimular el hecho de que no se me cae una sola idea. O, peor, me monto al saber t\u00e1cito de que mucha gente de mi misma clase social sufre de una profunda inseguridad sobre sus propias limitaciones y se deja enga\u00f1ar muy f\u00e1cilmente, dado que las citas que pueblan la \u00faltima aventura barroca de Kaufman los hace sentir m\u00e1s cultos, m\u00e1s le\u00eddos, menos ajenos a la producci\u00f3n cultural que los elegidos deber\u00edan manejar. El problema no es tanto que Kaufman atiborre a su pel\u00edcula de esas referencias, sino que sus personajes son apenas personajes. Son m\u00e1s bien matices apenas disfrazados de su propia voz, la voz del autor omnisciente que tiene infinitas opiniones sobre todo y necesita compartirlas. \u00bfQu\u00e9 nos quiere decir Kaufman? I\u2019m Thinking of Ending Things<\/em> es una pel\u00edcula tremendamente solemne, densa en el peor sentido, llena de s\u00ed misma y convencida de su auto-importancia. Hasta el t\u00edtulo tiene m\u00faltiples significados posibles. Quiz\u00e1s habla de un deseo de separarse, quiz\u00e1s del deseo de suicidarse, quiz\u00e1s de un pensamiento recurrente en cosas que se acaban (\u201cending things\u201d se puede entender como \u201cacabar las cosas\u201d o \u201ccosas que acaban\u201d). A\u00fan as\u00ed, el embrollo sem\u00e1ntico ni esclarece ni potencia. Kaufman es norteamericano y progresista, hijo de una casta social que necesita hacer alarde de su saber, que necesita demostrarle a toda esa otra poblaci\u00f3n del pa\u00eds (esa que come salchichas, mira televisi\u00f3n y vota a Trump) que ir a la universidad te hace mejor, que el saber adquirido te salva, que hay valores que te exculpan de esa existencia mediocre y te permiten crear algo bello, excelso, complejo, \u00fanico.
Guido Segal<\/strong><\/p>\n\n\n\n

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Coraz\u00f3n Loco<\/em><\/strong><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

4. Coraz\u00f3n Loco<\/a>
<\/strong>Coraz\u00f3n Loco<\/em> tiene un horizonte que no est\u00e1 en el realismo, ni siquiera el costumbrismo Pol-Ka, que es una marca que el mismo Suar podr\u00eda arrastra ahora como guionista. No: nada de lo que muestra la pel\u00edcula es remotamente posible, por eso tampoco hay que tom\u00e1rsela demasiado en serio. Coraz\u00f3n Loco<\/em> es mala, en efecto. No es dificil darse cuenta de eso. Pero no lo es porque est\u00e9 mal filmada (al final de cuentas todo el cine publicitario que realiza Marcos Carnevale no es otra cosa que una sucesi\u00f3n de planos para consumo inmediato), sino porque ah\u00ed donde pudo haber empezado, ah\u00ed donde los lugares comunes se volv\u00edan material tan exageradamente demod\u00e9 -puede tomarse en serio esta premisa que parece una mezcla de las comedias de Dar\u00edo Vittori con el Francella mas adocenado y televisivo de los 90s?- que convert\u00edan a todo el asunto en una parodia involuntaria del mismo Suar, la pel\u00edcula elige el desprecio de tomarse en serio a s\u00ed misma. Pero en este caso el asunto es peor que habitualmente, porque Carnevale se manifiesta incapaz de elegir un tono definido e ir hacia \u00e9l. Ni comedia de enredos, ni comedia de rematrimonio, ni pel\u00edcula sobre venganza (en alg\u00fan momento la pel\u00edcula juega a coquetear con la agenda feminista, pero en el fondo exhibe una misoginia galopante y un machismo tontol\u00f3n). Al cierre, constatamos un recorrido final autoindulgente, machista y fuera de contexto. Sin castigo (afortunadamente, ya que en caso de haber recibido el castigo potencial que se nos promet\u00eda la pel\u00edcula hubiera ca\u00eddo en un pozo sin retorno), solo y rodeado de explicaciones autosatisfactorias, el cine de la factor\u00eda Suar multiplica el ejercicio onanista de su mandam\u00e1s. Pero en este caso se trata de un onanismo sin conciencia de s\u00ed. Pero ni eso: una paja.
Mariano Bizzio<\/strong>

5.
Wasp Network<\/a>
Assayas podr\u00eda haber convertido a Wasp Network <\/em>en una gran pel\u00edcula sobre los horrores de la dictadura cubana, pero tambi\u00e9n sobre las injerencias de la CIA, la relaci\u00f3n con el narcotr\u00e1fico y varias cosas m\u00e1s. Pero no. Assayas tom\u00f3 las peores decisiones posibles. Wasp Network<\/em> est\u00e1 atravesada por una diversidad incontable de problemas. En Wasp Network <\/em>nada parece hacer pie: no hay empat\u00eda posible con ninguno de los personajes, que est\u00e1n obligados a repetir mantras imposibles que son oraciones vac\u00edas e informativas, como en las dramatizaciones de Pare de sufrir. <\/em>Sumado a esto nos encontramos con una pel\u00edcula que en su elecci\u00f3n equidistante despolitiza cualquier posible cr\u00edtica hacia los ejes que atraviesa (el actuar terrorista de grupos en Cuba, el terrorismo de estado cubano con sus propios ciudadanos, el rol de la CIA, el lugar del narcotr\u00e1fico en todo el proceso de idas y vueltas). Pero la chatura de la pel\u00edcula no apunta solo a su falsa neutralidad, sino que se expresa en una galopante en todos los recursos formales a la mano: fotogr\u00e1ficamente es tan uniforme y autom\u00e1tica que asusta, ninguna de las decisiones de puesta de c\u00e1mara construye tensi\u00f3n narrativa alguna, el montaje es m\u00e1s bien lineal y carente de progresi\u00f3n, las actuaciones est\u00e1n por debajo de un nivel de profesionalidad, exceptuando la de Gael Garc\u00eda Bernal y Ana de Armas, quienes se desempe\u00f1an mejor. Pero el mayor problema es que no parece haber jugado una decisi\u00f3n, sino una superposici\u00f3n de decisiones, como si la pel\u00edcula fuera una criatura frankensteiniana llevada a cabo por 20 cerebros distintos que nunca se pusieron de acuerdo. Esa esquizofrenia determina el final anunciado: nada de lo que narra Wasp Network <\/em>termina por interesarnos. Lo que no puedo entender es en qu\u00e9 mundo semejante grupo de actores pudo haber aceptado la participaci\u00f3n en este reenactment<\/em> triste, solitario y final. Solo espero que ese no sea el destino de la carrera de Assayas, un tipo dotado de un enorme talento, aqu\u00ed ausente.
Ludmila Ferreri<\/strong>

6.
Soul<\/strong><\/a>
Soul<\/em> no es una mejora, una reescritura de Intensa-Mente <\/em>(una pel\u00edcula malentendida y despreciada injustamente), sino que funciona, bien por el contrario, como la versi\u00f3n vulgar de aquella, como si Pete Docter hubiera desaprendido todo lo que alguna vez supo ser: el responsable de Monsters Inc<\/em> y Up<\/em>. Si en Intensa-Mente <\/em>se preguntaba por el modo de continuar y resolver la tensi\u00f3n entre la autonom\u00eda del mundo propio y la imitaci\u00f3n del mundo exterior. Soul <\/em>cree en los aprendizajes y en las certezas del adoctrinamiento. Soul <\/em>es un liso y llano llamado a la autosuperaci\u00f3n, en un verdadero curso de autoayuda. En Intensa-Mente<\/em> el mundo interno era una pesadilla plagada de tensiones, en Soul<\/em> el mundo interno es el producto del encuentro con nuestra propia esencia. Pero adem\u00e1s, Soul<\/em> juega todas sus cartas de manera desordenada: un inicio que se presume pudo haber sido m\u00e1s extenso pero que muri\u00f3 en la isla de montaje, un segmento disperso, carente de humor, en donde el idioma new age se impone con fuerza por sobre cualquier tentativa de inter\u00e9s narrativo -sopor\u00edfero como pocas veces lo fuera Pixar a lo largo de sus tres d\u00e9cadas de vida-, un retorno a la comedia -en este caso de cuerpos invertidos- desaprovechado casi por completo demostrando una impericia sorprendente y un final atolondrado, forzado en su aceleraci\u00f3n, en donde todo se resuelve con una arbitrariedad pasmosa y en donde el inveros\u00edmil que nos hab\u00eda invadido previamente. En el medio de todo este desbarajuste fenomenal en donde la l\u00f3gica no se aplica ni siquiera a los registros de representaci\u00f3n, nosotros boyamos como espectadores en medio de una pel\u00edcula-monstruo (y monstruosa): se nos lleva de las narices por un mundo en el que nunca podemos entrar ni podemos confiar, se nos propone una lectura aleccionadora frente al dolor y el duelo, se nos anestesia y pueriliza, para finalmente hacernos arribar a un mundo de texturas y formas que ninguna conexi\u00f3n tienen con lo narrado, es decir: texturas ya no para cine sino para una experiencia audiovisual en 4K o superior. De cine no queda nada. En el medio de los despojos, de la arbitrariedad, del sistema de aleccionamiento propio del cine-p\u00falpito del que en alguna ocasi\u00f3n Pixar pudo haberse burlado, nos damos cuenta que entre 1995 y 2020 pas\u00f3 un cuarto de siglo. Y que los padres (incluso los imaginarios, los que nos criaron con im\u00e1genes) tambi\u00e9n pueden envejecer mal.
Luciano Salgado<\/strong>
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El diablo a todas horas<\/strong><\/em><\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

7. El diablo a todas horas<\/a>
<\/strong>El diablo no campa por esos lares del sur profundo. Lo que si hay y mucho en esta pel\u00edcula es la presencia de un dios cruel que resuena al del antiguo testamento. No hay invocaci\u00f3n alguna a presencia de ning\u00fan mal sat\u00e1nico. Pero por el contrario, todos los males terrenales que observamos -pr\u00e1cticamente no hay un solo personaje que no sea un reverendo hijo de putas: el que no asesina, viola, el que no viola, golpea, el que no golpea, maltrata y el que no hace ninguna de esas cosas es un gil que termina muerto: divino todo- est\u00e1n obsesivamente entrecruzados, como si el dise\u00f1o de cr\u00edmenes y castigos estuviera milim\u00e9tricamente organizado. Pero para peor: esos cr\u00edmenes y esos castigos en cuesti\u00f3n, lejos de distribuirse de manera aleatoria, se condicen con una estructura moral todav\u00eda mas peligrosa: la del \u00e1ngel vengador (curioso dato: tres de los personajes tienen\/tuvieron\/tendr\u00e1n roles en pel\u00edculas de superh\u00e9roes) que llega para arrasar, aunque de manera involuntaria, con toda la mugre del pueblo infecto en el que se suceden los hechos. Todas y cada una de las acciones violentas suponen una pena<\/em>, un calvario planificado<\/em>. Al finalizar El diablo a todas horas<\/em>, curiosamente, uno espera que se aseste alguna carta guardada sobre nuestro ojo. Todo ese recorrido coral al que nos somete la pel\u00edcula durante las interminables dos horas con dieciocho minutos no es mas que para construir el fresco social de \u201cdegradaci\u00f3n, corrupci\u00f3n e inmoralidad\u201d. Como si viniera con un serm\u00f3n incluido y todo, al cierre la pel\u00edcula, encima, pretende definir un discurso tranquilizador al final del camino.
Luciano Salgado<\/strong>

<\/strong>8. Rebecca <\/strong>
Hitchcock se revuelca en la tumba y se vuelve a levantar para sopapear al responsable de tama\u00f1a bazofia. Este europuddin<\/em> tard\u00edo no solo no tiene mucho para ofrecer m\u00e1s que un intento de actualizaci\u00f3n a nuestros tiempos y a la agenda feminista la fantas\u00eda del macho maltratador y el gaslighting (que encima pega una vuelta sobre su eje que te la voglio dire<\/em>, esperen a la \u00faltima escena), sino que para peor, es larga, solemne, carente de la crueldad del director de V\u00e9rtigo<\/em>, pero ante todo, carente de ideas. Porque si algo sucede con las adaptaciones o remakes, al igual que con los covers<\/em>, es que lo central no puede ser nunca la imitaci\u00f3n del original, sino la capacidad de generar un discurso propio. Pero nada de eso sucede con esta versi\u00f3n de Rebecca<\/em>, que nada tiene que envidiarle al Sidney Pollack de \u00c1frica m\u00eda<\/em>, con su paisajismo de manual. Pero tampoco puede envidiarle nada al cine fotocopiador m\u00e1s autom\u00e1tico. Quiz\u00e1s, en definitiva, porque se trata de una pel\u00edcula pensada por un algoritmo de dise\u00f1o. Posiblemente nos tomemos demasiado tiempo para despreciar a esta pel\u00edcula, que ni siquiera merec\u00eda que nos molest\u00e1ramos en ella.
Gabriel Santiago Suede<\/strong>

9. El Hoyo<\/strong>
2020 (la pel\u00edcula fue terminada en 2019), la pandemia y las met\u00e1foras grandotas como una monta\u00f1a de basura. Teor\u00eda del derrame, naturalismo confundido con sordidez. Teatralidad expandida en vertical y m\u00e1s que met\u00e1fora, alegor\u00eda grosera. Mugre, desgracias humanas, gritos. Mucho high concept<\/em>. Encierro (ah, si, ahora que estamos en 2020 reinterpretamos todo en direcci\u00f3n al coronavirus, entonces covidxplotation), pretensi\u00f3n de comentario pol\u00edtico. M\u00e1s encierro. La sensaci\u00f3n que nos provoca El hoyo <\/em>es la de estar asistiendo a un cortometraje que se fue de mambo, que se excedi\u00f3 y cont\u00f3 con un presupuesto holgado. Incre\u00edblemente esta \u00f3pera prima banal tuvo su cuarto de hora en 2020. Solo en un contexto excepcional como el de la pandemia esta porquer\u00eda pudo haber hecho el ruido que hizo. Por suerte hoy qued\u00f3 olvidada.
Luciano Salgado<\/strong>

10. Borat: Subsequent movie film
<\/strong>Sacha Baron Cohen supo tener su tiempo, su aire, su momentum<\/em>, all\u00e1 a principios de los 2000s. Una sucesi\u00f3n de pel\u00edculas imprevisibles para la \u00e9poca, una serie de apariciones rutilantes en pel\u00edculas de terceros, una retahila de pel\u00edculas con muy buen timming<\/em> para el humor absurdo en algunas escenas pero serios problemas a la hora de construir una comedia narrativa fueron las bases para que su persona tomara un estado p\u00fablico acaso un poco excesivo (pero bueno: es lo que pasa cuando se demandan figuras c\u00f3micas, por lo que cualquier zapato con un par de ideas min\u00fasculas puede presumir alguna clase de centralidad). La pregunta que viene al caso es: por qu\u00e9 motivo volvi\u00f3 Baron Cohen a Borat? Posiblemente porque estaba aburrido de ser millonario y aceptar papeles laterales en proyectos de terceros. Posiblemente porque necesitaba refrescar el personaje para la generaci\u00f3n de centennials<\/em>. Posiblemente porque el timming<\/em> anti-Trump habilitaba volver al personaje del periodista mas que a cualquiera de los otros personajes (poco c\u00e9lebres) que hubiera perge\u00f1ado. El problema con Borat: Subsequent movie film<\/em> es que Cohen ni siquiera conf\u00eda en su personaje. Ni en su humor elemental de doble sentido y desprecio por terceros (la idea de que estamos ante un documental que en efecto graba a los entrevistados con c\u00e1mara escondida no resiste el menor an\u00e1lisis). Casi dos d\u00e9cadas despu\u00e9s del lanzamiento de la primer pel\u00edcula, al menos para Cohen, nada pero nada parece haber cambiado. Por eso la p\u00f3lvora se percibe mojada. Los chistes que funcionan se evaporan antes de los primeros cinco minutos. Y lo que queda es una r\u00e9plica actualizada y en la \u00e9poca de redes sociales de algo que ya en 2006 era viejo y vulgar.
Mariano Bizzio<\/strong><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

Estimados lectores:
\nDecidimos hacer este balance en varias partes. La segunda de ellas se concentra en un breve resumen pel\u00edcula por pel\u00edcula de un grupo arbitrario que elegimos dentro de los estrenos y no estrenos comerciales de 2020. Podr\u00e1n encontrar un grupo de diez pel\u00edculas \u201ctapadas\u201d que consideramos que no deber\u00edan perderse por nada. Pero tambi\u00e9n diez pel\u00edculas sobrevaloradas (casualmente varias de ellas entre las primeras cincuenta: somos as\u00ed de contradictorios). Por \u00faltimo, los diez peores largometrajes (con o sin estreno comercial) del a\u00f1o. Tal como en la primer salida, por cada breve resumen podr\u00e1n ver que hay un link directo a una nota original y de mayor extensi\u00f3n (siempre que hayamos hecho la cobertura en Perro Blanco, sino encontraran el material que est\u00e1 aqu\u00ed pero sin ning\u00fan link externo de referencia).En la siguiente salida finalizamos con la \u00faltima categor\u00eda en dos partes: los cincuenta mejores largometrajes del a\u00f1o 2020. Y dejamos para el final los balances de cada redactor y las elegidas por los lectores que nos escribieron a\u00a0perroblancoredaccion@gmail.com.<\/p>\n","protected":false},"author":43,"featured_media":48394,"comment_status":"closed","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":{"_acf_changed":false,"_uag_custom_page_level_css":"","_lmt_disableupdate":"no","_lmt_disable":"","_kad_post_transparent":"","_kad_post_title":"","_kad_post_layout":"","_kad_post_sidebar_id":"","_kad_post_content_style":"","_kad_post_vertical_padding":"","_kad_post_feature":"","_kad_post_feature_position":"","_kad_post_header":false,"_kad_post_footer":false,"footnotes":""},"categories":[260],"tags":[],"acf":[],"modified_by":"Federico Karstulovich","spectra_custom_meta":{"wtr-disable-reading-progress":[""],"wtr-disable-time-commitment":[""],"wp_last_modified_info":["enero 24, 2021 @ 6:51 pm"],"wplmi_shortcode":["[lmt-post-modified-info]"],"_edit_lock":["1611525101:2"],"rank_math_seo_score":["68"],"_edit_last":["2"],"rank_math_primary_category":["260"],"wtr-custom-time-label":[""],"wpf-settings":["a:4:{s:8:\"redirect\";i:0;s:12:\"redirect_url\";s:0:\"\";s:11:\"apply_delay\";i:0;s:12:\"lock_content\";b:0;}"],"rank_math_internal_links_processed":["1"],"_heateor_ffc_meta":["a:1:{s:17:\"facebook_comments\";i:0;}"],"site-sidebar-layout":["default"],"site-content-layout":["default"],"theme-transparent-header-meta":["default"],"stick-header-meta":["default"],"_lmt_disableupdate":["no"],"_wplmi_last_modified":["2021-01-24 18:51:39"],"rank_math_focus_keyword":["BALANCE PERRO BLANCO 2020,subvaloradas,sobrevaloradas y peores largometrajes del a\u00f1o"],"_wp_old_date":["2021-01-24"],"_thumbnail_id":["48394"],"_uag_page_assets":["a:9:{s:3:\"css\";s:263:\".uag-blocks-common-selector{z-index:var(--z-index-desktop) !important}@media (max-width: 976px){.uag-blocks-common-selector{z-index:var(--z-index-tablet) !important}}@media (max-width: 767px){.uag-blocks-common-selector{z-index:var(--z-index-mobile) !important}}\n\";s:2:\"js\";s:0:\"\";s:18:\"current_block_list\";a:6:{i:0;s:14:\"core\/paragraph\";i:1;s:10:\"core\/image\";i:2;s:9:\"core\/code\";i:3;s:12:\"core\/heading\";i:4;s:9:\"core\/list\";i:5;s:14:\"core\/shortcode\";}s:8:\"uag_flag\";b:0;s:11:\"uag_version\";s:10:\"1714935349\";s:6:\"gfonts\";a:0:{}s:10:\"gfonts_url\";s:0:\"\";s:12:\"gfonts_files\";a:0:{}s:14:\"uag_faq_layout\";b:0;}"],"__post_views_count":["346"],"_rank_math_video":["true"],"rank_math_analytic_object_id":["408"]},"uagb_featured_image_src":{"full":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus.jpg",924,554,false],"thumbnail":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-150x150.jpg",150,150,true],"medium":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-300x180.jpg",300,180,true],"medium_large":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-768x460.jpg",768,460,true],"large":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus.jpg",924,554,false],"1536x1536":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus.jpg",924,554,false],"2048x2048":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus.jpg",924,554,false],"ultp_layout_landscape_large":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus.jpg",924,554,false],"ultp_layout_landscape":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-870x554.jpg",870,554,true],"ultp_layout_portrait":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-600x554.jpg",600,554,true],"ultp_layout_square":["https:\/\/www.perroblanco.net\/wp-content\/uploads\/movie-theaters-coronvirus-600x554.jpg",600,554,true]},"uagb_author_info":{"display_name":"Varios Autores","author_link":"https:\/\/www.perroblanco.net\/autor\/va\/"},"uagb_comment_info":0,"uagb_excerpt":"Estimados lectores: Decidimos hacer este balance en varias partes. 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