{"id":53718,"date":"2022-02-03T15:30:00","date_gmt":"2022-02-03T18:30:00","guid":{"rendered":"http:\/\/www.perroblanco.net\/?p=53718"},"modified":"2022-03-06T23:48:24","modified_gmt":"2022-03-07T02:48:24","slug":"las-cosas-que-decimos-las-cosas-que-hacemos","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.perroblanco.net\/las-cosas-que-decimos-las-cosas-que-hacemos\/","title":{"rendered":"Las cosas que decimos, las cosas que hacemos"},"content":{"rendered":"\n

Les Choses qu\u2019on dit, les choses qu\u2019on fait<\/strong>
Francia, 2020, 122′
Dirigida por Emmanuel Mouret<\/a>
Con
Cam\u00e9lia Jordana<\/a>,\u00a0Niels Schneider<\/a>,\u00a0Vincent Macaigne<\/a>,\u00a0\u00c9milie Dequenne<\/a>,\u00a0Guillaume Gouix<\/a>,\u00a0Julia Piaton<\/a>,\u00a0Jean-Baptiste Anoumon<\/a>,\u00a0Fanny Gatibelza<\/a>,\u00a0Milla Savarese<\/a>,\u00a0Jenna Thiam<\/a>,\u00a0Claude Pommereau<\/a>,\u00a0Louis-Do de Lencquesaing<\/a>,\u00a0Lise Lomi<\/a><\/p>\n\n\n\n

Las palabras y las cosas<\/h3>\n\n\n\n

<\/p>\n\n\n\n

En las pel\u00edculas de Emmanuel Mouret el arte de la seducci\u00f3n a trav\u00e9s de la palabra envuelve a sus personajes con una particular elegancia. La exquisitez del lenguaje genera un vaiv\u00e9n entre comedia y drama seg\u00fan el lugar que ocupa cada uno en la escenograf\u00eda del deseo. El t\u00edtulo de su \u00faltima pel\u00edcula expresa otra caracter\u00edstica de su cine: los hombres y las mujeres se atraen y sucumben a sus deseos o los reprimen, mientras discuten las posibles repercusiones de sus actos. A primera vista, Las cosas que decimos, las cosas que hacemos<\/em> podr\u00eda ser una simp\u00e1tica pintura de enredos amorosos que muestra las liberalidades sexuales de la burgues\u00eda: un mundo en el que las personas se encuentran, se miran, se hablan, se tocan, se desnudan, se aman, se abandonan y se reencuentran con una fluidez desconcertante. Sin embargo, el v\u00e9rtigo con el que las combinaciones sentimentales se atan y desatan provoca un placer superior basado en la teor\u00eda del deseo mim\u00e9tico seg\u00fan la cual nunca deseamos al otro en s\u00ed, sino porque lo sabemos deseado por un tercero. La alternancia entre lo par y lo impar, entre el amor que se sue\u00f1a de a dos pero se vive de a tres, genera una suerte de titubeo sobre el que la pel\u00edcula construye toda su geometr\u00eda afectiva. <\/p>\n\n\n\n

Maxime es un joven traductor deliciosamente reservado y cort\u00e9s que llega a una casa de campo para visitar a su primo Fran\u00e7ois, pero en su lugar encuentra a Daphne, su pareja embarazada de tres meses, que se encarga de darle la bienvenida y de acompa\u00f1arlo en la espera. Los dos extra\u00f1os que por casualidad se ven obligados a convivir, deciden contarse su pasado amoroso para matar el tiempo. A partir de esta m\u00ednima construcci\u00f3n inicial, la pel\u00edcula comienza a desplegarse: las historias del pasado se entrelazan pero no las encontramos juntas en el plano. A trav\u00e9s de elipses y flashbacks, el cineasta teje una sutil narrativa literaria en torno a las din\u00e1micas del deseo. Entre la iron\u00eda y la comprensi\u00f3n, Moulet observa con ternura la complejidad de sus personajes y sus contradicciones, midiendo la distancia entre las intenciones m\u00e1s sinceras y la realidad. La pel\u00edcula entremezcla la tristeza y la alegr\u00eda en un gran movimiento a media luz que nos impide refugiarnos simplemente en la risa o en el llanto. La felicidad de los protagonistas parece siempre condenada de antemano y los estallidos sentimentales tienen una fecha de caducidad m\u00e1s o menos clara. Mouret escenifica las situaciones cotidianas con una ligereza radiante y un placer irresistible: un encuentro vespertino, una mudanza extra\u00f1a, una salida con amigos y amantes o un almuerzo aparentemente ordinario suelen generar divertidas incomodidades. La estructura de la pel\u00edcula no se limita a la doble narraci\u00f3n: otros personajes toman protagonismo y se convierten a su vez en narradores. La subtrama que involucra a la esposa de Fran\u00e7ois es particularmente original y le da al personaje una lucidez sentimental que rara vez se encuentra en la comedia rom\u00e1ntica. La alteridad aceptada en el amor permite que ella pueda volver a ser la amante de una noche cuando no desempe\u00f1a su papel de esposa. 

La extraordinaria direcci\u00f3n de actores consigue una naturalidad sorprendente: los actores manejan con una soltura notable los matices de un juego de ida y vuelta que exige fruici\u00f3n y cautela en las distintas redes de tri\u00e1ngulos amorosos. La maestr\u00eda para contar historias dentro de la historia con tanta amplitud deviene en una temporalidad el\u00e1stica que habilita incluso un par\u00e9ntesis on\u00edrico. El montaje din\u00e1mico permite a los dos narradores principales detener sus historias por un momento y reanudarlas, como quien vuelve a abrir un libro luego de una pausa. A medida que este caleidoscopio sentimental se despliega y se expande, Mouret trasciende discretamente los cruces que, en otras manos, habr\u00edan sido banales. La libertad del autor le permite indagar en los momentos m\u00e1s divertidos, emotivos e importantes de estas relaciones para buscar su esencia y a su vez nos invita a reconocernos en sus personajes. En un ep\u00edlogo maravilloso, el cineasta se codea con el Rohmer de Mi noche con Maud, acerc\u00e1ndose a la altura de su maestro. Mouret apuesta desde sus inicios a esta dimensi\u00f3n del relato moral y lo consigue plenamente en su nueva pel\u00edcula.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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