xXx: Reactivado

Por Federico Karstulovich

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[et_pb_column type=”4_4″][et_pb_text admin_label=”Text”]xXx Reactivado
EE.UU., 2017, 107′
Dirigida por D.J. Caruso.
Con Vin Diesel, Toni Collette, Donnie Yen, Ariadna Gutiérrez, Deepika Padukone, Tony Jaa, Samuel L. Jackson, Nina Dobrev, Ruby Rose, Kris Wu, Rory McCann, Neymar Jr.

Un testamento

Por Federico Karstulovich

Deben poder contarse con la mano los directores que hacen de lo berreta un punto de partida para su obra. Y no, no me refiero a la llamada estética del mal gusto, no. Hablo del berretismo como marca autoral. Esa marca es equivalente a calzar zapatillas de lona para quitarse cualquier otro calzado que pese demasiado. Lo berreta como estrategia hace que el equipaje sea más liviano y veloz. Porque los componentes son más baratos, porque se pueden ir dejando en el camino, a la rastra. Lo berreta puede ser abordado y abandonado cuando se quiera. Por eso la exigencia que podemos tener con esos materiales es distinta. En el mundo de lo berreta se ingresa con 10 cosas y se sale con 3. Se pierden siete en el camino, pero al costo de una velocidad irrefrenable.
El berretismo, por lo tanto, sería una suerte de hijo bastardísimo (aunque hablar de filiaciones bastardas para lo berreta es entrar en el terreno de la redundancia) del folletín, que precisamente lograba hacer de lo popular y lo berreta una forma sofisticada de arte. Bueno, lo berreta contemporáneo no se interesa por ninguna altura, sino por la velocidad y el movimiento. El folletín, con el tiempo, terminó siendo incorporado a la cultura de elite (que Misterios de Lisboa -de Raul Ruiz- sea un folletín es la demostración patente de eso). Pero lo berreta sobrevive en la clase B dentro de la clase A. Lo berreta clase B como podía ser Robert Rodriguez hace 20 años ya no existe. Muerta la transición de formatos (desde el super 8 al VHS hasta los actuales en digital) es imposible encontrar a cultores originales de lo berreta en los márgenes. Pero D.J. Caruso (que mezcla inconscientemente algo de la profesión de quien construye música nueva con música ya hecha con el director técnico de futbol vendehumo por excelencia -al menos en Argentina- Caruso Lombardi) está ahí para recordarnos cuán barato y bueno puede ser todo. Y que la ropa comprada en La Salada también se recicla y se revende en casas más grandes sin que el comprador se dé cuenta.

Xxx Reactivado 1

La tercer película de las xXx es menos la tercer parte de una saga antes que un reboot. Ya la película de 2002, dirigida por Rob Cohen, contaba con miles de problemas (aunque a su favor debamos decir que tenía a Asia Argento). Había intentado ser una suerte de spin off desvergonzado del personaje de Dominic Toretto de la entonces Rápido y Furioso (2000). Claramente nadie creía demasiado en el futuro de esa saga pero si en las potencialidades de Diesel como estrella del cine de acción. El problema es que la primer entrega de xXx mezclaba cosas imposibles, tenía un humor más bien ausente, era grasosa en su superficie lustrada de venta de ropa surfer y a eso se le sumaba el más absoluto desinterés de Cohen por generar algo parecido al entretenimiento.
La segunda (o el primer reboot, si se quiere) película, de Lee Tamahori, no mejoró el asunto, sino que lo hizo aún más espeso, menos libre, menos feliz y fundamentalmente menos berreta (que no quiere decir que sea algo bueno: recordemos que l0 berreta no es un juicio de valor sino la descripción de un código de juego en el que los espectadores podemos entrar o no). La tercera entrega (o segundo reboot) llega entonces 15 años después. Vaya uno a saber por qué. O en realidad uno si lo puede imaginar: en el medio de la primer xXx y esta de 2017 pasó toda la saga de las Rápido y Furioso. Y Diesel pasó de ser la promesa del cine de acción de los primeros dos miles a la estrella consolidada y líder de una saga con ocho entregas totales (saga que a su vez lo fue haciendo de a poco a un lado al introducir a The Rock, que se come cada película en la que participa). Entonces la película de Caruso es una vinsplotation o una FFsplotation? Ni una cosa ni la otra. Quizás solo tome algunos elementos que le sean convenientes para introducirlos en el submundo mega berretón del director (pueden chusmear su carrera por aquí)

Xxx Reactivado Return 26012017

Con este segundo reboot la milanesa a caballo (o a la napolitana) con papas fritas vuelve a estar a la orden del día. Diesel nuevamente reaparece canchereándola (y diciendo frases en un español por fonética tan hermoso como poster de asiento trasero de colectivero en la década del 80), haciendo cosas todavía más imposibles que las que hacía Bruce Willis en la cuarta entrega de Duro de matar (si, en la que bajaba a un helicóptero con un auto de policía…aquí en xXx esa escena queda chiquita), llevando el concepto de “tensión sexual multiétnica” a niveles nuevos y ridículos, peleándose por aire, tierra y agua todavía con más peso físico que en algunas de las entregas de FF (de hecho toda la trama central de satélites que bombardean la tierra y de una banda criminal que debe ser desbaratada es una hipérbole hermosa al nivel de las exageraciones de los juegos a los que jugábamos cuando éramos niños) Y es posible que Diesel acepte hacer todo eso porque también de a poco comience a despedirse de esta clase de películas, como si en el fondo lo que filmara no fuese otra cosa que un testamento gozoso, un funeral con fuegos de artificio, con chizitos, con papas fritas y con gaseosa de segunda marca. Porque en el fondo quizás sea uno de los pocos actores que le hayan puesto tanto el cuerpo a cada película en la que participó. Y todo eso se debe también a una ética del cuerpo, algo que pocos actores saben y/o valoran. Hay todo un cine del cuerpo que va desde directores como Pialat hasta los Dardenne, si. Pero es el cine de un cuerpo aceptable. O es el cuerpo de un cine aceptable. El otro cine del cuerpo (el de los Jackie Chan, el de los Bruce Willis, los Tom Cruise, el de los Dwayne Johnson y otros muchos más) es el cine que se ha entregado en un abrazo sincero y furibundo al mainstream (ya sea clase A o clase B, como en el caso de la película que nos toca). Ese cine también es arte cinético, pasa, se mueve, actúa para nuestros ojitos y construye un código (el berretismo), tan respetable como querible, tan amable como justo para con sus espectadores (a los que no engaña, como muchos casos de cine mainstream consolidado). Caruso, el DJ, no hace otra cosa que montar esas partes, esos retazos de cultura grasulienta e imposible. Para que bailemos. Y para que alguna vez disfrutemos, con alegría, de los funerales de un cine que con el tiempo quizás ya no vuelva a existir: el viejo y querido cine de acción.[/et_pb_text][/et_pb_column]
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