El Juego Del Calamar

El juego del calamar

A diferencia de su rival comunista, la Corea del Sur y democrática pudo levantar una industria de la cultura mainstream, altamente deseable y apetecible por los mercados de todo el planeta, a consecuencia de deslastrarse de los códigos de censura de su memoria dictatorial, de incorporar la fusión entre occidente y la simbología asiática, de adoptar la conversión en soft power al acecho de la capacidad seductora de Hollywood, a la luz de un star sistem discreto y de un revisionismo extremo de los géneros clásicos, bajo la huella del cine independiente americano de los noventa con Tarantino a la cabeza, bajo la influencia de las vanguardias europeas y de las corrientes periféricas en el milenio.

Undine
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Undine

Un hombre concibe una historia de amor imposible, la más extraña jamás contada. Una vez más. El hombre pone en escena una mujer despechada y un hombre en falta. La mujer lo amenaza: si él se atreve a dejarla, ella le hará pagar con su vida (la de él). Si es el caso, el hombre pagará; ella se quedará sin nada, sin ese amor encarnizado en el que los cuerpos se escamotean, como monedas en la mano de un prestidigitador sin demasiada imaginación, pero el pacto en el que la vida del ser amado se intercambia por el amor que no ha terminado de consumarse será puesto en marcha en toda regla. El hombre, arrinconado, puesto en jaque, duda, difiere cuanto puede el momento de la verdad, se escapa.

Venom 2: Carnage Liberado
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Venom 2: Carnage Liberado

Cuando vi la primera parte de Venom, no pude evitar recordar al desastre que había sido Daredevil, una película de tono solemne y seudo trascendente donde Colin Farrell (que interpretaba al villano Bullseye) era el único que entendía el disparate absoluto que era todo el relato. Venom no aprendía nada de los errores de aquel film -ni de otros como Electra, Catwoman y varios más- y por eso terminaba siendo un producto deforme y sin alma, que se pretendía serio y era en verdad una comedia involuntaria. El antihéroe que interpretaba Tom Hardy se mostraba, así, como una especie de Frank Drebin con superpoderes. 

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