Para quien esto escribe hay algo confesional en este diario: soy un adicto. Y como todo adicto, mi adicción es mi perdición también, ya que además de pasar muchas horas de vida viendo cine (acepto que cada vez menos en salas gracias a un extraordinario proyector que he comprado recientemente), también he dedicado una parva de tiempo a mirar series. Pero no, no miro cualquier tipo, ni cualquier género o...