Toronto 2018 – Diario De Festival (2)
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Toronto 2018 – Diario de festival (2)

Nuestro segundo enviado especial nos cuenta de su experiencia en Toronto, lo que se dice un debut. Como buen cinéfilo receloso decide apartarse de ciertos oropeles presivibles y bucear en las alternativas que ofrece el festival canadiense. Segundo diario torontés (no, el torrontés es otra cosa) de Perro Blanco a tierras del norte (curiosamente el torrontés es una especialidad del norte…argentino, en fin). Pasen y lean. Aprovechen que no todas las revistas pueden darse estos lujos.

El Depredador
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El Depredador

El problema con El depredador es que no se acomete esa inversión. Y la película de personajes nunca llega. Y cuando se la sugiere resulta como producto de una sutileza arrasada: tres películas, con personajes de cartón corrugado, que nunca logran coexistir armónicamente (si quieren ver cómo puede arrancarse en paralelo y confluir magistralmente vean Encuentros cercanos del tercer tipo), pero que para peor, tampoco logran que nos interesemos. Ni la ciencia ficción, ni el componente bélico ni el coming of age son una expresión de esa subversión blackiana.

24 Cuadros
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24 cuadros

Una particular paradoja atravesó la carrera de Abbas Kiarostami. Canonizado en vida como uno de los grandes genios de la historia del cine, la celebración de su figura estuvo, no obstante, atravesada por una masiva incomprensión de los verdaderos alcances de su proyecto artístico. Habitualmente se destaca que Kiarostami concluyó los años noventas encumbrado como el más importante cineasta vivo

La Noche De 12 Años
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La noche de 12 años

No se me ocurre otra explicación para este fenómeno que la fascinación con la violencia en si, como hecho deshumanizado. Como contraparte, creo que esa fascinación (no lejana del morbo), tiene en su otro extremo un desprecio por las personas, por los matices y por una reflexión sobre las consecuencias de la naturalización de la violencia. En esa primera dirección, que es la de la fascinación épica mezclada con el registro obsesivo del dato fáctico es en donde ingresa Una noche de 12 años, que a primera vista no ofrece resistencia alguna a ciertos lugares comunes del cine político latinoamericano y su imaginario de representaciones de las dictaduras cívico-militares de las décadas del 60-70-80. No obstante, hay algo que resiste a caer en ese imaginario. Y por esa grieta comienzan a aparecer los datos más interesantes de esta película que vive en un híbrido entre lo grande y lo pequeño.

Mandy
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Mandy

Todo esto para decir que Mandy, de Panos Cosmatos (que también dirigió Beyond the Black Rainbow) es el último hit del creciente negocio de la nicolascagexploitation, que en esta ocasión pega un giro hacia lo artie a la vez que toma un poco de todas las categorías antes mencionadas, y de todo un sistema de referencias pop que van desde lo geek hasta lo (uno, dos) ultraviolento. Los trailers y la recepción crítica que tuvo Mandy parecen venderla como una especie de summun del cine de genero contemporaneo. Un Nic Cage desatado, música que va desde los sintetizadores a lo Drive al drone cercano al Doom Metal, una fotografía que inunda de tintes rojos la pantalla, violencia extrema, y esta cuestión a la que vuelvo de la sensibilidad artie.

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