Había una vez… en Hollywood
Tarantino hizo Había una vez…en Hollywood para sí mismo. No es una película hacia afuera, sino que está plenamente metida hacia adentro. En algún punto es su película más impersonal pero personal a la vez. Es impersonal porque parece haber dejado de lado todas las expectativas creadas en torno a su figura como autor y a las continuidades procedentes de algunas películas anteriores (eso que nos gusta llamar marcas de estilo y obsesiones temáticas). Al mismo tiempo es personal, porque todas y cada una de las obsesiones minúsculas que reconocemos en ella son, quizás, caprichosos personales que no construyen ningún sistema cinéfilo pleno y narrativamente justificado, al menos no como en otras de sus películas. Es más libre su cine por hacer esto? Quizás