Inventando a Anna
Inventing Anna pertenece al nuevo género de explotación de la “scam culture”, que ha asaltado al streaming, saqueando los recursos creativos del documental y las miniseries basadas en hechos reales. Ciertamente, Inventing Anna cumple con el ritual de paso de glorificación y castigo de una antiheroina, aclichetada desde su presentación con una peluca inverosímil. Un obvio retrato de la decadencia del “sistema capitalista”, desde una visión que se quiere progresista y defensora de los valores perdidos en una democracia que se corrompió, por culpa de los trepadores y los especuladores de Wall Street.