Argentina, 2023, 105′
Dirigida por Fernán Mirás
Con Natalia Oreiro, Alberto Ajaka, Violeta Urtizberea, Paola Barrientos, Diego Velázquez, Ariel Staltari.
Sin gritos, por favor
Remake de una película española de 2012, Casi muerta intenta meterse en un universo en el que el cine argentino, siempre que pudo, logró salir medianamente indemne, que es el de la comedia negra (digo esto porque hay grandes casos, pero no necesariamente los más conocidos, que no son necesariamente los mejores, por ser los mas ligados al costumbrismo), un territorio genérico habitualmente pensado para la incorrección política y la incomodidad. El punto es si la película de Mirás se propone nadar en las posibilidades de ese género o dejarse flotar y hacer la plancha en él.
Quizás el mayor problema que profesa esta película deriva, precisamente, de la imposibilidad de incomodar o molestar al espectador que, contrario a esas posibilidades, se mueve mucho más cerca del tono de una comedia romántica fallida acaso con un leve tono de comedia negra. Asi las cosas casi nada fluye en esa dirección, por lo que, si la película logra adquirir alguna clase de efectividad esto sólo sucede cuando la comedia pierde peso, cuando el forzamiento deja lugar a los personajes, como si en ese momento se nos revelara que ya no es necesario estar a los gritos sobreactuadamente como se nos propone cada cuatro o cinco escenas (en particular en el último tercio).
Cuando la comedia acelerada se retira del centro y los personajes encuentran espacio para actuar mas naturalmente, Casi muerta encuentra espacios amables, queribles. Como si en la contracara de la acidez de la comedia negra la película de Mirás revelara su verdadera identidad: una comedia pequeña entre personajes, que pueden quererse y cuidarse y hablar sin grandes gesticulaciones.
