#DossierSuperhéroes (II): El orden político de los superhéroes
La primera frase que se escuchaba en El Padrino, todavía con la pantalla en negro, era “yo creo en América”. Lo que seguía a continuación en el film de Francis Ford Coppola (que supo leer una multitud de tradiciones para instituir nuevas, que influenciaron de manera decisiva en el cine posterior) era una puesta en crisis de esa frase, que era toda una declaración de principios y una sumatoria de valores. Hay toda una vertiente del cine de superhéroes, la más seria y comprometida, que da la impresión de girar alrededor de esa frase, de esa creencia permanente pero en constante trance, que es la idea de América, o más bien, de la idealización simbólica de la historia y el ser estadounidenses. La trilogía de Batman pergeñada por Christopher Nolan, las nuevas películas de DC dirigidas por Zack Snyder, incluso Marvel con la trilogía de Capitán América y Pantera Negra, parecen estar preguntándose, constantemente, qué es América, por qué y/o para qué creer en esa noción donde conviven lo concreto con lo abstracto.