No me las toquen
Varias ideas subyacen en el acabado plástico y narrativo de la opera prima de Canon como directora. Primero, se cuenta la tradicional historia de la fiesta de promoción (que supone el egreso de la escuela secundaria), desde la mirada de tres chicas, quienes organizan un pacto para perder la virginidad en medio de la celebración del grado, bajo el acecho de unos padres dominantes, conservadores y castradores. La perspectiva cambia en todo momento, permitiendo que la broma surja del desencuentro y el conflicto generacional y no del gag fácil. La trama es no solo cobijo de un armado clásico y predecible, sino de una estructura polifónica.