No Me Las Toquen
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No me las toquen

Varias ideas subyacen en el acabado plástico y narrativo de la opera prima de Canon como directora. Primero, se cuenta la tradicional historia de la fiesta de promoción (que supone el egreso de la escuela secundaria), desde la mirada de tres chicas, quienes organizan un pacto para perder la virginidad en medio de la celebración del grado, bajo el acecho de unos padres dominantes, conservadores y castradores. La perspectiva cambia en todo momento, permitiendo que la broma surja del desencuentro y el conflicto generacional y no del gag fácil. La trama es no solo cobijo de un armado clásico y predecible, sino de una estructura polifónica.

8 Y 1/2 Puntos Sobre El Cine De Wes Anderson
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8 y 1/2 puntos sobre el cine de Wes Anderson

Wes Anderson quizás siga haciendo el cine de siempre.Su filmografía es en algún punto una variación de estas mismas constantes formales y argumentales, que  han tenido versiones más pesimistas y optimistas, más sentimentales y más frías. Su último trabajo quizás demuestre algo, y es que todas estas mezclas y temas recurrentes han creado un sistema tan sólido que es capaz de hacer una maquinaria tan perfecta como Isla de Perros. Desde este punto de vista, el último largometraje de Anderson es una gran película, pero quizás sea mejor verla funcionar como un hecho aislado en una filmografía, y no como un antes y un después en la carrera de un cineasta.

Western
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Western

Gran parte, sino todo, lo que sucede en Western es diferido y lo es porque aquí no se trata de un grupo de extranjeros que llegan a un sitio determinado para realizar su trabajo lo más prontamente posible y regresar a su lugar de origen sin mezclarse con los nativos del lugar; se trata de una paulatina intromisión. Más allá de la bandera nacional tricolor izada en el campamento casi al momento de la llegada de la cuadrilla alemana y del incidente provocado por Vincent al molestar torpemente a una joven en el río y de la irrupción nocturna en la aldea persiguiendo una moto. Más allá del aquí estamos nosotros y del así podemos llegar a comportarnos y, literalmente, del “tardamos setenta años pero estamos de vuelta”, no es precisamente esta gesta teutona casi infantil -los gestos y el discurso del más fuerte- la que introduce una suerte de larvada tensión entre los recién llegados y los que llegaron mucho antes que ellos.

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