Una pastelería en Tokio
Naomi Kawase es una de esas directoras que durante algunos años formó parte del circuito de directores que constituían un must en el marco de los festivales. Pero como muchas estrellas, cuando se alejan levemente de lo esperado, el castigo no espera. En este punto, deberíamos decir, el eclecticismo y la teoría de autor no se llevan particularmente bien. Por el contrario, la teoría de autor (al menos parte de ella) suele demandar marcas estables, previsibles. Y si estas no están, se las fuerza y aparecen con fórceps. Kawase, que supo construir una obra sostenida sobre lo autobiográfico, sobre las relaciones paterno-filiales, pero también sobre la relación entre los sujetos y la naturaleza como espacio de encuentro y/o de redención, estaba de vuelta.