El cine del siglo XXI (5): ¿Qué hay de nuevo, viejo?
Fue y sigue siendo un fenómeno raro y feliz el NCA y su nacimiento no tuvo poco de épico. Se inició en un momento industrialmente paupérrimo: años en los que se hacían menos de diez películas argentinas al año y en que muchos de esos largometrajes no rozaban ni lo decoroso. Era un cine nacional que se repartía entre la “comedia picaresca infantil” -suerte de aberración en la que se mezclaban planos de culos de chicas en bikini, humor de cuarta y una impericia increíble para filmar hasta el más rudimentario de los diálogos- y películas más “serias” cuya estética y contenido eran más que nada los de un cine artificial, “for export”, donde los estereotipos más gastados del porteño estaban a la orden del día.