La Imagen Perdida
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La imagen perdida

De ahí que La imagen perdida (estrenada comercialmente en 2018, pero con proyecciones no comerciales allá por 2015), que continúa con las variaciones obsesivas en torno a la tragedia del genocidio comunista perpetrado por Pol Pot en Camboya entre 1975 y 1979, al instaurar la llamada Kampuchea Democrática, sea especialmente lograda. Esto se debe, sin ir más lejos, a la limitación de recursos dada por la mediatización con la experiencia: lo que cuenta el director lo hace en la lengua extranjera (ya que la lengua materna recuerda a la de los asesinos y a la del genocidio, mientras que el francés es la lengua literaria, la de los relatos, la del escape y la de la resistencia), con un encargado de interpretarla (no es él quien cuenta su historia en primera persona sino que la interpreta un locutor-actor) y a su vez, ante la imposibilidad de acceder a imagen alguna (el régimen totalitario de Pol Pot arrasó con la casi totalidad de imágenes posibles) decide construir el propio recuerdo por medio de muñecos de arcilla. 

The House That Jack Built
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The House That Jack Built

The House That Jack Built no es una película memorable del realizador: tiene una extensión desmedida (aunque el ajustado montaje de sus habituales Molly Malene Stensgaard y Jacob Secher Schulsinger la mantiene dinámica e interesante); es más desprolija, reiterativa y evidente que otras de su reciente producción. Pero introduce, al menos en relación con la “Trilogía de la Depresión” un decidido viraje en cuanto a su visión del mundo. Si en las anteriores, frente a la crueldad y arbitrariedad del mundo persistían una angustia y un desamparo palpables, en esta el sinsentido de la violencia está jugado en un tono totalmente diferente: The House That Jack Builtes, a la manera retorcida de von Trier, una comedia negra que tiene tanto de American Psycho como de Funny Games.

#Postmardelplata2018 – (2): Vendrán Lluvias Suaves
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#PostMarDelPlata2018 – (2): Vendrán lluvias suaves

Uno de los aspectos mas interesantes de la película de Fund es el modo en el que logra articular los dos registros, habilitando de esta manera una doble lectura. O la versión bucólica y figurativa de un grupo de niños aprovechando la hora de la siesta. O la versión en clave terrorífica, en donde un pueblo ha sido afectado por una clase de ataque que mantiene a los adultos en estado de sueño y en donde los niños deben sobrevivir sin la presencia de los primeros. De ahí que esta combinatoria saque lo mejor de cada uno de esos mundos.

Élite

Élite

El problema de fondo de Élite es, esencialmente, la culpa que arrastra desde el minuto uno, que la lleva a negarse a sí misma. No quiere ser una telenovela para ver en las tardes –qué horror, habrase visto, caramba, algo tan trivial-, le falta autoconsciencia y quiere venderse como un drama trascendental, pero planteado a las apuradas y sin elementos consistentes. Ahí establece una conexión –preocupante por cierto- con otros productos españoles como La casa de papely una vertiente importante de la televisión argentina –con representantes como Entre caníbales, Vidas robadasy Edha- que se venden desde la impostación constante, queriendo aparentar algo que no son.

Fin del Contenido

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