La favorita
Un componente no menor de la última película del griego de moda es la sátira. Sátira social en su sentido más clásico y, en este caso, sátira de la sociedad inglesa del siglo XVIII, con sus pelucas, su maquillaje, su refinamiento y su decadencia. No hay que hacer un esfuerzo de interpretación demasiado extenuante: ahí tenemos las sutiles escenas en ralenticon una carrera de patos (y su posterior refuerzo por diálogo) y con un enano en bolas y empelucado, que sirve de blanco humano a los juegos de puntería con fruta madura de la nobleza aburrida. El nombre de Swift se deja caer como al pasar (¡che, pero qué cultos son estos directores europeos!), entretejido en los diálogos afilados que componen La favorita, pero también como clave para el espectador/lector.