Reporte desde Corea del Sur (IV): The Surrogate woman
Al final me ganó el autorismo y terminé por ver otra película dirigida por Im Kwon-taek. En este caso, The Surrogate woman (Sibaji, 1987), una especie de The Handmaid’s Tale ambientada en la dinastía Joseon: el heredero de una familia noble está teniendo problemas para concebir un hijo varón que pueda continuar con la tradición familiar y, a pesar de que todo parecería andar bien entre marido y mujer, la abuela (matriarca del clan) y el tío del joven noble deciden tomar una medida más drástica: no corresponde que una buena familia confuciana introduzca concubinas en su casa, pero lo que hacen muchas familias es traer una mujer sustituta en secreto, para que engendre un heredero sin que nadie se entere. Al hombre en cuestión no lo convence la idea (cree, por ejemplo, que su mujer todavía puede quedar embarazada, aunque llevan diez años de matrimonio), pero termina por imponerse el deber. El tío parte en busca de la mujer adecuada y es así como llega a la “Aldea Vulva”: un pueblito alojado en un valle montañoso que parece una concha, en el cual viven mujeres sustitutas disponibles, junto con sus hijas (que las familias que las contrataron no quisieron porque no eran varones). Es así que descubrimos que lo que al principio parecía un secreto y una vergüenza es, en realidad, una práctica bastante institucionalizada. Como, al parecer, lo era aún en la Corea de la década del ’80, cuando Im decidió filmar este melodrama de época que hablaba de forma bastante explícita de un tema que aún atravesaba (¿y atraviesa?) a su país: la condición de las mujeres.