Festival Han Cine 2020: Picnic Al Mediodía & El Lector De Rostros
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Festival Han Cine 2020: Picnic al mediodía & El lector de rostros

Es curioso cómo en un país con una industria cinematográfica fuerte, hay un cierto conocimiento técnico que termina por permear hasta las capas más independientes de su cine. Picnic al mediodía es claramente una película indie. Es más, es una película indie en episodios, formato por demás maravilloso que ha caído completamente en desuso y que hoy no podría explicarse más que por determinadas reglas del juego (independiente) o por lisas y llanas limitaciones de presupuesto, que hacen que tres proyectos chiquitos puedan llegar por lo menos al largo y circular un poco más.En el otro extremo del espectro industrial se encuentra El lector de rostros, de 2013, con el siempre enorme Song Kang-ho. Si algo caracteriza a este drama de época (como a todo buen drama de disfraces, espadas y sombreritos) es la suntuosidad: el presupuesto desborda en cada plano, casi podemos sentir en la punta de los dedos las sedas que flotan en cámara lenta a grupa de caballos preciosos. Había plata y había que mostrarla y había que mostrar, además, la dignidad del reino. Todo es enorme, hecho para que se vea enorme, no en los detalles (como haría el sabio Im Kwon-taek) sino en los planos generales preciosistas.

Gambito De Dama

Gambito de dama

Hay un recorrido sinuoso que proponen algunas series. Ese recorrido nos hace entrar y salir de manera zigzagueante. Asi como hay otras tantas que nos expulsan de inmediato y otras que no nos permiten ni siquiera atinar a comernos una milanés fría entre capítulos, hay una clase de series que nunca terminamos de entender (no porque no nos deee la cabeza, sino porque no atinamos a descubrir cual es su plan de máxima). En este grupo ingresa, como es de prever, Gambito de dama, la serie que si bien no va a popularizar al ajedrez por lo pronto lo va a traer de vuelta a primeras lineas, ya que habra logrado que vuelva a ser observado desde una lógica deportiva no exenta de pasión (acaso el deporte mental por excelencia).

On The Rocks
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On the Rocks

El contraste entre los dos registros produce una nostalgia tenue que se solaza cavilando sobre una vitalidad perdida, imposible de transponer a ese universo de cuidados familiares, trabajo y hogar. En los 80, la operación todavía era posible: los protagonistas de Los Goonies, Gremlins o de He-Man eran rescatados de sus conflictos cotidianos por alguna premisa fantástica que los lanzaba al peligro y a la aventura. Sofía Coppola, que tiene que haber crecido viendo esas películas, no cree que ese pasaje sea posible.

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