A Puertas Cerradas
|

A puertas cerradas

A puertas cerradas (el curioso y sartreano título en español para el original de Adults in the room) intenta precisamente meterse en este mundo donde las palabras se ajustan de un modo distinto a la referencia. Un mundo donde el cambio de una palabra en un comunicado oficial es una victoria que cuesta una escena de media hora.Ese mundo es el de la política internacional,  donde el sistema parece estar diseñado para que las sesiones de debate estén llenas de palabras vacías de contenido, y donde pareciera que una vez terminada cada sesión nada hubiera cambiado. 

Diario De Una Camarera
|

Diario de una camarera

La novela de Octave Mirbeau en que se basa la película tuvo una versión cinematográfica más acreditada: la que Luis Buñuel filmó en 1964, casi veinte años después que Renoir, con Jeanne Moreau como actriz protagónica. Es una adaptación en la que el director español administra sus trucos geniales, sus señales de autor contra todo obstáculo, su respiración clínica, las modulaciones de su risa impía. La mirada de Renoir es más límpida, más condescendiente, menos severa. Sus criaturas habitan un reino extraño, algo mortuorio, pero no exento de la felicidad insensata de los juramentos de última hora que conforman la trama de todas las confabulaciones: ascender en la escala social es para Célestine motivo de orgullo, superación personal, imperativo categórico en el que se enjugan las lágrimas pasadas, aquellas que ya no caerán: no más amor, no más humillación, no más llanto.

Espiral: El Juego Del Miedo Continúa
|

Espiral: el juego del miedo continúa

La chatura visual impide pensar y respirar fuera de las cámaras pegadas a los palos, el montaje articula una funcionalidad rudimentaria de causa y efecto, los asesinatos carecen de la visceralidad y la sorpresa de la franquicia en el pasado, dando la sensación de fin de ciclo, de cumplirse con un trámite para conservar los derechos de explotación del contenido estrenado en el 2004, cuando James Wan supo dotarlo de ingenio y nervio, al replantear los cimientos de la porno tortura de Herschell Gordon Lewis, a partir de los códigos del thriller independiente de la primera década del milenio, como consecuencia directa del once de septiembre, sus guerras e imágenes explícitas del postrauma. 

Perro Blanco | Número 54 | Septiembre / 21

PERRO BLANCO | NÚMERO 54 | SEPTIEMBRE / 21

Entre las muchas pérdidas que nos supuso la experiencia de la pandemia (vivida de distinto modo en distintas latitudes a gracias a distintas políticas para enfrentarla), la del encierro trastocó, en mayor o menor medida, buena parte de la experiencia que podíamos establecer con el cine como espectadores. Por un lado potenció el consumo on-line ya sea por plataformas o por otros medios más o menos legales, a su vez envileció los mecanismos de distribución y exhibición del cine tal cual y como lo conocimos. Pero en el medio de la transición del encierro a las salas uno de los que más perdió fue el lector, que quedó entregado a la desesperación por la agenda de novedades. En ese camino caímos casi todas las revistas de cine, llevados por la imperiosa necesidad de estar encima de ciertas novedades constantes provenientes de festivales, de salas comerciales o de circulación via streaming. En el medio el espectador y el lector de críticas perdió algo de contacto con el cine que no ingresaba en esa agenda.

Fin del Contenido

Fin del Contenido