La luna representa mi corazón
Las películas de Juan Martin Hsu giran en torno a la construcción de una pertenencia: pertenencias en un territorio múltiple (como en La salada), pertenencias en un territorio limitado (Diamante mandarín), pertenencias en un territorio tironeado, estirado. En La luna representa mi corazón, la pertenencia se asocia también a un territorio (el regreso a Taiwán) pero sobre todo busca una indagación del territorio de la familia. La pertenencia tiene que ver con la identidad, los temas se rozan, pero en este caso la tensión es mayor: al principio de la película vemos el registro casero del regreso a Taiwán de Hsu con su hermano, y una de las primeras cosas que escuchamos es el comentario entre ellos al ver a su madre, que los está esperando en el aeropuerto: comentan casi como un chiste que la madre no los reconoce.