La Luna Representa Mi Corazón
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La luna representa mi corazón

Las películas de Juan Martin Hsu giran en torno a la construcción de una pertenencia: pertenencias en un territorio múltiple (como en La salada), pertenencias en un territorio limitado (Diamante mandarín), pertenencias en un territorio tironeado, estirado. En La luna representa mi corazón, la pertenencia se asocia también a un territorio (el regreso a Taiwán) pero sobre todo busca una indagación del territorio de la familia. La pertenencia tiene que ver con la identidad, los temas se rozan, pero en este caso la tensión es mayor: al principio de la película vemos el registro casero del regreso a Taiwán de Hsu con su hermano, y una de las primeras cosas que escuchamos es el comentario entre ellos al ver a su madre, que los está esperando en el aeropuerto: comentan casi como un chiste que la madre no los reconoce.

No Va Más
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No va más

Filmada a seis manos y tres cabezas (algo que indican los créditos pero que por motivos que desconzco no aclara el director a la hora de subir la ficha técnica a sitios como Imdb o Filmaffinity), la concepción de No va más es plenamente fillipeliana. La confianza en el plano fijo y el montaje interno como forma de descubrimiento del mundo, de las acciones dentro y fuera del cuadro y, finalmente, dinamizador del espacio audiovisual es una de las armas más claras y definidas de su cine. La otra, el paneo (tan arraigado a las formas del modernismo de las vanguardias de posguerra que el director ama) también organiza el espacio, pero al mismo tiempo lo tensiona, llevándolo hacia un territorio más incómodo, como si ahí donde el estatismo provee movimiento el movimiento del paneo pusiera límites a los desplazamientos.

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