Reacher 

Reacher 

La figura de Jack Reacher ha sido todo un hallazgo literario por parte de su autor, Lee Child: la combinación perfecta entre la capacidad deductiva de un Sherlock Holmes o Hércules Poirot, y la presencia física de un héroe de acción estilo Arnold Schwarzenegger. Eso le permitió desarrollar una extensa serie de libros, cuya adaptación al cine era casi inevitable. Por eso tuvimos las películas protagonizadas por Tom Cruise, quien, a pesar de no ser el típico grandote musculoso, se las arreglaba para transmitir la fisicidad y sagacidad requeridas. Pero si Jack Reacher: bajo la mira contaba con la precisión de Christopher McQuarrie en el guión y la dirección, con una puesta en escena que dialogaba de forma muy inteligente con los policiales de los setenta; Jack Reacher: sin regreso, dirigida por ese desparejo artesano que es Edward Zwick, no pasaba de ser un thriller con aires noventosos bastante mediocre.

Kimi: Alguien Está Escuchando
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Kimi: alguien está escuchando

Empecemos por la conclusión: la última película de Steven Soderbergh asume grandes riesgos y logra irregulares resultados. Sin embargo, lo que deja un sabor agridulce son las posibilidades diluidas de convertirse en una estampa contemporánea al no profundizar en su premisa inicial: la relación entre el ser humano y la ciber-realidad, o mejor dicho en la subyugación que ejerce la segunda sobre la primera, sobre todo, en un contexto socio psicológico marcado por la pandemia.

Algunos Apuntes Sobre Licorice Pizza
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Algunos apuntes sobre Licorice Pizza

Había comenzado a escribir algunas líneas sobre Licorice Pizza pero las borré.
Vivo en una esquina. Primer piso. En una ciudad pequeña. Escucho gritos. Me asomo a la ventana y veo, en la intersección entre las cuatro calles, justo al medio, una pelea callejera. Son las 18hs y estos espectáculos más propios de la nocturnidad asombran a quienes pasean desprevenidos por la avenida principal de la ciudad. Tres tipos. Grandes. Adultos. Pelean y se revuelcan en la calle. Se juran matarse la próxima vez que se vean. Logran separarlos. Siguen caminando y permanece el grito, la furia, la bronca. No juegan. Se quieren matar. Se lanzan sobre el otro con ganas de quebrarse el pescuezo. No juegan. Son adultos. No juegan.

Fin del Contenido

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