La Voz Humana
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La voz humana

No es nada nuevo lo que estoy diciendo: los personajes de Almodóvar siempre son presos de su propio deseo. Esa omnipresencia en la vida de sus protagonistas habilita a que no haga falta filmar al ser deseado. Lo que importa es el sufrimiento interno del personaje viéndose atravesado por un deseo que no puede expresar. En este sentido, La Voz Humana extremó la operación que nos resultaba harto conocida: mientras en Hable con Ella la persona deseada estaba en coma y en La Ley del  Deseo el ser deseado estaba lejos -y casi que solo lo conocíamos por cartas-, en La Voz Humana el  deseado directamente no existe, no tiene voz ni presencia. El vacío total de la figura del otro da lugar a un monologo en el que Swinton tiene que demostrarse a ella misma (y a nosotros como espectadores) ese fuego interno que está ardiendo por no poder ver a su amado, al sujeto de su deseo, convertido en un objeto presente (de su ausencia).  

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