Pasaje al paraíso
Pasaje al Paraíso en un momento, filma una partida de beer pong. En ese momento, la relación entre la pareja de los padres y el posible matrimonio de su hija está en un estado de alta tensión y esa partida servirá como excusa para descomprimir esa tensión. Lo curioso es que, contradiciendo la máxima de De Oliveira, casi no se filma el beer pong. La película parece tan concentrada en la funcionalidad de la escena que el evento en si mismo del juego es totalmente olvidado.