El hombre más fuerte del mundo
Una tensión un tanto curiosa que subsiste constantemente en el interior de El hombre más fuerte del mundo se ejemplifica en la diferencia entre los relatos de Matías Bernatene y del propio Darío Villarroel sobre su propia experiencia. Mientras el primero sigue el tradicional sendero de la autosuperación y la admiración absoluta hacia quien la ejecuta, Darío cuenta con una natural nostalgia el proceso que lo llevó al lugar donde está ahora. La tensión es, en definitiva, entre narrar la historia de un hombre que a pesar de medir 1,24 metros y pesar 50 kilos logró ser el hombre más fuerte del mundo y narrar la historia de una persona luego de que se le haya negado la posibilidad de competir, a pesar de demostrar ser el hombre más fuerte del mundo.