Esta sección nació para morir mil veces. O quizás en vez de Lost and found debió haberse llamado Quémese después de verse. Quizás porque al tratarse de links abiertos para películas raras, extrañas o difíciles de ver, esos links en cuestión no duran mucho en la red. O en algunos casos, suerte mediante, quizás hasta podemos tenerlos ahí donde están. La realidad es que esta sección flamígera vuelve este mes por más material. Lo que no podemos asegurar es que ese material esté disponible mucho tiempo.
A lo largo de la historia del cine podemos encontrar películas malditas en cantidades astronómicas. Las películas malditas, a su vez, cuando son de culto, agregan el extra de interés: cómo es posible que esto haya existido, que un grupo de personas sepan de ella y yo nunca me hubiera enterado? El culto a lo oculto (valga el juego de palabras) es una de las cosas que más desvive a cierta cinefilia. El culto por lo oculto desespera porque en algún momento no formar parte parece dejarnos afuera del club. El tema, claro está, es que la noción de film maldito y de culto ha sido tan drásticamente bastardeada que al día de hoy la categoría se ha transformado en un ghetto de consumo bien específico. Así y todo hay películas que rompen cualquier estandarte de previsibilidad. Por eso no podemos siquiera pensarlas como parte de ningún ghetto posible de consumo. A ese grupo salvaje de no pertenencia, a esa anomalía sistemática pertenece Begotten, película que no podemos clasificar más que como un film extraterrestre, como si Carl T. Dreyer hubiera nacido en otro planeta y hubiera venido al nuestro a realizar una película experimental.
En el film de E.Elias Merhige (quien algunos años después concibió la mediocre La sombra del vampiro) tiene tanto de película experimental como de film bíblico como de terror expresionista como de pesadilla surrealista que deja a una película de Lynch a la altura de un capítulo de los Teletubbies. El tema es que la sucesión de planos que la componen es un imán intolerable que no nos deja despegar la mirada. Como si nos hubiéramos abismado al infierno y lo hubiéramos registrado con las armas del cine silente de inicios del siglo XX, Begotten es una experiencia cuyo resumen resulta imposible.
Como siempre, les aclaramos: por el momento pueden verla por aquí, liberada, en la mejor calidad que puede conseguirse en plataformas abiertas. Denle play. Y no nos odien.
