Dossier Obras maestras desconocidas/secretas: Una introducción sectaria

Por Federico Karstulovich

Felices juntos

Por Federico Karstulovich

No se puede ser felices siempre. No se puede estar juntos siempre. Pero esos caminos pueden intersectarse, cada tanto. La construcción de una comunidad de amigos (me gustaría retomar la idea de camarada, por camaradería, pero no quisiera sonar estalinista: nada mas lejano) puede lograr eso cada tanto: construir encuentros, lugares de pertenencia que provean la sensación de pertenecer a eso que alguna vez Henry James definió como los Happy Few. Ser parte de ese conjunto, tiene algo de maldición y algo de encanto. Por eso cuando pensamos en este dossier se nos venían algunas de esas ideas a la cabeza: cuántas cosas compartimos, incluso si la experiencia es personal? Cómo se comparte la experiencia personal? (bueno, acaso la experiencia cinematográfica ha sido fundada sobre esa idea hermosa).

Como decíamos en el editorial de el número de este mes, si el juego de las comunidades es el de cumplir con la condición de sentirse parte de una congregación secreta, el dossier de este mes será sobre obras maestras secretas o desconocidas. Nuestra idea será descubrirles (o redescubrir, ya veremos) películas que en algún momento estallaron en nuestra cabeza en soledad o con muy poco público («Cómo puede ser que nadie me haya hablado de esta película?», «Cómo puede ser que haya venido a verla tan poca gente?», «Cómo puede ser que pasó tan desapercibida o fue tan olvidada?»). No solo se trata de un dossier hermoso, que armamos con esmero y paciencia para ustedes sino que también es una forma de reconectarnos con la experiencia de la cofradía cinéfila de espectadores de un arte secreto.

Las obras maestras secretas o desconocidas pueden pertenecer a territorios vastos y disímiles: películas perdidas entre la extensa cantidad de obras maestras de un autor canónico, películas aisladas en la obra de directores ignotos y olvidados, películas realizadas en un formato quedado en el tiempo (como los telefilms), películas maltratadas, destruidas y silenciadas por la obtusa respuesta de los espectadores de la época (pero también de épocas posteriores). En el club de las obras maestras secretas/desconocidas viven los olvidados, los canonizados, los ignotos, los equivocados. En el club de las obras maestras secretas viven libres las películas que las estanterías clasifican, que las autorías estructuran, que los críticos lipídicos destruyen con banalidades precocidas en el cerebro burocrático de la cobertura automática.

En tiempos de encierro, de clasificaciones, de convenciones, de censuras varias y de determinaciones de cómo, cuando y dónde debe ser la experiencia cinéfila. En tiempos en los que tiende a verse lo mismo, a hablarse de lo mismo, a referirse a lo mismo, el gusto por el misterio, el amor por revolver, por retornar a lo oculto, es también antes que una forma de felicidad, una forma de libertad. Y para ser libres, mejor hacerlo juntos.

Bienvenidos a este dossier de obras maestras secretas/desconocidas.

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