Mansión embrujada

Por Luciano Salgado

Haunted Mansion
EE.UU., 2023, 122′ 
Dirigida por Justin Simien
Con LaKeith Stanfield, Rosario Dawson, Owen Wilson, Tiffany Haddish, Danny DeVito, Jamie Lee Curtis, Chase Dillon, Jared Leto, J.R. Adduci, Creek Wilson, Hasan Minhaj, Dan Levy

Amnesia y demencia

Qué podría haber sucedido en caso de haberse pergeñado Mansión embrujada un cuarto de siglo atrás, se preguntarán los lectores ante semejante antigualla? Probablemente hubiera sido un éxito módico. Pequeño pero éxito a fin. Lo tenía todo a su favor? No tanto, pero no tan poco: estrellas destacables, una guionista estrella, un código fácilmente asociable con un formato de comedia muy 80/90s y la posibilidad de interpelar a adultos y a niños. En definitiva uno de esos productos de manufactura Disney que, con un poquitín de corazón atrás, sobreviven. El que no sobrevivió fue este escriba, que fue arrastrado por sus hijos al frente de batalla. Y todos vimos Mansión Embrujada.

Es interesante lo del combo familiar, acaso porque ahí radica el mayor de los problemas de esta película salida de su tiempo: contrario a pensar lo que alguna vez se pergeñó como cine popular (pensemos en la referencia de Los Cazafantasmas, que es claramente el horizonte al que esta película está apuntando), en Mansión Embrujada hay algo de eso que Disney no ha dejado de entregarnos recientemente, un cine populista que busca contentar a todos y cada uno de los públicos disponibles, una suerte de cine a la carta con personajes, tonos, subconflictos, ideas, que conviven para que cada espectador distinto pueda atesorar algo para sí. El problema es si esa impersonalidad logra su objetivo en efecto o simplemente genera el mismo efecto que repartir un alfajor entre ocho personas distintas. Si, previsiblemente no come nadie.

Pero el problema extra es que Mansión Embrujada busca convencernos de no ser “otra película para niños en vacaciones”, entonces suple la diversión efectiva del cine popular por el contrapeso de personajes con arcos dramáticos, motivaciones, dramas internos (what?!). Entonces todo queda a mitad de camino: comedia que no funciona como tal, fantástico que no hace su trabajo, terror un poco previsible y tontolón, y en el medio de eso alguna que otra idea audiovisual que se extravía en este producto innecesario, pero a la vez amnésico de lo que alguna vez fue una tradición feliz: el cine popular. A la salida mis hijas demandaron una compensación con comida. A la media hora nos habíamos olvidado. Fingir demencia puede ser una buena estrategia contra el olvido del mainstream calculado.

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