Nope
EE.UU., 2022, 130′
Dirigida por Jordan Peele
Con Daniel Kaluuya, Keke Palmer, Brandon Perea, Steven Yeun, Terry Notary, Donna Mills, Michael Wincott, Barbie Ferreira, Jennifer Lafleur, Ryan W. Garcia, Sophia Coto, Andrew Patrick Ralston, Conor Kowalski, Gloria Cole, Lincoln Lambert, Mark Casimir Dyniewicz, Griffin Fenady, Evan Shafran
Un volantazo
Contrariamente a lo que puedan pensar (si leen mis notas, claro), no odio al cine de Jordan Peele. Por el contrario, creo que es uno de los mejores directores del género fantástico de los últimos años, acaso un poco detrás de James Wan. A pesar de las críticas que podemos escuchar/hacer sobre su cine como panfleto político que versa reiteradamente sobre problemáticas sociales y raciales, Peele ha demostrado que también sabe (que hay que) entretener al espectador. Es una diferencia sustancial con otros directores, que en pos de machacar con alguna agenda de ocasión, se olvidan que el cine, tiene en sus genes la experiencia del entretenimiento, del espectáculo de feria.
Imagino que esto es también un poco culpa de Peele, ya que con el fin de posicionarse en la industria se lanzó a escribir y producir propuestas que lejos están de lo mejor de su carrera. Si, me refiero a Candyman (2021), pero también fue la cara de una nueva versión de La dimensión desconocida (2019) y hasta metió mano en Lovecraft country (2020), ambas series irregulares que hasta generaron un manifiesto rechazo hacia el director y todo aquello que pudiera ser asociado alrededor de su imagen. Pero capaz todo esto se deba a que su corazón no estaba plenamente metido en esos proyectos o tal vez algunas decisiones no le correspondían. Lo cierto es que en donde mejor se ven sus cualidades es en sus películas mas personales, en las que también dirige, porque más allá de las problemáticas que lo obsesionan, también estamos ante un director con un gran conocimiento de los géneros y de cómo llevarlos a cabo.
Mencioné a James Wan porque el camino que está recorriendo Peele es, en buena medida, similar. Veamos: Wan también prestó su nombre a incontables proyectos paupérrimos, escribió guiones de películas desastrosas e incluso produjo series irregulares, pero en su cine está su verdadera esencia, es donde se lo ve cómodo, sobre todo cuando tiene carta libre para hacer lo que se le venga en gana.
En Nope! Peele lleva adelante una operación similar a la que acomete Wan en la extraordinaria Maligno (2021): partir de un camino ya conocido para luego torsionar las expectativas del público hacia un vacío imprevisible, lo que permite recaer en otro tipo de espectáculo, en este caso más cercano al cine de aventuras (en Wan el Giallo servía para pasar a la comedia negra sin solución de continuidad). Si, se trata de una operación riesgosa que puede dejar mal parado hasta al mas experimentado. De hecho Wan fue prácticamente crucificado por la crítica y el público que no supo ni pudo entrar en el juego que proponía con Maligno, calificada de mamarracho. Algo similar ocurre (ocurrirá?) con el tercer largometraje de Peele.
En la primera hora entramos en el mundo del director, pero hay algo extraño, algo que no cuaja, como si faltara la pieza de un rompecabezas. El terror casi no existe, a excepción de una escena que concluye en un momento cómico. El resto se insinúa, pero no de manera explícita: es como si el director estuviera jugando con nosotros, negándonos lo que queremos ver, deliberadamente. Pero a la vez Nop!, al menos en esa primera hora, pareciera no ir hacia ningún lado, básicamente porque abre tramas y las cierra. Estructura la historia en breves capítulos-episodios, más por capricho que por una decisión coherente y consistente. Presenta personajes y los despacha, se aparta del camino principal y después vuelve. Una cosa rarísima.
Ya en la segunda hora el relato se va armando y ahí Peele se entrega al western, a la aventura y al espectáculo puro y duro de raíz spielberguiana. Es ahí que caemos en la operación que configuró su director. Si bien se menciona como referencia a Encuentros cercanos del tercer tipo (1977) como influencia, yo vincularía a todo el asunto mucho más a Tiburón (1975), ya que su primera hora es propia de los modos, tonos, ritmos y maneras de una película de ciencia ficción/terror y la segunda es, sin lugar a dudas, mucho más cercana a las libertades de una película de aventuras -¡hasta comparten una banda sonora similar!-. De hecho, la posibilidad de que Peele se abra al cine de aventuras es un gran noticia porque demuestra que su amor al género y al espectáculo puede ser mas grande que su necesidad imperativa y culposa de bajar línea repetitivamente, un espectáculo tiene que verse en pantalla grande, de ahí que Peele filme la acción con planos generales para que veamos todo lo que ocurre en el espacio y sintamos la amenaza que sienten los personajes.
El espectáculo también funciona porque nos pide que seamos espectadores activos, que veamos lo que ocurre a nuestro alrededor. La mirada es un tema importantísimo dentro del cine de Peele: desde el protagonista de Huye! que no ve lo que ocurre a su alrededor, hasta esa familia en Nosotros que ve a sus dobles. En Nop! se redobla la apuesta todos los personajes se ven entre sí, usan cámaras modernas y antiguas para registrar lo imposible. Pero sI hablamos de miradas, hablamos de vouyeurs. Y el máximo vouyeur cinematográfico fue Hitchcock, que aquí también es incorporado. La cita no es adrede ya que en un pequeño papel aparece Oz Perkins, el hijo de Anthony Perkins protagonista de Psicosis (1960). Cómo se incorpora la mirada? Los personajes para sobrevivir no tienen que ver al villano, que tiene forma de ojo, que parece también un globo ocular.
Si, tal vez las ideas de Peele sean evidentes, incluso hasta subrrayadas, pero no son cripticas. Y eso, en una época en donde la metáfora se convirtió en lo más importante que una película tiene para entregar, en una película en donde demuestra tener un dominio de la narración notable, un sentido del espectáculo, en donde además hay una búsqueda por unir las viejas y las nuevas formas de filmar, se agradece. Nop! es un logro ambicioso, pero a la vez estimulante. Ojala siga por este camino.
