Operativo: Lioness

Por Rodrigo Martín Seijas

Lioness
EE.UU., 2023, 8 episodios de 45′
Creada por Taylor Sheridan
Con Zoe Saldaña, Laysla De Oliveira, Dave Annable, Jill Wagner, LaMonica Garrett, James Jordan, Austin Hébert, Jonah Wharton, Stephanie Nur, Hannah LoveLanier, Nicole Kidman, Morgan Freeman

El precio del deber

El universo televisivo que ha ido construyendo Taylor Sheridan en tan solo unos años no solo está marcado por grandes estrellas (Kevin Costner, Sylvester Stallone, Harrison Ford, Helen Mirren, Jeremy Renner) y considerables despliegues de producción. También por un profundo hincapié en un profesionalismo que termina siendo entre torturado y tortuoso: todos los personajes se aferran a un deber en sus laburos que tiene explicaciones entre éticas y morales -e incluso ideológicas-, a pesar de que el costo que suelen pagar es muchas veces altísimo. Es un profesionalismo también en extremo realista -hasta naturalista podría decirse-, en el que suelen ahorrarse explicaciones y que permiten sostener algunos conflictos que rozan lo telenovelesco.

Todo lo dicho anteriormente se nota de forma muy patente en Operativo: Lioness, su más reciente creación, que posee un elenco repleto de nombres importantes (Zoe Saldana, Nicole Kidman, Michael Kelly, Morgan Freeman y varios más) y que en ciertos aspectos pareciera que Sheridan la hizo para demostrar que puede poner un toque feminista en sus historias sin dejar de ser él mismo. Ahí ya hay un primer mérito importante en la serie: el feminismo no es impostado, porque por más que se esté retratando un mundo primariamente masculino, las mujeres se comportan como mujeres y aún así son respetadas sin necesidad de retóricas altisonantes. El segundo es que Sheridan (que escribió o coescribió los guiones de todos los episodios) vuelve a demostrar que sabe mantener la tensión y el dinamismo narrativo incluso en los pasajes más transicionales. 

El relato se centra en un programa secreto de la CIA, llamado precisamente Lioness, que está comandado en el campo por la agente Joe (Saldana) y supervisado por Kaitlyn Meade (Kidman). Este se dedica a infiltrar mujeres en lugares clave de organizaciones terroristas, para así destruirlas desde dentro o cazar objetivos claves. Si esta primera temporada comienza con un operativo fallido, luego se enfoca rápidamente en otra misión, para la que es reclutada una joven marine llamada Cruz Manuelos (Laysla De Oliveira, quien deberá hacerse amiga de la hija de un poderoso empresario petrolero que ha estado financiando a buena parte del terrorismo proveniente de Medio Oriente. Obviamente, habrá toda clase de obstáculos, no solo militares o de espionaje, sino también afectivos y, a medida que se acerquen al blanco elegido, geopolíticos, porque hay unos cuantos interesados en que la misión no tenga éxito.

Si la tensión consigue mantenerse en buena medida es porque para los personajes de Operativo: Lioness todo es una guerra o una misión: desde el trabajo hasta la vida personal y familiar, pasando por esos breves momentos de descanso o espera. Ahí entonces tenemos, por caso, a la familia de Joe, con un esposo (Dave Annable) que hace malabarismos con su propio trabajo como médico y los líos hogareños, que ama a su esposa a pesar de todo, aunque no se priva ponerla en su lugar de vez en cuando; y una hija adolescente con la que ha establecido una relación de amor-odio un tanto irremediable. O a Kaitlyn, que en la CIA muestra frialdad, crueldad, lealtad y honestidad en partes iguales, y que se comporta de similar forma con su esposo, un inversor financiero que, también como ella, está siempre atento a lo que sucede en las altas esferas de la política. Quizás el trayecto más esquemático sea el de Cruz, aunque ella pueda transmitir exactamente lo contrario: es el clásico personaje que ha encontrado un refugio íntimo en la institución que la formó y cobijó, pero que entra en crisis cuando deba convivir con el enemigo y la otra cara de la moneda le devuelva un reflejo deformado, que cuestiona sus principios. 

Hay que decir que en ciertas instancias -particularmente en su último capítulo- Operativo: Lioness se deja llevar por una bajada de línea algo obvia sobre las razones y consecuencias del intervencionismo estadounidense en Medio Oriente y la guerra contra el terrorismo. Pero, a cambio, ofrece una trama que va de un lado a otro -incluso con algunos desvíos narrativos que la devuelven finalmente al centro dramático previo- casi sin respiro y que en el medio introduce algunos apuntes temáticos cargados de ambigüedad. Y, además, un enfoque sobre el mundo que retrata donde prevalece el respeto por los personajes, por lo que les pasa y sus ideas vitales, esas que definen a cualquiera y de las que es muy difícil apartarse. De ahí que sea, en cierto modo, una versión mejorada y pulida de Sicario (el primer guión cinematográfico de Sheridan) y hasta una digna sucesora de Homeland. Al fin y al cabo, no deja de ser una serie sobre personas que desconfían de lo que ven, porque prefieren confiar en lo que creen. Es que el espionaje y la guerra pueden ser, más que nada, una cuestión de fe, al precio que sea necesario.

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