Platonic
EE.UU., 2023, 10 episodios de 30’
Creada por Francesca Delbanco y Nicholas Stoller
Con Rose Byrne, Seth Rogen, Luke Macfarlane, Tre Hale, Andrew Lopez, Carla Gallo, Alisha Wainwright, Vinny Thomas, Guy Branum, Janet Varney, Emily Kimball.
Amor y amistad
Nicholas Stoller fue visto, durante varios años, como una suerte de producto derivado (que no subproducto) de Judd Apatow. El tiempo fue degradando la obra como productor y director del segundo, al menos desde 2012 en adelante. Asimismo Stoller supo encontrar picos de genialidad, pero nunca descolló. Esa suerte de espíritu amesetado en el que fue cayendo progresivamente la nueva comedia americana encuentra a las posibilidades de la comedia, al inicio de la década del 20, un tanto empantanadas, por no decir lisa y llanamente en un camino sin salida a la vista.
Platonic tiene su salida directa a la plataforma de Apple Tv y la presencia de la dupla Rogen-Byrne, que son habituales colaboradores en la obra del director, podían considerarse un piso de calidad inevitable. De hecho lo son. El problema que uno puede sospechar es que quien entra en la ecuación es Francesca Delbanco, esposa de Stoller y guionista, que desde 2017 coescribe con Stoller todo lo que han hecho para televisión hasta la fecha. Si bien la idea no es encontrar un chivo expiatorio, la ausencia o presencia de Del Banco en la obra de Stoller es notable sólo por comparación entre lo hecho en TV y lo hecho en cine. Y si bien el producto que supone Platonic es, en definitiva, una obra conjunta, resulta muy difícil no preguntarse: ¿Platonic hubiera sido igual si Stoller asumía todo el control? A riesgo de ser acusado de misoginia, esta hipótesis nada tiene que ver con que se trate de una mujer ni la esposa de, en todo caso, propone pensar cómo en muchos casos, las duplas creativas pueden cambiar en una o en otra dirección las identidades autorales individuales (sin ir más lejos hagan la prueba de ver los trabajos individuales de Joel Coen o de Peter Farrelly).
Platónico tiene un inevitable punto de partida con el cine de Apatow (en particular con Bienvenido a los 40), con la obsesión generalizada (e incluso un poco patética) de la NCA que redunda en el arquetipo de los hombres de mas de 40 pero que no se pueden/saben/quieren hacer cargo del mundo adulto, por lo que todo el tiempo hacen todo lo que tienen al alcance por pendejearla, por no crecer, por quedarse seteados en un mundo adolescente. Lo curioso es que ese mundo kidult, que podía resultar novedoso un cuarto de siglo atrás, hoy expresa exactamente lo contrario, una suerte de convención cómoda que se elige para no hacerse cargo de una y mil cosas. En este punto, aunque no lo parezca, los dos protagonistas no son tan distintos, porque en el fondo ambos postergan cosas para no hacerse cargo. Por eso, amén de un tono no siempre logrado para la comedia, lo que prevalece en Platónico es un aroma más bien melancólico, como si el tiempo que pasó no pudiera recuperarse y los intentos infructuosos por hacerlo nos resultaran, en el fondo, más bien patéticos.
En sus diez episodios breves, Platónico oscila entre grandes momentos (cuando recupera la memoria del humor físico de la NCA y le permite a sus personajes ser felices circunstancialmente sin juzgarlos, como en la noche de fiesta en la cervecería) y una sucesión indivisa de momentos de “mantenimiento”, de medianía, donde la comedia no se pone de manifiesto por medio de la risa sino por eso que bien podemos llamar “estado de embriaguez feliz”, como si una suerte de abrazo amable nos acompañara a lo largo de los episodios. Acaso en esa fórmula amigable es en donde la serie nos obliga a quedarnos: no es brillante, no es hilarante, pero nos proporciona una serie de diversos momentos de felicidad en los que podríamos vivir sin exigirle demasiado. Quizás en ese triunfo del medio tono (antes que la salvajada hiriente de muchas de las películas de Stoller) sea la marca de Francesca Delbanco. Y yo recién me esté dando cuenta que la acusé injustamente. Cosas que pasan.
