Pollitos en fuga: El origen de los nuggets

Por Amilcar Boetto

Chicken Run: Dawn of the Nugget
Reino Unido, 2023, 97′
Dirigida por Sam Fell & Jeffrey Newitt.
Con las voces de Thandiwe Newton, Bella Ramsey, Lynn Ferguson, Jane Horrocks, Daniel Mays, Peter Serafinowicz, Zachary Levi, Imelda Staunton, David Bradley, Romesh Ranganathan, Josie Sedgwick-Davies, Nick Mohammed y Miranda Richardson.

El pasado como presente

Estamos ante un momento histórico en el que las plataformas presentan películas cada vez menos  humanas, más automatizadas, plagadas de decisiones de marketing, de especulaciones  algorítmicas. Un momento en el que vemos cada vez más a viejos cinéfilos rendidos ante los  catálogos de Netflix, HBO, Amazon Prime, en el que las listas de fin de año se parecen cada vez  más y más. En ese contexto, la presencia de la nueva película de Pollitos en fuga es un pequeño vaso de agua luego de una caminata de tres horas en el desierto con 49 grados. No es un acto de resistencia, ni la posibilidad de una nueva forma de nada, simplemente un lindo recuerdo de una infancia en donde eran  posibles estas películas, estas aventuras apasionantes en forma de stop-motion. 

Desde la concepción, la película entera parece apuntar a eso: recordarles a quienes crecieron viendo la Pollitos en fuga original, aunque sea por un breve instante, esa sensación cinemática de una aventura naif. Menciono esto porque es difícil notar una intención de acercar el relato de los 2000 a una nueva generación que creció viendo Frozen. Y, en cierto punto, esa desatención publicitaria se celebra: aquí no ha pasado nada. Se celebra igual que el hecho de que Depeche Mode vuelva a sacar un disco solo por el hecho de que saquen un disco, sin importar mucho qué es lo que suena ahí adentro. No se trata de ninguna adoración retro. Es la posibilidad del retorno sin culpa y sin especulación como si el tiempo no hubiera pasado. 

Todo esto es posible y admirable porque la película de Sam Fell es prácticamente una remake de la original, con una animación más híbrida, con la presencia de un mundo un poco más extremo, pero con las mismas fuerzas en conflicto que antes y que siempre: el fascismo y la libertad. En este caso, hay una nueva variación de ese dilema, y es la presencia de una madre castradora que supo ser una líder revolucionaria (oops). A su vez, el contrapunto con una hija que quiere ser lo mismo que su madre fue en la primera película (oooooooops). No voy a forzar lecturas donde no las hay: no estamos ante una película revolucionaria (como si eso fuera necesario), ni siquiera  estoy seguro que sea posible decir que se trata de una película interesante. Lo de esta nueva-vieja Pollitos en fuga es otra cosa: un cine-palmada, de esas películas que nos cuidan y nos refugian en un mal momento. Una película que, con su gesto, no está  proponiéndote absolutamente nada que no sea un cariñoso consuelo. Pero -y esto no es menor- ese gesto de consuelo es sincero, en tanto no busca ser la gran película del amor paternal, ni la una REFLECSION sentimental sobre la familia. Para ser una película de niños (¿es sólo eso?), es destacable realmente lo poco sobreestimulante que resulta, en particular en la época del estímulo compulsivo.

Lejos de Disney, de Pixar y de la  misma plataforma a la que pertenece, Pollitos en fuga: el origen de los Nuggets aparece como  una película que tiene un valor olvidado dentro del cada vez más inhumano mainstream: el de  contar una historia sin servicios ni necesidades ni nada. Eso que el cine fue alguna vez. Cine de resistencia, cine de relaciones que se opone a la opresiones que toman diversas formas (fascismo, capitalismo y otras), pero que encuentran en esta pequeña película un muro de contención contra la mierda del mundo.

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