Pie Pequeño
Dos películas enfrentadas parecen anidar en el fondo de la construcción de Pie Pequeño. Una aspira a dialogar con cuestiones “elevadas”, morales y falsamente edificantes, como el final empalagoso de reencuentro forzado entre monstruos y pares asiáticos de un parque temático al uso. Otra asume la aparente minoridad del título, develando los dispositivos y los discursos que explota el poder para controlarnos. Por tanto, la metaficción recupera el espíritu de Looney Tunes y Quién Engañó a Rogger Rabit para subvertir las cosas con la velocidad y la felicidad que da la locura y la libertad de las acciones físicas.