Un amigo abominable
El problema, por lo tanto, no es la carencia galopante de ideas que ostenta la película en sí, sino que su nula originalidad jamás logra trasladarse a una mínima capa de emociones, como si en alguna medida esa capacidad le estuviera vedada. Y esto en buena medida está en directa relación con el modo de construir una narrativa sostenida sobre una sucesión acelerada de elipsis, como si en el fondo la película huyera de las escenas de personajes, como si le escapara a las situaciones humanas en las que se juega un componente empático.