Watchmen (parte II)
Superada la segunda mitad de los seis capítulos se cumplieron las peores sospechas y pronósticos: Watchmen terminó siendo una forzada adaptación al criterio dominante de la corrección política. Por tanto, una serie complaciente y sintomática del tiempo gris de las narrativas en bucle. Pero atención, porque es un bluff que confundió a no pocos entendidos, habida cuenta de sus aparentes desviaciones experimentales y autorales. La impostura de los nuevos vigilantes se resume en la última entrega de la serie. Nos han mantenido como rehenes de un suspenso falso y distendido que no resolvió nada, es decir, que apenas remató una faena que anunciamos desde el primer episodio.