Decisión de partir
De la camada de directores que marcaron el surgimiento del nuevo cine coreano (o, por lo menos, los que llegaron a festivales y al público occidental), Park Chan-wook siempre fue el más barroco de todos. Por lejos. Allá por los inicios del nuevo siglo, a más de uno se nos voló la cabeza y la pantalla con Sympathy for Mr. Vengance y Oldboy, películas excesivas, virtuosas, enchastrosas, medio inentendibles, violentas, inexplicables. Park no solo venía a aportar algo nuevo, sino que además lo hacía sin ningún tipo de justificativo o verosímil más que la potencia de sus imágenes y de su montaje. El cine de Park Chan-wook existe en y para el cine.