Rimini
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Rimini

No sé cuál sea el problema del Sr. Seidl. Al parecer, le molesta que existan el invierno, la vejez (ocasionalmente, la muerte) y lo grasa, y sin embargo esos son los materiales que elige para construir su película Rimini, en la que un cantante venido a menos, gordo y fracasado, se dedica a cantar canciones románticas viejas (suenan a hits italianos mersa traducidos al alemán, no lo sé) y a voltearse a señoras viejas a cambio de algunos euros.

Háblame
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Háblame

El principal inconveniente de Háblame proviene de algo que nos anticipa su título: es una película exageradamente verbalizada. Esto es extraño, en particular teniendo en cuenta que si hay un cine que no necesita del diálogo (o al menos no le es beneficioso) ese es el cine de terror. Aquí, los personajes expresan sus problemas, sus dilemas por medio de un constante palabrerío.

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