Rimini
No sé cuál sea el problema del Sr. Seidl. Al parecer, le molesta que existan el invierno, la vejez (ocasionalmente, la muerte) y lo grasa, y sin embargo esos son los materiales que elige para construir su película Rimini, en la que un cantante venido a menos, gordo y fracasado, se dedica a cantar canciones románticas viejas (suenan a hits italianos mersa traducidos al alemán, no lo sé) y a voltearse a señoras viejas a cambio de algunos euros.