Benediction
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Benediction

Incluso si uno no es devoto ferviente de Terrence Davies (como sería mi caso), incluso si no se trata de la mejor película de Davies, o ni siquiera de la mejor película de época de Davies sobre poetas torturados (en comparación, por supuesto, con la vibrante y brillante A Quiet Passion), Benediction es, cuando funciona, cine del bueno. Se nota por detrás la mano de un maestro, incluso cuando se traba, se repite o prueba cosas más bien extrañas. Se trata también, en el peor de los sentidos, de la obra de un autor: ciertas ideas, ciertas atmósferas repetidas, que servirán para anclar la mirada de quien ya conoce el cine de Davies.

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