Feliz día de tu muerte 2

Por Ignacio Balbuena

Happy Death Day 2U
EE.UU., 2019, 100′
Dirigida por Christopher Landon.
Con Jessica Rothe, Israel Broussard, Suraj Sharma, Sarah Yarkin, Ruby Modine, Rachel Matthews, Charles Aitken, Steve Zissis, GiGi Erneta, Tenea Intriago y Laura Clifton.

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La sensación al ver Feliz Día de tu Muerte era inevitable: la de un dejá vu que aparece una y otra vez. No era  más que Hechizo de tiempo (Harold Ramis, 1991) meets Scream: Vigila quién llama (Wes Craven, 1996). Una slasher noventosa en un loop temporal: No demasiado original, pero entrañable y divertida. ¿Podía ser malo eso? 

La sensación al ver Feliz Día de tu Muerte 2es (de nuevo) inevitable: la de un dejá vu que aparece una y otra vez y una vez más. No es más que Hechizo de tiempo (Harold Ramis, 1991) meets Scream: Vigila quién llama (Wes Craven, 1996) meets Volver al Futuro 2 (Robert Zemeckis, 1989). Una slasher noventosa en un loop temporal re-significada en sci-fi ochentoso: No demasiado original, pero entrañable y divertida. ¿Puede ser malo eso? 

Feliz Día de Tu Muerte 2 empieza con un escenario familiar: Ryan, el comic relief de la entrega anterior, se despierta y vive un día perfectamente  normal, hasta que un hombre enmascarado lo asesina. Se despierta, vive el mismo día pero allí está Tree, con la experiencia de la película anterior para tratar de desenmarañar todo el asunto. Claro, ella ya pasó por el tema del loop temporal y entonces ya tiene la  experiencia. Como toda heroína de terror que se precie, resignificó el trauma en capacidad de patear culos.

Tree entonces ya está bien versada en esto de repetir el mismo día una y otra vez, en luchar contra psicópatas enmascarados, en mejorar como persona a través de la iteración de un mismo día. Y entonces? Cual es el gancho de FDTTM2? Revivir la película anterior con otro protagonista, poniendo a la enorme Jessica Rothe en un papel de sidekick? Por suerte la película no toma ese camino, dado que el actor Phil Vu es infinitamente menos carismático que Jessica Rother, una especie de Scream Queenhistérica ante la posibilidad de tener que volver a atrás todo el horror existencial de la película anterior. En vez de seguir el manual del slasher y simplemente repetir todo de nuevo con más muertes y más gore (o en este caso más slapstick y más montajes chistosos) en alguna locación diferente (a la manera de Halloween II o las múltiples Martes 13), FDTTM2 mete un twist inesperado y cambia de género. Como si nada, nos enteramos que Ryan es, además de un stoner medio colgado, un brillante científico que construyó junto a sus amigos una máquina que servirá como el plot device(literal) de la película. Sí, el loop temporal de la película anterior no fue una cuestión de karma sino puramente sci-fi. Y de repente la película se corre casi por completo del slasher para meterse con líneas temporales alternativas, multiversos y demás cuestiones, de esas que requieren personajes explicando el plot en pizarrones blancos con marcadores al agua. Entonces Tree, nuestra entrañable protagonista, se despierta de nuevo en el mismo fatídico día, pero eventualmente se da cuenta que todo es un poquito diferente. Su novio no es su novio, su amiga (spoiler si no vieron la anterior) no es la asesina enmascarada, y su madre está viva. El subplot de Tree y su madre sigue siendo el centro emocional de una película que abandona casi por completo el terror en favor de la comedia física y la ciencia loca, con un grupito de nerds que funcionan como personajes secundarios y todo. Entonces, Tree tiene que elegir entre quedarse en una dimensión alternativa que no es la suya pero en la que puede vivir con su madre para siempre, o volver al lugar correcto. Nosotros como espectadores sabemos, por incontables películas y cómics de este subgénero, que no hay que alterar el orden natural de las cosas. Ella tieneque volver. Pero en la película hay varios elementos que la fuerzan en esa dirección: no sólo la relación con su novio Carter, que acá es pareja de su frenemyDanielle, sino también la trama slasher, que le da a la película un cierto sentido de la urgencia. Esto es, los personajes tienen que lograr detener el loop temporal y que el tiempo siga teniendo su curso normal, pero a la vez, tienen que volver al hospital donde transcurrió el clímax de la anterior para detener las muertes. Si el loop temporal se resuelve y alguien muere antes, quedará muerto para siempre.

Suena medio complicado en papel, pero FDTTM2 es una película cortita y al pie que se disfruta tanto como la anterior. Eso sí, a diferencia de otras secuelas, es prácticamente inentendible sin haber visto la anterior. Aún con el recapque hay al principio, me imagino que cualquier persona que vea esta película sin tener ninguna idea de la anterior va a terminar bastante confundida. Pero a pesar de no ser una secuela tan standalone hay mucho para disfrutar en FDTTM2. Primero y principal, el encanto de Jessica Rothe en el papel de Tree, que vuelve a traer la energía rabiosa de la película anterior en escenas que son comedia pura, en especial en un montaje de suicidios absurdos y muy violentos que contrastan con su sonrisa maniática de oreja a oreja. Y aunque la película por momentos corre el riesgo de empantanarse en sus propias complicaciones argumentales (en efecto, mi entusiasmo luego de develada la premisa inicial disminuyó un poco hacia el final), sigue teniendo el mérito de cierta originalidad. La relación entre Tree y su (falsa) madre sigue funcionando y la película logra explorar este costado más sentimental en apenas un par de escenas, que quizás pequen de subrayadas. Si en la película anterior Tree debía aprender a mejorar como persona para escapar de la repetición constante, acá su arco emocional pasa por re-descubrir cuál es su lugar realmente, aún si ese lugar es uno atravesado por la pérdida. Lo perdido no se puede recuperar ya más, aún en una película con artefactos cuánticos ochentosos.

El slasher es un género que suele caer temprano en la pereza, y una slasher basada en la repetición al infinito corría ese riesgo por partida doble, así que es un mérito del escritor/director Christopher Landon haber encontrado una tangente inesperada. La escena post-créditos (sí, quédense mirando después del final!) sugiere incluso la posibilidad de abandonar por completo el slasher, lo cual sería quizás un beneficio. El twist respecto de la nueva identidad del asesino y todas las escenas en el hospital son lo más flojo de la película, junto con el reparto de personajes secundarios que no hacen mucho más que simplemente estar allí. Entonces, FDTTM no es una franquicia perfecta pero si es una tremendamente disfrutable, sin temor al ridículo, con una protagonista muy querible y alejada por completo de esta tendencia nueva del ‘‘terror elevado’’ que viene haciendo runrún en los medios. Me gustaría vivir en una dimensión donde haya más películas como esta.

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