Corman’s world

Por Claudio Huck

Corman’s World: Exploits of a Hollywood Rebel 
EE.UU., 2011, 86′
Dirigida por Alex Stapleton
Con testimonios de Roger Corman,  Jack Nicholson,  Joe Dante,  Irvin Kershner, Martin Scorsese,  Ron Howard,  James Cameron,  Eli Roth,  Paul W.S. Anderson, Catherine Hardwicke,  Jonathan Demme,  Peter Bogdanovich,  John Sayles, Lloyd Kaufman,  Penelope Spheeris,  Monte Hellman,  Robert De Niro, Quentin Tarantino,  William Shatner,  Pam Grier,  David Carradine,  Peter Fonda, Clint Howard,  Bruce Dern,  Gale Anne Hurd,  George Hickenlooper,  Dick Miller, Eric Balfour,  Mary Woronov,  Jonathan Haze,  Jonathan Kaplan,  Todd McCarthy, Polly Platt,  Gary J. Tunnicliffe,  Jim Wynorski,  Ingmar Bergman

El primero de la B

Por Claudio Huck

    Roger Corman siempre es ponderado como el Rey de la Clase B, es decir, de las películas de bajo presupuesto, en general de monstruos de ostentosa utilería típicos de la década del 50. Es el productor que nunca perdió un dólar, leyenda hollywoodense que el mismo cimentó. Este interesante documental muestra que fue más que eso y realiza un exhaustivo sondeo de todas las facetas del director y productor. Corman es muchos Corman, y es una buena oportunidad para recapitularlos. Con el pretexto del documental vamos a hacer un paneo general sobre lo más interesante de su obra.

La clase B. Casi la totalidad de su producción como director se encuentra en los primeros 15 años de su carrera, y a partir de 1971 solamente volvió a poner su firma en la injustamente denostada Frankenstein unbound. Luego siguió en el cine solo como productor. Sus películas de los años 50 nacieron bizarras. No pretendían ser buenas sino entretenidas. Y sobre todo económicas. No había atisbo de voluntad artística. La narración era simple, directa, y los monstruos se mostraban en primer plano sin ocultar su factura simple de papel maché. Sus crab monsters, su wasp womano el pepino dientudo de It conered the world, son una afrenta a la verosimilitud y el buen gusto. Pero qué importaba eso mientras los espectadores pagaran su boletos y se divirtieran a rabiar. Si miramos el contexto de la época podemos observar que Corman tuvo el ojo avizor para materializar el clima de la guerra fría y el peligro de un ataque nuclear en esas extrañas criaturas que vienen a aniquilar el orden humano en lo que podemos llamar un cine de la paranoia. Lo simple y directo del planteo narrativo es también una de las claves del éxito. Su vocación de mavericka ultranza con respecto al aparato de Hollywood no se percibe solamente en la realización de un cine de explotación que no esconde su voluntad popular de disfrute inmediato, rápida digestión, y con ausencia absoluta de pretensión artística sino que es ante todo un acto de rebeldía económica; poder realizar productos baratos y muy redituables fuera de la maquinaria del entretenimiento de la gran industria. Corman también tuvo el olfato de poner en sus películas, acorde a los tiempos que cambian, mujeres decididas y que pueden enfrentar al hombre como su igual (Apache woman,1955) y mostrar a los adolescentes -fuera del formato naif de Andy Hardy, ya perimido- en situaciones de violencia, actos de rebeldía y consumo de drogas (Rock all nightTeenage doll, ambas de 1957).

Hay también algunas películas de la primera época de Corman que escapan a la generalidad y desarrollan conflictos más adultos y que prescinden de efectos especiales. En Sorority girl(1957) muestra a una chica que arrastra problemas de conducta originados en un entorno familiar complicado y acosa a sus compañeras de la universidad planteando un perverso juego de dominación. En Last woman on earth(1960) desarrolla el conflicto entre dos hombres y una mujer que son los únicos sobrevivientes de la Tierra. Si bien son películas pequeñas, que rondan la hora de duración y que respetan la regla de oro de contar con presupuestos ínfimos, tienen la intención de escapar de lo bizarro y abordar temas más contundentes. Son el paso previo a la realización de la que, según afirma en propio Corman en el documental, es su mejor película.

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The intruder.Es una película realizada en 1962, con un joven William Shatner como protagonista y filmada en el sur, en los mismos lugares en los que se desarrolla la acción. Si bien el título puede engañarnos si venimos siguiendo la obra anterior de Roger Corman y podemos llegar a sospechar que se trata de algún intruso proveniente del espacio exterior, no hay nada de fantástico en su trama. El horror que desarrolla es real y muy candente al momento de la filmación (y, nos tememos, aún no ha perdido vigencia). Un hombre enigmático, pintón y con buena labia, llega a un pueblo del sur de Estados Unidos, que hierve en prejuicios racistas, poco antes de que se impongan por ley los colegios “mixtos”, es decir, que acepten estudiantes blancos y negros. Va haciendo un trabajo fino entre sus habitantes exacerbando su componente segregacionista. Nunca sabremos quién envía a este hombre ni de donde viene pero es evidente cuál es su fin: sacar los peores sentimientos de una comunidad valiéndose de mentiras para que el racismo se vuelva odio y culmine con el linchamiento de un inocente. Corman cuenta que fue muy difícil el rodaje y que hubo mucha hostilidad por parte de los pueblerinos y  llegaron incluso a concretas muestras de violencia hacia el equipo de filmación. El resultado final fue una película estupenda que escapa por completo del resto de la filmografía del director, pero fue un fracaso de público. El único filme con el que perdió dinero. Corman lo resume estupendamente: “El filme fue un fabuloso…fracaso comercial. Iba a decir que fue un fabuloso éxito de crítica, pero se me confundieron las ideas.”  Este filme es importante en su carrera porque es una bisagra. Corman argumenta que comprendió aquí que una película tiene un texto, que es el guión escrito, la historia que se quiere contar, y un subtexto (que tiene que ver con la puesta en escena), que es lo que el director en verdad siente que le hace decir ese texto y que es el valor que recibe el espectador por el precio de la entrada. Es palabra de Corman.

La saga de los castillos. Denominamos así a un interesante grupo de filmes que realizó Corman en los años 60 y se encuentran entre lo mejor de su obra. Se puede percibir un notable feedbackentre éstos y varios orroriitalianos que comparten el mismo universo estético, como La maschera del demonio(1960) y La frusta e il corpo (1963), ambas de Mario Bava, Lo spettro(1963) de Riccardo Freda, I lunghi capelli della morte (1965) de Antonio Margheritti,  La cripta e l’incubo(1964) Camilo Mastrocinque y Amanti de oltretomba(1965) de Mario Caiano. La saga de los castillos de Roger Corman comprende sus adaptaciones de Edgar Allan Poe: House of Usher(1960), The pit and the pendulum(1961), Premature burial(1962), Tales of terror(1962), The raven(1963), The masque of the Red Death(1964), y The tomb of Ligeia(1966), el mix entre Poe y H.P.Lovecraft que es The haunted Palace(1963), una nueva versión The tower of London(1962) que es una relectura de la película de 1939 de Rowland Lee, y la historia original de The terror(1963). Todas son, en mayor o menor medida, películas logradas, que parecen más caras de lo que en realidad fueron, con estupendos guiones, como los de Richard Matheson para House of UsherTales of terroro el de Robert Towne para The tomb of Ligeia. Los decorados de todo este grupo de obras es siempre el mismo y, salvo The tower of London, fueron rodados en impecables y exhuberantes colores. El tema aterrador de los cuentos de Poe tuvo una destacada traslación, lo que no descarta unos efectivos toques de comedia pergeñados por Corman, como en el duelo sommeliersentre el distinguido y muy creído Vincent Price y el borrachín imbatible de Peter Lorre en Tales of terror. The tower of London es una estupenda historia con aires shakespereanos en contrastado blanco y negro y con un final escalofriante en el que las almas de los asesinados (que son en realidad la conciencia culposa del asesino) vienen a cobrar venganza. The terrorestá protagonizada por un jovencísimo Jack Nicholson (que ya había trabajado para Corman en The little shop of horrors -1960- la película filmada en dos días y una noche) y si bien tiene unos notables baches de guión que la hacen medio incomprensible y en la que intervinieron un poolde directores que incluye a Francis Coppola, Monte Hellman, Jack Nicholson y al propio Corman, mantiene una atmósfera atrapante que relega la historia a un segundo plano.

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Filmes eclécticos y notables. Entrada la década del 60 y a comienzos de la siguiente, Corman realiza sus últimas películas como director y alcanza éxito inusitado y obras de gran calidad. The wild angels(1966) con Peter Fonda, Nancy Sinatra y Bruce Dern es un trepidante filme de acción con motocicletas, que a partir del exitazo de público se convertiría en todo un subgénero. The secret invasion(1964) es un logrado filme de guerra que no ha sido lo suficientemente valorado con alguna escena muy jugada como la de una madre que trata de silenciar a su bebé para que su llanto no los delate ante una patrulla enemiga y termina asesinándolo sin querer. The St. Valentin’s day  massacre(1967), protagonizada por un impagable Jason Robards, es una efectiva película de mafiosos que rememora a los gángsters de los 30; el montaje preciso de las escenas de acción, y en especial en el momento de los fusilamientos, demuestra que Corman, además de filmar barato, no deja de lado la calidad del rodaje. The trip(1967) es un viaje lisérgico escrito por Jack Nicholson en el que lo más notable son la representación disparatada y colorida de la experiencia sensorial que sufren quienes se drogan. Bloody mamma(1970), con una genial Shelley Winters (que comenzaba su apogeo de madurez con propensión a interpretar viejas chaladas) como la despiadada jefa de una banda de delincuentes en la que comanda a sus propios hijos, es la última película notable que dirige Corman antes de su regreso aislado como director con Frankenstein Unbounden 1990.

Mecenazgo e influencias. Corman inició a muchos de los que serían referentes del mejor cine en las décadas siguientes produciendo sus primeros trabajos. Algunos de ellos, que se dan cita en este documental para dar testimonio de la grandeza de su mentor y son: Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, Joe Dante, Jonathan Demme y Ron Howard, y hay otros de generaciones posteriores que se han visto influidos por su manera de hacer y concebir el cine como Eli Roth y Quentin Tarantino. Bogdanovich cuenta su experiencia en la dirección de Voyage to the planet of  prehistoric woman (1968), que es desopilante y deja en claro la osadía y el desparpajo creativo de Corman. Su productora había comprado una película de ciencia ficción rusa con hombres caminando sobre la superficie de Venus, a la que Bogdanovich debía transformar en una película de mujeres semidesnudas con la pulposa Mamie Van Doren encabezando el reparto, y con ausencia de diálogos para no tener que gastar dinero en doblajes. Una trama inentendible de amazonas telepáticas dejó sin habla al resto de la producción, que decidió agregar un pastiche de diálogos en off, generando un producto demencial e inclasificable. Dice Bogdanovich: “Roger es el tipo de persona que te dice ¿Sabés nadar? ¡No! Y te arroja al agua. Si aprendés a nadar porque no querés ahogarte, estarás bien. Y si te ahogás, todo se terminó.”

Scorsese cuenta que Corman le ofreció hacer Boxcar Bertha como una especie de continuación de Bloody mama, y la sorpresa que se llevó el viejo Roger cuando el director que recién se iniciaba le mostró el extenso storyboard con más de 500 dibujos para la película, algo impensado en el universo de la factoría Corman. 

Todas las anécdotas, más allá de lo graciosas, muestran una cosmovisión que se impone en todos los productos cormanianos: rodajes veloces, historias sin complicaciones y con algún ingrediente de explotación (violencia, sexo, choques de autos, explosiones, negros armados, carcel de mujeres, abejas asesinas, o drogas). Emociones básicas y goce inmediato.

Distribución. Una faceta menos conocida de Corman es la de distribuidor de cine extranjero. Su gusto como espectador es muy diferente del cine que produce, se acerca más al cine culto europeo. Ha estrenado en Estados Unidos filmes de Truffaut, Antonioni, Bergman e incluso Kurosawa. La propuesta de Corman era exhibir esas películas en circuitos alternativos a los que no estaban acostumbradas, como es el caso de Gritos y susurrosque se terminó estrenando en autocines. La productora de Corman estaba completamente bifurcada. Por un lado producía películas de explotación, y por otro exhibía lo más refinado del cine internacional como Amarcord. Si algo le faltaba a Corman era distribuir el tipo de cine prestigioso y con ambiciones artísticas que él nunca había querido realizar.

Final (y una omisión). Corman’s world es un pantallazo efectivo sobre uno de los rebeldes más consecuentes del cine norteamericano. Tiene perlas como la trastienda de la noche en que se le entregó el Oscar honorífico o el llanto emocionado de Jack Nicholson. Hay cierta insistencia sobre lo gracioso y lo bizarro de sus producciones, pero cuando Corman toma la palabra demuestra que sabe mucho de cine y que se sostiene sobre una firme base teórica. Todo eso queda demostrado en la última película que ha dirigido hasta la fecha, estrenada en nuestro país a comienzos de los 90 como Frankenstein perdido en el tiempoFrankenstein unbound está basada en una novela de Brian Aldiss, pope de la ciencia ficción moderna. La película cuenta el viaje al pasado de un científico actual a través de una inesperada brecha espacio-temporal hacia el siglo XIX en el que descubre que Frankenstein y su terrible criatura existieron y, al descubrir la condición del viajero temporal, se complotan para utilizar los conocimientos del futuro para poder crear nuevas abominaciones. La película no fue bien recibida por la crítica en general. No esconde su impronta de clase B y exhibe un look anacrónico que es delicioso y muy disfrutable. Los protagónicos son de Raul Julia y John Hurt, lo que explicita el deseo de realizar un filme que escapara de los límites del cine bizarro que venía produciendo los últimos años. La última película que lleva la firma de Roger Corman ni siquiera se nombra en este documental, lo que llama la atención. Parece ser que no anduvo demasiado bien en la taquilla y ese dato atenta contra el mito cormaniano, pero nos parece interesante rescatarla para ver en doble programa junto a Corman’s world para tener una visión completa de este personaje, imprescindible en muchos aspectos, del cine norteamericano del siglo XX.

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