El Exorcista: Creyentes

Por Santiago Gonzalez

The Exorcist: Believer
EE.UU., 2023, 111’
Dirigida por David Gordon Green
Con Leslie Odom Jr., Lidya Jewett, Olivia Marcum, Ann Dowd y Ellen Burstyn

 En otro lado

En campaña. Una de las operaciones en la que muchos críticos caen repetidamente es la del comportamiento propio de agentes de prensa: hay un mayor interés por instalar películas, por “venderlas” antes que por evaluar sus contradicciones y matices. Un ejemplo cercano de esto fue el caso de Barbie, que no sólo minimizó cualquier voz en contra casi en un a priori a libro cerrado, sino que también las mismas voces en contra parecían quedar encerradas en los mismos lugares comunes, es decir, la misma operación al revés. Una película puede venir precedida de una campaña que le juega en contra: a veces esto puede ser efectivo otras veces no.

Puritanismo. Todo lo anterior viene a colación de lo que está ocurriendo con esta nueva secuela de El exorcista, que a lo largo de toda su historia no construyó precisamente una saga, sino una serie de películas más o menos disconexas. Sobre El Exorcista: Creyentes se venía diciendo que era un desastre -porque tuvo reshoots-, por funciones previas desalentadoras y porque su director, David Gordon Green, quedó estigmatizado por haber realizado Halloween ends. Más allá de los aciertos y desaciertos que pudiera cometer DGG es notable el puritanismo cinéfilo que salió con los tapones de punta a defender el sacrosanto legado de obra maestra de William Friedkin, como si las anteriores cuatro películas no hubieran sido suficiente falta de respeto. Si, incluso la tercera, película habitualmente defendida, que tiene sus buenas ideas, pero que no sobrepasa de lo mediocre. 

Salir de la monotonía. Green sabe que está frente a un canon y no intenta revertir esa asimetría. No intenta competir. Al igual que el procedimiento elegido en Halloween Ends, lo que realiza es un desplazamiento de eje. En aquella DGG propone volver antes a sus comienzos con el cine independiente que a una franquicia slasher desgastada, que también sufrió el hecho de tener secuelas que buscaron acercarse a lo hecho por John Carpenter a partir de simulaciones berretas. Había que pensar una alternativa, narrar desde otro lugar. Obviamente esto no fue bien visto por la horda de fans de terror. En El exorcista: Creyentes Green opera de manera similar. Como película de terror lisa y llana podría decirse que es convencional y fallida, en especial en su clímax durante el exorcismo. Pero El Exorcista: Creyentes no se propone ser clásica ni convencional, y eso la vincula con Halloween ends. La película se apoya en hacer una radiografía de ese pueblo sacudido por la desaparición de dos niñas, un pueblo que se tiene que unir para solucionar ese conflicto. Se trata de una sociedad en que las distintas clases sociales se juntan y conviven. Un cine social en donde Green explora a su principal protagonista, es cierto, pero le da unos segundos a cada personaje que aparece para contar rápidamente su historia. Hay una intención de coralidad, de socializar el origen del terror antes que en buscar su efectividad catártica, como si en alguna medida Gordon Green estuviera preguntándose por los modos y estrategias del terror fracasando frente a los medios que explican ese origen (incluso verbalizando de modo literal, como en Halloween Ends, otra vez). Como si aceptara las limitaciones y los problemas de reutilizar mitos que ya no funcionan.

La explotación. El problema es que DGG gana por un lado (por el del comentario sobre el género, pero sin ser una película meta), pero pierde por otro cuando intenta vincular a esta nueva saga con la película original, justamente porque el vínculo es relativamente espurio, porque tiene la simple finalidad de la instalación pública de la película. En este sentido es curioso lo que se hace con Ellen Burstyn: cuando participa su rol es elusivo, pero tampoco dura mucho, ya que cinco minutos después de presentarla es retirada de pantalla. Una falta de respeto.
¿Es,entonces, El Exorcista: Creyentes una propuesta de terror o es una película sobre el terror? Creo que al principio sí reconocemos una atmósfera de terror, pero con el tiempo se disuelve con fuerza, en particular cuando nos acercamos al final. Pero me parece más importante discutir otros puntos ciegos, sobre los que la crítica no se propuso hablar. Esos puntos, los aspectos inorgánicos de la película, la convierten, curiosamente, en una propuesta mucho más estimulante de lo que hemos leído, como siempre, dejando las películas de lado por la publicidad y las gacetillas.

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