Godzilla x Kong: The New Empire
Estados Unidos, 2024, 115′
Dirigida por Adam Wingard.
Con Rebecca Hall, Brian Tyree Henry, Dan Stevens, Kaylee Hottle, Alex Ferns y Fala Chen. Guion: Terry Rossio, Simon Barrett y Jeremy Slater.
Un plazo fijo sin interés
Si el cine catástrofe supo ser lo que fue en sus mejores exponentes se debe, fundamentalmente, a la capacidad explícita de pensar a los acontecimientos grandes como excusas para hablar de lo pequeño. En ese orden y dirección, la poética del cine catàstrofe siempre debió haber sido leída con esa mirada estrábica en donde lo grande es apuntado por un ojo, el ojo del imaginario del desastre del medio y lo pequeño debía ser apuntado por otro ojo, el del imaginario de la construcción individual-de pares-comunitaria, es decir, con el ojo del film de cámara en donde la destrucción masiva supone la posible construcción de lo íntimo.
El problema es que pedirle todo eso a una película como Godzilla y Kong: el nuevo reino es ridículo porque, sencillamente, no se trata de una película sino de una acumulación de desastres varios articulados por una variedad indivisa de elipsis carentes de justificación dramática más que forzar el avance lineal de algo que a luces está empantanado. Esto sucede porque G&K no es cine catástrofe ni sabe o parece saber o parece tener interés alguno en vincularse con ese noble protogénero. Y como no sabe, puede o quiere lo único que le queda es la cáscara vacía de un género y la exhibición de las atrocidades del mismo, reduciéndolo a un mamotreto a escala 1:10000.
Pero ya fuera en miniatura o en su formato XXXL, nada de lo que sucede en G&K nos interesa porque en el fondo nada de lo que narra es narrado con interés (por eso las escenas se cortan antes de tiempo, así como los planos). Y en el desinterés masivo a mi dejó de interesarme escribir esta crítica, que comenzó con la energía del entusiasmo por destruir algo que ya estaba destruido pero que ya ni eso. Seamos consecuentes y, como lo hace la película, abandonemos todo por la
